Servidores públicos; ¿lo son?
... el panameño común, en estudio observacional de más de 20 años, notamos que para servir nos degrada, atender agradablemente es un favor y ser cortés y amable, es debilidad...
... el panameño común, en estudio observacional de más de 20 años, notamos que para servir nos degrada, atender agradablemente es un favor y ser cortés y amable, es debilidad...
Ser amable, sincero y que le importe el dolor ajeno y quiera servir y aprovechar su puesto para ello, son los menos y son atacados buscan desprestigiarlos, porque son un recorderis de que se puede ser buen funcionario. Foto: Freepik.
Se preguntará usted por qué el comportamiento de muchos funcionarios estatales sobre tener privilegios, prebendas, tener cosas mejores que otros, a pesar de “representar” a la población menos favorecida y regirse por los valores, ética y demás aspectos loables del servidor público; nos referimos a ellos, aunque no son los únicos con ese comportamiento, lo hacemos por la importancia que tiene representar un papel de publico de servicio al país.
Primero que nada y el más importante es nuestra educación, la cual es tan sumativa e informativa y para nada formativa y centrada en el alumno. Este aspecto mantiene el nivel de competencia por “notas” y no por saberes, por promedios y no por sabiduría, la gente acumula bancariamente conocimientos, que no usa, no analiza, lo hace, lo presenta y lo olvida y no los liga o une a nada, por ende, no sabe realmente qué hacer con lo que sabe.
Lógico, entonces, exhibe solo una conducta de yo gané, yo tengo el puesto porque soy el más vivo, aunque lo hace, eso no es lo peor, puesto que se puede aprender, pero ni eso logra, solo tiene el salario, el cargo y sus derechos, pero no los deberes que trae con ello, el servicio.
Detengámonos en el servicio, puesto que el panameño común, en estudio observacional de más de 20 años, notamos que, para nosotros, servir nos degrada, atender agradablemente es un favor y ser cortés y amable, es debilidad, así que se busque desesperadamente ser servido, atendido, adorado, pues es el otro que está en desventaja y no yo.
Por otro lado, la ética y valores no forman parte de la formación como uno solo en nuestro desarrollo, por el contrario, valoramos al que se sale con la suya, el que de la noche a la mañana tiene cosas sin meditar mucho cómo las consiguió, pues esas cosas lo “hacen”, lo que nos adorna, lo de afuera, lo que otros ven es lo que importa, si no nos desnudan y se enteran que solo somos cascarón, seguimos tal cual como si nada hubiese pasado.
Desafortunadamente, personas que les importa el bienestar de ellos y, por ende, de otros, que ser amable, sincero y que le importe el dolor ajeno y quiera servir para ayudar y aprovechar su puesto para ello es lo que anhelan, son los menos y son vistos no solo como raros o en extinción, sino incluso, atacados, buscan desprestigiarlos y básicamente borrarlos, porque son un recorderis de que se puede ser buen funcionario y al compararse no buscan imitarlo, sino eliminarlos, para no tener competencia alguna y más para mí.
Claro, otro detalle más importante es el perfil psicológico real de estas personas, las cuales son acomplejadas, pero lo disfrazan muy bien con la “apariencia”, con baja autoestima, igualmente mediatizada con “cosas lindas” alrededor, pero personalidad muy frágil que poco escrutinio deja claro su incapacidad, sus múltiples fallas y faltas.
Cómo llegamos ahí, cómo empezó este artículo, con la deficiente e incompleta educación que ya va por 40 años de atraso y aun no vemos interés poderoso o real de cambiarla y mejorarla, así que la primera falla seguirá produciendo estos individuos, porque es vital recordar que una pared llena de títulos cualesquiera que sean, hasta doctorados, no garantiza mejores personas. Son ignorantes con diplomas, no estamos usando peyorativamente la palabra ignorancia, es que realmente ignoran conocimientos vitales, realmente no saben y el que no sabe no puede hacer, mejorar o reflexionar, urge mejora educativa.
VEA TAMBIÉN: Vivencias en el Museo de Botones Destro
Por otro lado, al sistema clientelista le conviene mantener el status quo, porque hay en fila muchos esperando su turno para ser diputados, representantes, “politicucho” de turno, funcionario estatal de muchas entidades, salvo las que ahora dan servicio eficiente, porque las hay y si quieren corroborar cómo lo lograron, lo hicieron educando y capacitando a la gente, porque las máquinas se aprenden a usar, pero atender requiere mejora como persona, primero tienes que amarte, respetarte para poder darle a los demás el mismo trato.
En fin, desde educarse, atenderse psicológicamente, conocerse profundamente, entender realmente quiénes somos, mejorarnos como personas, es la garantía de ser mejores ciudadanos y, por ende, funcionarios al servicio del Estado como realmente lo amerita este país, tan solo con atender este punto avanzaríamos un 75% en la mejora de la cosa pública y como sociedad.
Psicóloga Forense.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.