Seamos sinceros: la justicia de paz comunitaria está a la buena de Dios
Algunas parecen, literalmente, un cuchitril y en las mismas los funcionarios ya no trabajan con las uñas, sino con la cutícula. No tienen aire acondicionado, sus expedientes no están digitalizados, no tienen suficientes computadoras y las estructuras dan vergüenza.
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