Qué horrible ha sido
- Mons. Rómulo Emiliani cmf
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Cómo le pagamos al Señor, al rey de reyes, al señor de señores. Dios nos creó de la nada; nos hizo a su imagen y semejanza. Nos dio todo un mundo para que lo gobernáramos. Nos dio inteligencia, destrezas múltiples, voluntad, sentimientos, un cuerpo que funciona a la perfección, cada órgano, cada músculo, (más de 700), los huesos, (206 bien distribuidos), todo coordinado por un cerebro que tiene aproximadamente 100 mil millones de neuronas. El cuerpo humano tiene unos 30 billones de células. Todo funciona a la perfección. Mira cómo construye una pared un obrero, cómo desarrolla velocidad un atleta de maratones, de natación, o escala un alpinista, o una persona hace gimnasia. Todo el cuerpo humano actúa de manera sincronizada. Y puede hacer cosas increíbles. Nos maravilla ver cómo los deportistas baten récords olímpicos, superando marcas que parecían imbatibles; cómo los científicos siguen descubriendo e inventando cosas que contribuyen al bienestar humano. La aviación, el transporte terrestre y marítimo, la energía nuclear usada para el bien, la medicina y demás ciencias. Todo el tema de las comunicaciones. Cómo todo avanza. Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, de manera limitada por su condición de ser creado; el hombre sigue avanzando, creando más adelantos, provocando más bienestar a la humanidad.
Pero al Señor lo apresamos, lo torturamos, lo llevamos a una cruz y lo asesinamos. Así mismo. ¡Qué mal agradecidos! Con Cristo fuimos secuestradores, torturadores, asesinos. Y sin piedad alguna. Ahí murió colgado en una cruz quien gracias al Padre creó al mundo, y nos hizo a su imagen y semejanza. Y además vino a rescatarnos de la muerte eterna, muriendo por amor, perdonándonos.
Pero no satisfechos con eso, seguimos apresando, torturando y asesinando a Jesús, produciendo tanta maldad en el mundo, destruyendo al ser humano continuamente. En toda guerra quien sigue muriendo en Cristo. En la segunda guerra mundial murieron más de 40 millones de personas, muchos de ellos jóvenes soldados, además de las víctimas civiles, niños, mujeres. Y en la primera guerra mundial más de diez millones de personas. En la guerra civil española de 1936 al 39 murió un millón de personas. Actualmente hay en el mundo 733 millones de personas que padecen de hambre extrema, con las secuelas de desnutrición crónica, defensas bajas, muertes prematuras, debilidad generalizada. No reciben los nutrientes mínimos necesarios para trabajar, estudiar, vivir una existencia normal. Luego hay unas tres cuartas partes de la humanidad que es pobre. Cristo en todos ellos sigue padeciendo, torturado, crucificado. La pasión de Cristo continúa. El viernes santo es permanente. Lo seguimos recordando en nuestra liturgia cada año, pero es una realidad palpitante, cruel, dolorosa, de hoy día. Siguen matando a Cristo.
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