Psicología política y Psicoevolución, Ejemplo: Panamá
- Lesbia González
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- opinion@epasa,com
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Solíamos decir que una distinción entre los humanos y otras especies de seres vivos del planeta es nuestro raciocinio; pues aprendimos que los otros seres vivos también se organizan, claro por un imperativo biológico, un instinto…
Creíamos que éramos diferentes porque nos organizamos en parte por ese imperativo, pero por nuestras interacciones humanas, reaccionábamos distinto, ya que nuestro cerebro no solo quiere preservarse, quiere inmortalizarse, somos además de Seres Biológicos, Psicológicos y Sociales; somos seres espirituales y trascendentales.
Esa capacidad de raciocinio mas que nunca hoy día de adelantos tecnológicos y "progreso" se pone en duda, no porque no se han dado y cambiado nuestras vidas, sino más bien si realmente dicho progreso ha impacto la Psicoevolución o solo andamos aun evolucionando… (mera adaptación).
La política o bien común, debía ser parte o motor para el logro de esa Psicoevolución (trascender), que significa la mejora social, el evolucionar implica adaptarse y eso hemos hecho; pero no estamos psicoevolucionando lo suficiente para entender el bienestar social del grupo, Panamá no escapa, más bien acentúa esa brecha individualista mortífera para nuestro progreso humano, no es utopía, ya algunas sociedades han entrado en ello, ¿Qué hicieron?
En primer lugar, estas sociedades educaron constructivamente a su población, dejaron atrás lo ridículo de promedios y absurdas comparaciones, pues entendieron desde las neurociencias que todos somos capaces y extraordinarios y desde la ciencia de la felicidad o psicología del Bienestar podemos descubrir esa capacidades de cada quien, desarrollarlas y usarlas en el éxito personal de cada uno, que una sociedad educada en ese nivel, sola contribuye a su bienestar, pues desarrolla las competencias que se requieren para vivir en plenitud Psicosocial.
El desenfreno político traducido en la incapacidad de gobernar, tanto de los gobernantes como de lo gobernados, que reproduce una u otra vez la imperante corrupción a todo nivel, no es más que la ignorancia supina de sus actores sociales. Desde la educación constructivista se crea la capacidad en cada persona que es inteligente por sí misma y crea sus propios recursos psicológicos de modo que es un agente en si mismo de SU mejora y por lo tanto contribuye a la mejora de otros, la suma de esas mejoras hace una sociedad psicoevolucionada.
No es un secreto que cuando logramos hacer, entender, comprender, crear, somos más felices y contribuimos a nuestra salud mental y nos enfrentamos a los malos momento de forma mas benéfica para nosotros mismos y por ende lo que ofrecemos a los demás. Así una educación basada en nuestras capacidades ayuda en lo que sabemos y nos enfrenta mejor a lo que no sabemos, una persona con esas características es menos propensa a la violencia, maneja mejor su frustración no cargando a otros con su odio, intolerancia, o su incapacidad de entender otras formas de pensar, haciéndote un mejor humano, racional, emotivo, comprensivo, lo que contribuye a gran escala a la convivencia pacifica y civilizada que ya debíamos exhibir en este siglo XXI.
Los griegos denominaron la politikḗ el bien común y su afán era tener una sociedad con ese fin, todos estos siglos después ese bien común debió ser este el norte que nos guíe, en esa búsqueda infinita de mejora en las sociedades, de menos centros carcelarios y más escuelas, de beneficios tan básicos, como empleo, salud, vivienda, educación, infraestructura acorde a los cambios y necesidades, cambios de mentalidades y no ideas retrógradas imperando y menos obligando a otros a seguirlas.
Panamá es un país de enormes ganancias económicas, pero de escasos recursos humanos preparados para los cambios o psicoevolucionados, los administradores que hemos tenido de la cosa pública no han sabido llevarnos al primer mundo, pues en si mismos, están aletargados en la salsa de su propia incapacidad de Psicoevolucionar al bien común.
A las puertas de un mundo nuevo, es imperativo que migremos a la característica de ese primer Mundo el cual es: Educación de primer mundo, para tener entonces a las personas administradoras del bien común que realmente lo sean, de allí lo demás permea a toda la sociedad.
Así dejaremos de votar el voto, de ver gente aprovecharse de su puesto, de no servir al estado, sino servirse de él, de ver la ignorancia comerse nuestra escuela, familias, de ahogarse los sueños de la patria de Miró de alcanzar por fin su victoria en el campo feliz de la EDUCACIÓN. Autores es: Psicóloga Jurídico Forense y Docente Universitaria.
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