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Prioridades en turismo
- Jaime Figueroa Navarro
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La próxima administración debe ubicar a la cabeza del turismo no al amiguito, ni al que le hizo el favor en la campaña, ni al maleantito, sino a un profesional probo, con ese denominador común de amor por lo nuestro, plurilingüe, creativo, sin temor al trabajo sin más dilación y a palpables inmediatos réditos.
![Panamá es historia, una aventura desde su surgimiento de los mares, que invita a conocerla y a intimarla. Foto. Archivo Epasa.](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/turismo_desarrollo_panama.jpg)
Panamá es historia, una aventura desde su surgimiento de los mares, que invita a conocerla y a intimarla. Foto. Archivo Epasa.
Nos hace tanta falta un plan de trabajo orquestado y bien definido con los puntos sobre las íes.
Un ejercicio en planificación y ordenamiento de proyectos dentro del meollo de la improvisación que ha caracterizado nuestro turismo por siempre.
Enfocando un tema tan sensitivo como la industria del turismo en un teatro que todo lo ofrece nos permitiría salir del letargo en que nos hemos sumido desde que se fundó el 15 de septiembre de 1960, el Instituto Panameño de Turismo.
Es precisamente el tema de los detalles lo que nos podría convertir en una potencia turística, que enfoca su día a día a maximizar el aprovechamiento de lo que tenemos que ofrecer.
La próxima administración, si se trata de un gobierno serio, liderado por personajes con fervor patriótico, cuyos corazones palpan por el bienestar común, como predicaba valientemente el recién fallecido titán de la pluma del siglo XX, Istmeño, don Guillermo Sánchez Borbón, debe ubicar a la cabeza del turismo no al amiguito, ni al que le hizo el favor en la campaña, ni al maleantito, sino a un profesional probo, con ese denominador común de amor por lo nuestro, plurilingüe, creativo, sin temor al trabajo sin más dilación y a palpables inmediatos réditos.
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Como resultado de la presión de los jugadores claves de la industria, finalmente contamos con un Fondo de Promoción de Turismo que permite una publicidad fluida y permanente en los medios de los mayores mercados del mundo para captar, provocar, hacer salivar con deseos de visitarnos al potencial mercado.
Pero recordemos que en eso nos llevan preeminencia los mercados maduros, México, República Dominicana, Cuba, para mencionar algunos.
Para ultimar con broche de oro, se hace de esencia una biblioteca de folletería en inglés, francés y otros idiomas claves que incite al potencial viajero a una inmersión en el tema de su particular interés.
Y en eso no hay ningún país, ningún territorio ni islote en la región que sobresalte más en el lienzo de la oferta que la República de Panamá.
Por ende, debiésemos contar con una transfusión constante de ávidos turistas en vez del anémico, deslucido goteo al que nos hemos malacostumbrado.
Porque Panamá es historia, una aventura desde su surgimiento de los mares, que invita a conocerla y a intimarla, pero falta narrar sus capítulos, su cotidiano episodio, en una estridente crónica para que sea la telenovela más exitosa de todos los tiempos.
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Si Costa Rica ofrece su verdor, el nuestro, rebasado por Balboa, nos ofrece el Mar del Sur, aquel descubrimiento que permite el verdadero renacimiento del comercio mundial y un cerro Pechito Parao en Darién desde cuya cima le divisó, que bien podría ser el sitio de mayor número de visitantes del país, ignorado por la desidia, el oscurantismo y la pavorosa falta de creatividad de aquellos que han, anémicamente, dirigido los quehaceres de la industria sin chimeneas.
Se exige un esfuerzo mancomunado para el logro de la hazaña.
El director del aeropuerto de Tocumen, por ejemplo, debiese, todos los días salir de sus refrigeradas oficinas, caminar a lo largo y ancho de la terminal, revisar que los niveles de los recipientes de jabones y de papel higiénico en cada uno de los inodoros sea óptimo, que funcionen todos los elementos de su preciado sitio de trabajo, que florezcan contundentes y fluidos ejemplos de publicidad que inciten a los pasajeros en tránsito, quince millones en 2018, a un obligado retorno para olfatear, curiosear lo que se viene espumando en el istmo.
Todo esto será posible bajo un régimen, que, a lo opuesto de la errata, el teatro de lo absurdo a lo que nos hemos malacostumbrado, de una vez por todas transpire saladas y acuosas gotas de amor bajo nuestro intenso sol de mediodía en pro de todos los conciudadanos, del amanecer turístico, para que el progreso acaricie los lares, enjuague la corruptela y ratifique, madure el milagro de hacer las cosas bien la primera vez.
Líder empresarial.
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