Prevenir es mejor que solucionar
- Azihra Valdés
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- Directora de DIPRED
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Al iniciar el recorrido en la aplicación de políticas públicas que rescaten a los jóvenes en riesgo social, nos deparamos siempre con retos impuestos por la misma sociedad, que requieren tiempo y mucha colaboración en equipo para vencerlos.
Para aplicar mecanismos efectivos que prevengan a la población juvenil de incurrir en conductas sociales negativas, se requiere un enfoque integral que aborde sus necesidades emocionales, educativas, económicas y sociales.
El objetivo ideal número uno es el apoyo a las familias de forma integral, ofrecerles orientación y recursos a los padres o tutores que tienen a su cargo la formación de los más jóvenes. Comprometerlos de manera tal que se conviertan en el eslabón entre sus hijos y los riesgos de la calle.
Esto debe ir acompañado de espacios públicos seguros y recreativos desde ofrecer actividades deportivas, artísticas y culturales hasta involucrar a los jóvenes en actividades sociales para darles un propósito positivo, mediante programas de voluntariado o grupos de apoyo donde puedan compartir experiencias y aprender habilidades emocionales.
En la Dirección Nacional para la Prevención de la Delincuencia Juvenil (DIPRED) del Ministerio de Gobierno, trabajamos en la prevención de la violencia y las adicciones, con charlas y campañas que educan a los muchachos sobre los riesgos del consumo de drogas y la delincuencia. Asimismo, ofrecemos alternativas positivas para fomentar el deporte y las artes como vías de escape de entornos violentos.
La adolescencia es una etapa crucial en la vida de cualquier individuo. Es un período de cambios significativos, y a menudo, el mundo se convierte en un escenario de confusión y desafíos. Por eso apostamos a los talleres de habilidades blandas para enseñar comunicación, trabajo en equipo y resolución de conflictos mediante la capacitación en manejo de emociones y prevención de la violencia.
Buscamos también ofrecer educación y capacitación con tutorías y refuerzo escolar con mecanismos que brinden el apoyo académico fundamental para evitar la deserción escolar.
Aunque la lista de retos sigue, los esfuerzos de la ministra de Gobierno Dinoska Montalvo, también se multiplican:
Se trabaja en el establecimiento de alianzas para la vinculación con instituciones, sumar a las comunidades, la colaboración con ONGs y las iglesias a fin de ampliar el impacto.
Pero vamos más allá, y también incluimos el paso siguiente, porque lo que hagamos hoy con estos jóvenes, debe ser solo el inicio que les proporcione las herramientas para seguir por cuenta propia labrándose un futuro lejos del delito.
Se requiere capacitación técnica y vocacional a través de cursos que les permitan acceder a empleos dignos, así como apoyo económico para que aquellos que den muestras de aceptar el desafío del cambio, puedan continuar sus estudios.
Un programa de mentoría que permita a los jóvenes conectar con personas que les sirvan de modelo positivo e inspirarlos en su viaje hacia la edad adulta.
En la búsqueda de oportunidades de empleo y emprendimiento trabajamos de la mano con el Programas de Primer Empleo con la intención de facilitar su ingreso al mercado laboral y de apoyar la creación de pequeños negocios.
Debemos incluir a los jóvenes en la toma de decisiones sobre programas que los afectan porque es otra herramienta básica de este proceso ya que los adolescentes necesitan sentirse valorados y competentes. Es un método para fomentar la responsabilidad, una motivación que les ayuda a comprender la importancia de asumir sus acciones y decisiones, lo que los prepara para la adultez y les ayuda a confiar en sus habilidades.
Cada joven en riesgo social tiene una historia y necesidades específicas, por lo que el acompañamiento personalizado es clave. No subestimemos las redes de apoyo familiar y social y el apoyo psicológico - emocional.
Es un trabajo constante de motivación para que los adolescentes comprendan que son capaces de alcanzar sus sueños y superar cualquier desafío que se les presente en su camino. Acompañarlos en su crecimiento, brindarles apoyo y motivación positiva puede marcar una diferencia significativa en el desarrollo y en su camino hacia el éxito.
Es vital que, como padres, cuidadores y autoridades, sepamos acompañarlos en su crecimiento. La motivación adecuada puede marcar la diferencia en el desarrollo positivo de un adolescente y en la construcción de su autoestima y confianza en un período en el que los empiezan a buscar su identidad, se enfrentan a presiones académicas, sociales y personales. En este momento crítico de sus vidas, la prevención juega un papel esencial.
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