Gesta del 1 de Mayo
Por la defensa de los derechos laborales
- Modesto Rangel Miranda
Para que la clase de los asalariados se una y luche, es menester un desarrollo inusitado de su conciencia de clase y de su organización...
La lucha por la defensa de los derechos laborales no se inició históricamente el 1 de mayo de 1886, sino producto del modelo de esclavitud, basado en la explotación humana, de grandes civilizaciones como la egipcia, asiria, babilónica, persa, el Imperio romano y otras.
En el régimen esclavista, las relaciones de producción estaban basadas en la propiedad sobre los medios de producción y sobre los esclavos considerados instrumentos parlantes sin derecho alguno. La explotación de una importante masa de esclavos creaba el plus producto, lo que permitía a la clase alta esclavista liberarse del trabajo físico, trabajo que empezó a ser considerado como ocupación indigna de un hombre libre.
Derecho laboral en la Edad Media
Tras la caída del Imperio romano, esta cultura laboral tan denigrante para el ser humano pasó a ser ocultada y escondida. Las nuevas generaciones crecieron en un ambiente en el que el trabajo comenzó a ser considerado un bien social, una forma de sustento casi única y obligatoria. Una nueva conciencia política nacía: feudalismo. Los señores feudales y la Iglesia católica se repartían la mayoría de las ganancias, dándole poco a los obreros. Esto representaba que la clase obrera trabajaría para el señor feudal en sus tierras sin recibir pertenencias. Con las revoluciones estadounidense y francesa, se pensaba que se daría un verdadero auge, pero la Revolución industrial transformó el esquema social y económico de las naciones europeas, y del continente americano. La Revolución industrial enseñó que la riqueza no solo se obtiene por nacer en una familia noble, y que en cualquier parte hay oportunidades de crecer, que las necesidades humanas pueden ser satisfechas y, gracias a ello, uno puede enriquecerse. Con esto nacía el concepto del consumo.
La Edad Moderna transformaría los hechos con las grandes maquinarias, los nuevos mercados, las grandes fábricas fomentaban los sistemas de producción y necesidades sociales, lo que dio origen a la competencia, pero el anhelo de satisfacción de productos y enriquecimiento económico dio origen a fuertes movimientos laborales como el de Chicago de 1886, que marcó una huella en la lucha por los derechos de los trabajadores.
El 1 de mayo de 1886, la Unión Central Obrera de Chicago convocó a sus miembros a una gran concentración y huelga general para exigir ocho horas laborables. Pero esto costó la vida de muchos trabajadores y dirigentes sindicales, sin determinar cifras exactas. La mayoría eran inmigrantes: italianos, españoles, alemanes, irlandeses, rusos, polacos y de otros países.
La lucha por la defensa de los derechos laborales representó un gran triunfo para el movimiento obrero porque lograron las 8 horas laborables, la que fue una de muchas victorias que obtendrían los movimientos obreros a nivel mundial, pero con la globalización corren peligro, ya que el neoliberalismo propone una política de consumo libre en los mercados tradicionales constituyendo el cambio de actitud de grupos que desean mantener el pleno control del poder económico de pequeños grupos hacia las grandes mayorías.
Para que la clase de los asalariados se una y luche, es menester un desarrollo inusitado de su conciencia de clase y de su organización; sin estas dos premisas, difícilmente podrá unirse la clase trabajadora, ya que esta, al estar sujeta por la ideología neoliberalista, tiende al individualismo y a la fragmentación por intereses económicos y particulares, manteniéndose de esta forma la hegemonía capitalista a nivel mundial.
Por esta razón, debe quedar claro que sin unidad de la clase trabajadora no es posible una verdadera lucha obrera; si la clase trabajadora no es consciente del papel histórico que puede asumir, no es posible transitar a una sociedad más allá del capital, y si los trabajadores y las trabajadoras no están organizados, es imposible que derroten al poder de los capitalistas y construyan una sociedad que libere a las grandes mayorías, que empodere a todo el conjunto social.
Sin embargo, es importante señalar que las conquistas logradas por los trabajadores garantizarán el pleno respeto a sus derechos. En países democráticos existen todavía ciertas diferencias, pues algunos empresarios explotan injustamente a sus trabajadores, quienes no tienen un consenso sobre el respeto a sus derechos laborales.
Estas acciones deben ser censuradas, ya que el Código de Trabajo estipula que en fiesta nacional deben cerrar y darles día libre a sus trabajadores. Ojalá que en un tiempo no lejano cambien estas acciones en favor de los panameños.
Comunicador social
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