Panamá
Política injerencista colonialista de Donald Trump
- Luis A. Gutiérrez T.
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- Periodista y catedrático universitario
Los Tratados Torrijos Carter, dieron pie, de que nosotros rescatáramos nuestra Soberanía y manejáramos el Canal, desde hace 25 años.
El nuevo huésped de la Casa Blanca, a partir de este lunes 20 de enero, ha amenazado con colonizar Groenlandia, añadir una estrella más a la bandera de las barras considerando a un país soberano como Canadá para integrarlo a los Estados Unidos, cambiar el nombre al Golfo de México, y, lo peor, manifestar irresponsablemente ser dueños del Canal de Panamá.
Los Tratados Torrijos-Carter dieron pie para que nosotros recuperáramos nuestra soberanía y manejáramos el Canal desde hace 25 años.
Estas ideas descabelladas de Trump recuerdan la política del Gran Garrote ("Big Stick") del presidente Theodore Roosevelt, derivada de la Doctrina de Monroe, con el propósito de dominar el hemisferio mediante una política expansionista y de dominio económico en América Latina.
Nuestro país siempre ha sido un punto estratégico para los Estados Unidos, lo que llevó a que se apropiaran de la franja canalera, llamada Zona del Canal, desde 1903, así como del propio Canal de Panamá.
Desde que los Estados Unidos tomaron el control del Canal de Panamá, siempre hemos contado con un pueblo antiimperialista que, con sus luchas y manifestaciones, se ha enfrentado a esa injerencia. Ejemplo de esto son la lucha inquilinaria de 1925, que fue reprimida por los marines; la del 9 de enero de 1964, con 21 muertos y centenares de heridos; la siembra de banderas de 1958, y una infinidad de manifestaciones en las calles y ante la embajada estadounidense.
A pesar de la prepotencia de los gobiernos republicanos y demócratas, ruge una unidad nacionalista del pueblo panameño, que no solo le respondería a Donald Trump, sino que, por la vía diplomática, defenderá lo que nos pertenece.
Es importante recalcar desde nuestro suelo patrio que contamos con la solidaridad de los pueblos libres de América Latina y del mundo, tal como la recibió el general Omar Torrijos Herrera. Torrijos, como estadista y convencido de la lucha del pueblo panameño durante 74 años, firmó los Tratados Torrijos-Carter, demostrando que la sangre de los mártires de enero no fue en vano. Gracias a esos tratados se erradicó la última estaca colonialista de nuestro suelo.
Hoy más que nunca, cada panameño es un Ascanio Arosemena y un Omar Torrijos, dispuesto a no dejarse arrebatar lo que nos pertenece, frente a un injerencista y colonialista del siglo XXI con las mismas garras de los siglos pasados y de una era irracional.
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