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Política energética nacional
- Vivian Velarde
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De acuerdo con el Plan Energético Nacional 2015- 2050, Panamá tiene como objetivo que el 70% de la energía sea producida por fuentes renovables alternas.
Solo un 7% del consumo energético en Panamá es abastecido con energía eólica, según un informe de la Secretaría Nacional de Energía de mayo 2018.
La necesidad de desarrollar fuentes alternas para la producción de energía es una actualidad en la política energética nacional de diversos países.
Toda vez que los recursos antiguos como combustibles fósiles son escasos y perjudiciales para el medio ambiente, la diversificación energética es una necesidad presente.
Mientras que países como Reino Unido, Dinamarca, Noruega, China, Costa Rica, entre otros, cuentan con una alta producción de energía a través de fuentes renovables, Panamá da sus primeros pasos en esta área.
De acuerdo con el comunicado de la Secretaría Nacional de Energía, en mayo de 2018, solo un 7% del consumo energético en Panamá es abastecido con energía eólica.
Lo cual es mínimo en comparación con los países mencionados.
De acuerdo con el Plan Energético Nacional 2015- 2050, Panamá tiene como objetivo que el 70% de la energía sea producida por fuentes renovables alternas.
Entre los objetivos se encuentra que la producción del 15% al 30% la electricidad de nuestro país derive de energías renovables y no hidráulicas, para el 2030 y 2050, respectivamente.
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Sin embargo, hasta la fecha, la energía hidráulica lidera la producción energética en nuestro país.
Este tipo de fuente energética no es considerada alternativa por sus desventajas para el medio ambiente.
Las hidroeléctricas afectan los ecosistemas fluviales.
Por ejemplo, destruyen los hábitats que ahí existen, modifican el caudal del río y la temperatura del agua.
Adicionalmente causan desplazamiento de comunidades y perjudican la producción agrícola, lo que afecta el precio de la canasta básica.
La problemática de las hidroeléctricas en nuestro país es una realidad que ha sido reconocida incluso por el Ministerio de Desarrollo Agropecuario en su informe de 2015, en el que mencionan que estas afectan la calidad y disponibilidad del agua.
Por ende, no es recomendable que el país siga invirtiendo en la construcción de hidroeléctricas en lugar de ampliar el mercado a la energía renovable alternativa.
Con el fin de guiar a Panamá en esta área, la Agencia Internacional de Energía Renovable (Irena por sus siglas en inglés) presentó este año su "Evaluación de preparación de las energías renovables".
Entre las conclusiones de Irena se destaca que "Panamá tiene políticas limitadas para apoyar el despliegue de energías renovables".
Adicionalmente señaló que la inversión en proyectos eólicos y solares en Panamá se dificulta, ya que es un mercado enfocado mayormente en la energía hidroeléctrica.
La política energética en Panamá debe adecuarse a las características de las energías renovables varias para incentivar el desarrollo de proyectos solares y eólicos.
Para este fin, una buena política energética debe incluir mecanismos de apoyo financiero para los inversionistas, lo cual garantizaría la rápida expansión de proyectos renovables y su integración al mercado energético panameño.
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Adicionalmente nuestra política energética nacional debe contemplar la construcción de infraestructura adecuada para la transmisión ininterrumpida de electricidad originada de este tipo de proyectos, la cual actualmente es escasa en nuestro país.
Para entender un poco más la afectación de una política energética nacional débil en cuanto a energías renovables, es importante tener una idea clara del concepto de potencia firme.
Esto es la cantidad real de energía que un generador puede garantizar como disponible bajo condiciones de operación máximas.
Debido a que Panamá tiene políticas limitadas que no fomentan el desarrollo de proyectos renovables, la producción de energía renovable alternativa es intermitente y con una capacidad de despacho poco confiable.
Estos factores ocasionan un valor cero de potencia firme en las energías renovables varias en Panamá, lo que representa incertidumbre para el inversionista y disminuye la posibilidad de futuras inversiones en este campo.
Lo que queda claro, luego de analizar estos puntos, es que si Panamá mantiene una política energética débil y únicamente enfocada en beneficiar a las hidroeléctricas, será imposible alcanzar las metas trazadas de producción de electricidad limpia en el Plan Energético Nacional 2015 – 2050.
Abogada y asesora en Derecho de Energías.
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