Panamá
Panamá: Inconstitucionalidad de la agenda 20/30
- Silvio Guerra Morales
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Luego de haber transcurrido más de 6 años, cabría preguntarnos si el gobierno nacional tenía conciencia, conocimiento absoluto y pleno, noción clara, comprensión cabal, de qué significan o qué entrañan estos puntos, denominados "objetivos para el desarrollo nacional", de las ODS?.
En Septiembre 23 del año 2015, la Ex canciller Isabel De Saint Malo de Alvarado, con muchas pompas y hasta con cierto deje de alegría, en noticia periodística, dada a conocer que el Gobierno Nacional regentado por Juan Carlos Varela, había adoptado, sin consultar a ningún panameño, de espaldas al pueblo, como aconteció con muchas otras cosas, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como principios rectores, pautas, para el "desarrollo nacional", y, adicionalmente, que se crearía una Comisión Interinstitucional de Apoyo y Seguimiento para su implementación y con deje de jactancia, señalaba que Panamá se colocaba a la "vanguardia a nivel internacional en el compromiso para cumplirlos".
Luego de haber transcurrido más de 6 años, cabría preguntarnos si el gobierno nacional tenía conciencia, conocimiento absoluto y pleno, noción clara, comprensión cabal, de qué significan o qué entrañan estos puntos, denominados "objetivos para el desarrollo nacional", de las ODS?. Veamos: Según el Decreto 393 de 15 de Septiembre de 2015 - Gaceta Oficial No. 27870-B, de 15 de Septiembre de 2015-, se persigue alinear los objetivos, programas y proyectos de los programas del Gobierno Nacional con los de la ODS y "alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible".
Estas palabras fueron rubricadas por la Ex Canciller. La Ex Canciller, en el Gobierno del mandatario Cortizo, Srita. Erika Alexandra Mouynes Brenes, siguió la misma filosofía de este supuesto "desarrollo sostenible" a los extremos de que, como mensaje final luego de su intempestiva salda de la cancillería, se jactaba y enorgullecía de su labor en dicho ministerio dado que había tenido como norte y bandera la defensa de los famosos puntos de esta Agenda 20/30, entre ellos la igualdad de género, los derechos feministas, la defensa del "orgullo gay", los derechos de los LGTB (Etcétera), el cambio climático, en fin. Mucho se ha cacareado que esta agenda busca, como compromiso fundamental, el saldar las brechas de desarrollo territorial y social a fin de mejorar la calidad de vida de la población con un "crecimiento económico inclusive".
Las ODS serían adoptadas por los Estados Miembros de las Naciones Unidas en el marco de la 70º Asamblea General, como parte de la Agenda de Desarrollo Post 2015, que guiarán sus políticas de desarrollo al año 2030. Sin embargo, este discurso de las ODS es falsario. Sus postulados, que rezan así: Los 17 ODS Post 2015, que comprometen tanto a países en desarrollo como desarrollados, se proponen alcanzar metas de inclusión y sostenibilidad, mediante la erradicación de la pobreza y el hambre; garantía de vida saludable, educación de calidad e inclusiva, igualdad entre los géneros, agua y saneamiento, acceso a energías, conservación del ambiente, crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, empleo pleno y productivo, y trabajo decente para todos, entre otros. Pero, que implican, en realidad, estas puntos de las ODS?. Tales puntos, su realidad cruda, encubiertos con fines y propósitos halagadores, pero mentiras puras, persiguen, como se ha visto ya en su implementación: 1. La deshumanización del ser humano y la humanización del animal; 2. La destrucción del lenguaje y la destrucción de las clases medias; 3. La liquidación de la soberanía de las naciones; 4. El ataque a las familias, a la vida y a las raíces.
Esto es, apenas, parte de la Agenda 20/30 que tras sus supuestas “bondadosas 17 medidas”, detrás de ellas, lo que existe es una muy estudiada, programada, planificada y muy bien financiada,
porno pocos poderosos de los imperios económicos mundiales, su aplicación que se traduce en la acción política. Por ello, en esta Agenda 20/30 convergen los ideales más perversos del comunismo, sin dejar de mencionar que la arrogancia de estos poderosos es la nota distintiva de sus comportamientos en las apariciones públicas: un desdén y menosprecio por los demás, con lo cual predican sus pactos con la muerte. Bill Gates, uno de sus autores e impulsador sin descanso de esta nefasta agenda, con todo desdén y menosprecio, sin disimulo ni ocultamientos, ha dicho qué es lo que se esconde tras la acción por el clima, que es uno de los objetivos 20/30: “Si hacemos un trabajo realmente bueno con las nuevas vacunas, los servicios de salud y la salud reproductiva, el aborto, podríamos reducir la población entre un 10 al 15% y así reducir la población mundial y controlar el calentamiento global”.
¿Qué más propone la ruleta rusa de la agenda 20/30?. Persigue, de modo anonadado, la igualdad de género, ó sea destruir la familia tradicional, al hombre, a la mujer y, a través del aborto, a los niños. Quieren destruir la cándida inocencia de los niños sembrando en sus mentes la perversión de todo pecado e inmoralidad, básicamente sexual. Dios no lo permitirá. Cristo lo sentenció: “Dejad a los niños que venga a mi, porque de los tales es el reino de los cielos”.
Hablan de inclusión, pero de inclusión no hay nada, en lo absoluto. Al contrario, cada día son mas excluyentes, pues la inclusión solo se predica en función de la destrucción de los valores y de todo principio bueno para el ser humano. Tenemos, frente a esta horrorosa Agenda 20/30, que salir al paso en la defensa de los valores de la familia, de la vida, de nuestros derechos como seres inteligentes, dignos y libres; en la defensa de nuestra niñez, del matrimonio y la familia.
Salgamos, de una vez por todas, sin miedos ni inhibiciones, a erradicar la mal llamada “corrección política”, y sigamos desenmascarando la Agenda 20/30, a sus ODS, entre ellos la
ideología de género, la violencia del feminismo y sus colectivos, a fin de que en los años del Apocalipsis Cristo nos encuentre militando en sus ejércitos del bien. Los meses y pocos años subsiguientes a la (Plan)pandemia, empiezan a dar muestras indubitables de que los puntos de las ODS son, en definitiva, un programa diabólico para acabar con la gente buena. Frente a lo que realmente entraña esta perniciosa y destructora agenda, pregunto: ¿Son sus puntos o fines, sus objetivos, cónsonos con nuestras disposiciones constitucionales que regulan estas materias?. Mi respuesta categórica: No. ¡Dios bendiga a la Patria!.
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