Palabras
La OEA, la ONU y la UE saben que para sacar a estos cavernícolas de la cueva deben ahogar su única fuente de oxígeno.
- Alonso Correa
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- - Publicado: 15/12/2020 - 12:00 am
"El peor desprecio es el no hacer aprecio" decía mi abuela. Que te ignoren puede ser la peor tortura que se pueda cometer contra alguien. No prestar atención puede causar que el que te cometa una ofensa se aburra y se retire. Porque el silencio es el miedo más profundo del ser humano, una acción sin reacción puede llegar a ser peor que la injuria más ultrajante que se le ocurra. Como comer y no saciarse.
La dictadura venezolana se mantiene en el poder ignorando todo cuestionamiento, seguirá mamando de los recursos del Estado hasta que estos se agoten sin siquiera prestarle atención a los regaños que les dirigen.
Las nuevas elecciones fueron, otra vez, un fraude con todas las letras. El temible circo bolivariano ha gestado una manera tan precisa de hacer trampa que es casi inadvertible para los observadores internacionales. Otra vez las grandes organizaciones internacionales tratan de resolver lo que es, ha sido y seguirá siendo una autocracia con largos discursos acerca de la responsabilidad del fin del infierno que está viviendo el pueblo venezolano por tener al poder a indeseables y narcotraficantes.
Solo utilizan eso, las palabras, tratan de utilizar el sonido y la luz para hablar con un sordo, mudo y ciego. Las "sanciones" que ponen no causan ninguna mella en el amplio abanico de maneras que utilizan los cabecillas comunistas para sacar dinero de Venezuela. Utilizan el papel, la dialéctica y la lógica contra trogloditas que solo conocen la violencia. La OEA, la ONU y la UE saben que para sacar a estos cavernícolas de la cueva deben ahogar su única fuente de oxígeno. Todos los familiares que están en el extranjero recibiendo maletas llenas de dinero, los millones de dólares que están siendo remitidos a cuentas en paraísos fiscales y la laxitud de los gestores extranjeros para enjuiciar a los que están huyendo son las claves para que estas lacras sean quienes tiren de los hilos del derruido país.
Todos los comunistas afines al chavismo hablan de cómo los castigos de la comunidad mundial no deja florecer al maravilloso Edén socialcomunista en América del Sur, cómo el imperialismo rampante de los Estados Unidos rechaza ayudar a la famélica población americana, pero siempre obvia cómo fue Hugo Chávez el culpable de la caída de la nación más rica de América Latina, de cómo las expropiaciones de propiedad privada enviaron al extranjero todo el financiamiento que hubiese llegado al país, de cómo PDVSA en 11 años aumentó su planilla en 40 000 empleados con solo socios del partido del gobierno y más importante, callan la manera como los dirigentes socialistas y comunistas han desviado más de 4 200 000 000 de dólares hacia sus cuentas en Suiza.
Lo de la semana pasada solo fue una función más en el anfiteatro americano y las presidenciales del próximo años serán tres cuartas partes de lo mismo. Hasta que no se empiece a cazar a los que les siguen dando aire, a todos aquellos responsables de que Maduro, Diosdado y Delcy sigan pudiendo comer en bandeja de oro nada cambiará. Se debe empezar por aquellos que continúan el apoyo a una dictadura sin ningún tapujo desde la que sigue siendo la cuarta economía más grande de Europa y los responsables de que el barrio de Salamanca en Madrid se convirtiera en un búnker para los más altos cargos del chavismo: Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias, José Luis Zapatero y José Luis Ábalos.
Hasta entonces se debería poder crear una oposición real en Venezuela. Una sin disputas y que haga el trabajo como es debido. Si algo debe cambiar es la fragmentación que existe dentro de lo que debería ser una mole sólida que logre contener el desbarajuste y la corrupción que traen consigo los miles de apátridas que están dentro del régimen.
Estudiante panameño en España.
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