Oda a la Patria
- Silvio y Ramiro Guerra Morales
Y es que la madre Patria, como quiera que la entendamos, se le lleva dentro, muy dentro del alma.
Cuando el bardo panameño Ricardo Miró escribió "La Patria es el recuerdo, pedazos de la vida, envueltos en jirones de amor o de dolor..." expresó un concepto subjetivo de Patria; sin embargo, cuando en esos sentidos versos de la poesía Patria también advierte "Oh Patria tan pequeña, tendida sobre un istmo, donde es más claro el cielo y es más brillante el sol, en mi resuena toda tu música, lo mismo que el mar en la pequeña celda del caracol...", es indubitable que dejaba plasmado un concepto objetivo de Patria.
Y es que a la madre Patria, como quiera que la entendamos, se la lleva dentro, muy dentro del alma y del corazón sin incurrir en las distinciones de la Patria como sentimiento o como terruño geográfico. Cuando lejos de ella nos encontramos, principalmente, es que afloran a nuestros sentimientos las añoranzas por nuestro país, por su gente, por nuestra campiña, nuestra forma de ser y de querer. Recordamos también sus calles, avenidas, su historia, nuestras luchas, y cuando se nos pregunta cuál es nuestra nacionalidad, con grandiosa y sublime vanidad, al paso contestamos: ¡Panameño! o ¡Panameña!
La Patria es algo más que un sentimiento y que una identidad. Se lleva aferrada al corazón como el más valioso prendedor. Ni bardos ni trovadores, poetas ni cantores, han podido condensar en un sólo verso lo que es la Patria ni recoger dentro de él cuánto puede llegársela a amar.
Patria, ha dicho uno de nuestros más consagrados cantantes "...son tantas cosas bellas"; sin embargo, también hacen a la esencia del concepto Patria nuestros traumas, dolores, sufrimientos y experiencias no gratas. Ella, como una totalidad de elementos que la conforman, engloba un universo de experiencias que justifican nuestra existencia dentro de un espacio y tiempo. A la Patria, tarde o que temprano, advierten los poetas, tendremos que rendir cuentas. A ella se la emula como una legítima madre: nos añora, nos contempla, cuida de nosotros, está pendiente de nuestras acciones, quiere que cada día seamos mejores hijos y que con orgullo, sin igual, rindamos un permanente tributo de glorias y de esperanzas frente a su altar. A la Patria no se la mancilla ni ofende. Esto lo han comprendido literatos, poetas, filósofos y políticos, de todas las épocas, cuando crearon la expresión: "Ante el Altar de la Patria".
"¡Ante el Altar de la Patria!" Sí compatriotas: ante él concurramos todos en muestra de sacramental pleitesía; inclinemos nuestras cabezas como señal de arrepentimiento; levantemos nuestras manos y demos infinitos aplausos en señal de júbilo porque nuestra madre Patria está de fiesta!.
¿Quiénes deben concurrir al Altar de la Patria?. Respondemos: Los limpios de manos, los de corazón puro, quienes no han cometido sacrilegio en contra de ella ni han fornicado en su templo ni en sus atrios. Será que el amor a la Patria es el mismo que se le profesa al Creador? Desde luego que son dos amores incomparables, nunca podrán ser iguales. Pero es indubitable que el amor a la Patria tiene del segundo la dulzura y la permanente devoción. De éste asemeja sus notas de reverencia y pureza para convertirse en un amor sacramental.
Sin entrar en consideraciones de carácter sociopolítico respecto al centenario de la República, lo que sí resulta incontrovertible es que nos encontramos en el mes de la nacionalidad panameña. Como bien reza una de las notas del Himno Nacional "con ardientes fulgores de gloria se ilumina la nueva nación". Sin embargo, es preciso que reflexionemos: ¿qué estamos haciendo de nuestra Patria? ¿cómo estamos rindiendo honor a ella? ¿quiénes merecen realmente ser llamados hijos de la Patria? ¿por qué debemos honrar a la Patria? ¿por cuáles rumbos camina la Patria? ¿cuál es la relación que hay entre Patria y justicia? ¿por qué hay hombres sin Patria? ¿por qué hay Patria sin hombres? ¿quiénes son los que ofenden y destruyen la dignidad de la Patria? ¿qué diferencia hay entre ser patriota y patriótico? ¿quiénes son los patrioteros? En fin, son preguntas que tenemos que repensar para poder contestar de modo categórico y sincero. Sin embargo, procuraremos sintetizar la respuesta en la siguiente anécdota: hace aproximadamente dos años, el jurista argentino ADOLFO ALVARADO VELLOSO interrogó a Silvio de la siguiente manera: "Por qué peleas tanto por tu Patria? En principio, la pregunta me impresionó y me pareció hasta un tanto capciosa. Tras breves intervalos de reflexión, mi hermano pudo responder de la siguiente manera: "Porque en alguna ocasión leí que hay que hablar por los que no hablan, llorar por los que no lloran, defender a quienes no saben hacerlo; denunciar en nombre de quienes no se atreven". Al escuchar esa respuesta ALVARADO VELLOSO acotó "Me parece muy bien, hijo, pero permíteme darte un consejo: "Cada vez que hables o pronuncies un discurso, procura invocar la palabra Patria!. Porque Patria es un concepto que golpea, desnuda y descubre. En consecuencia, es una palabra que permite distinguir entre el buen y mal hijo de ella. Nunca olvides mencionar la palabra Patria." Yo, Ramiro, como testigo que doy fe, confieso que hemos seguido esa exhortación.
Esa es la razón por la cual hemos venido, durante todo este tiempo, cada vez que hablamos, cada vez que escribimos, cada vez que denunciamos, mencionar la palabra Patria.
La Patria está por encima del pueblo; el pueblo pertenece a la Patria. La Patria está por encima de gremios y sectores, o como quieran llamarlos: fuerzas vivas del país. La Patria somos todos y patriotas también son aquellos que, sin haber nacido en nuestro terruño, creen en esta República, la aman y quieren verla enrumbada por caminos de paz y de prosperidad. La Patria se lleva en la sangre y quienes no tienen Patria en ella, nunca podrán, jamás, pretender dirigir los destinos de una nación. Hoy queremos gritar junto a MATEO ITURRALDE "Yo no vendo a mi Patria". ¡FELICIDADES, PANAMÁ!
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