Panamá
O metemos el gol o fallamos el penal
- Dr. Eric Molino Ferrer
Toca tomar decisiones con mente fría y de manera apolítica pensando en las futuras generaciones no las próximas elecciones.
El pasado 30 de enero, Bank of America (BofA) emite un reporte con un tono cautelosamente optimista pese a los riesgos geopolíticos latentes. Considerando la breve, pero tensa fricción entre Colombia y la administración Trump, el reporte reconoce que la retórica dirigida al Canal es alarmante y debe ser manejada con precaución. No obstante, el análisis parece apostar a las posibles recompensas de un buen manejo de los desafíos domésticos de corto plazo.
Como era de esperarse, los retos mencionados en el reporte son las reformas a la Caja de Seguro Social, reapertura de la mina y el déficit fiscal. Y es que al final, estas son 3 caras del mismo problema: no hay "chen chen" y hay que ordenar la casa.
Después de meses de debate, la Asamblea parece avanzar en la aprobación del segundo bloque de modificaciones a la reforma presentada por el ejecutivo incluyendo consideraciones de gremios empresariales, sindicatos y los partidos políticos. Este bloque se ha enfocado en la sostenibilidad financiera de largo plazo del programa de pensiones para evitar el riesgo de tener que nuevamente hacer reformar en el futuro cercano. La aprobación de las reformas sería una gran victoria política y económica para la administración Mulino y, según el informe, podría alentar a los diputados a tomar una decisión sobre la mina.
Las encuestas muestran un declive considerable en el rechazo a la minería de 80 a 90% a inicios de 2024 a 50%. Esto se debe a varios factores incluyendo el notable impacto que ha tenido el cese de operaciones en la economía como el drástico aumento en el desempleo, sobre todo en el interior del país. De acuerdo con BofA, el impacto de la mina en la economía fue de 3% del PIB lo que lo pone al mismo nivel de los aportes del Canal. Ciertamente existe un componente político en la discusión de la mina, pero es claro que es imperativo atender decisiones orientadas a la creación de empleos ya que encuestas lo posicionan como la principal preocupación del panameño. Evidentemente, una economía en crecimiento le daría al gobierno mayor espacio de maniobra para cumplir con los objetivos sociales y fiscales que necesita el país.
El aumento desmedido de la deuda en los últimos años ha aumentado el riesgo país y el costo de financiamiento, creando una presión a las finanzas nacionales. Reducir la abultada planilla estatal y la revisión de subsidios ineficientes deben ser parte de la estrategia fiscal, pero no podemos perder de vista que debemos buscar maneras de aumentar la recaudación. Para esto, no es necesario subir los impuestos sino facilitar la reactivación de proyectos detenidos y atrayendo la inversión para que se puedan generar empleos y aumente así la recaudación a través de mayor actividad económica.
Pareciera que, pese a la incertidumbre geopolítica, tenemos como nación el control de poder decidir nuestro propio destino y volver a los años de dinamismo económico. Toca tomar decisiones con mente fría y de manera apolítica pensando en las futuras generaciones no las próximas elecciones. Tenemos la portería en frente y está a nuestros pies meter el gol y no fallar el penal.
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