Mensaje
No te equivoques
No te equivoques y llenes tu boca de halagos por el asombro que te cause el rico bien abastecido con su auto de lujo, su mansión de ensueño y su yate en el puerto atracado, si sus bienes han sido mal habidos, robados al Estado o conseguidos por narcotráfico solapado.
- Rómulo Emiliani
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- - Publicado: 24/7/2020 - 12:00 am
No te equivoques cuando veas a un pobre harapiento por los infortunios de la vida y pase a tu lado y no quieras siquiera verlo de reojo.
Porque en él está el Dios bueno y santo que vive en su cuerpo cubierto de harapos.
Cuidado con despreciarlo y mostrar tu cara de asco, porque insultas al Dios amado que está a gusto en ese pobre desamparado.
No te equivoques, porque hay en él un alma llena de gloria, aunque la terrena envoltura carezca de gracia y belleza.
No te equivoques y llenes tu boca de halagos por el asombro que te cause el rico bien abastecido con su auto de lujo, su mansión de ensueño y su yate en el puerto atracado, si sus bienes han sido mal habidos, robados al Estado o conseguidos por narcotráfico solapado.
Podrá oler a perfumes los más caros, y vestir como un príncipe persa, y volar en su jet privado a lugares los más exóticos y apartados, pero su realidad bien manifiesta es que es podredumbre hedionda, fétida a mil leguas, si por su culpa jóvenes han muerto intoxicados por la droga, familias han quedado enlutadas por las balas de sicarios, aquellos que matan a jueces y policías si investigan y descubren a traficantes de drogas, bien crueles, pero por el mundo afamados.
No te equivoques si ves señoras muy elegantes cubiertas de joyas y que nadan en millones y asisten hasta en Paris a desfiles de modelos, para ver y comprar las modas más gustadas y exhibirlas en sus fiestas privadas para satisfacer su vanidad, rodeadas de un mundo de miseria, de gente que no tiene ni para comer decentemente hoy.
No te equivoques porque no hay tanta elegancia, sino egoísmo el más supino, ignorancia llevaba al máximo, porque su única preocupación es eliminar de sus caras las arrugas y no subir ni medio quilo de peso, cuando la angustia debería ser cómo compartir su dinero con los que no tienen.
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Porque no se condena el rico por lo que tiene, sino por no compartir lo que obtiene con generosidad con los que no tienen.
Y no importaría si tuviera aún más fortuna si creara empleos, invirtiera en empresas que trabajo de y fuera justo con sus empleados y donara de sus bienes a fundaciones que ayudarán a los más pobres y necesitados. Y así ojalá tuviera más.
No te equivoques que todo pasa y se acaba, y lo que queda son nuestras buenas obras y en el cielo de eso nos juzgarán, y los más pobres serán nuestros testigos que asegurarán que les dimos aún de lo nuestro necesario para calmar su hambre, y por eso seremos por misericordia por Dios glorificados.
Monseñor
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