La no tan nueva caverna
... estamos dentro de una caverna, detrás unos titiriteros pasan figurillas y vemos así reflejado sus formas, pasamos esas sombras como objetos reales. Estamos “atados por las piernas y el cuello de modo que tenga que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante” (514 b), así somos presa de nuestra ignorancia y falta de educación.
- Abdiel Rodríguez Reyes
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- - Publicado: 18/2/2021 - 12:00 am
Salir de la caverna no nos haría mejores personas, pero sí menos tontos. Foto: EFE.
Poco a poco, nos vamos entregando a las sombras del engaño, la apariencia, las opiniones y el sentido común. Es decir, a la caverna de Platón. Renunciando a estar “más cerca de la realidad” (515 d), “la idea del bien [...,] lo recto y lo bello” (517 c).
Lo que antes pasaba desapercibido en la esquina de un barrio, en un coctel e incluso en la barra de un bar; ahora se eleva y, si está acompañado de un puñado de seguidores y espectadores, a verdad universal. Muchos medios de comunicación e influencers de redes sociales, reproducen la caverna de Platón.
¿En qué consiste? En el Libro VII de La república [Platón. La república, Manual Fernández-Galiano y José Manuel Pabón (intr., trad.), Madrid, Alianza Editorial1994] se habla de una caverna. Es un texto clásico, siempre nos dice algo, solo es cuestión de sacudir el polvillo, como diría Ítalo Calvino.
Podemos decir que estamos dentro de una caverna, detrás unos titiriteros pasan figurillas y vemos así reflejado sus formas, pasamos esas sombras como objetos reales. Estamos “atados por las piernas y el cuello de modo que tenga que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante” (514 b), así somos presa de nuestra ignorancia y falta de educación.
En una primera dimensión solo vemos las sombras, en una segunda vemos las figuras, luego “los objetos mismos” (516 b), “lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien”.
Salir de la caverna no nos haría mejores personas, pero sí menos tontos. Aunque al final sí. Ya que, parafraseando a Platón, saliendo de la caverna al ver los objetos reales podríamos contemplar el bien.
Los medios de comunicación y las redes sociales no solo informan y socializan; muchas veces manipulan, tergiversan, discriminan y carentes de conocimiento, emulan los artefactos falsos y titiriteros de la caverna.
Bien pudiesen potenciar el conocimiento, el pensamiento crítico y los principios éticos, para que todo mundo pueda pensar con su propia cabeza, como todo mundo come su comida sin pedir a otro que se la mastique y actuáramos en función de ellos.
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Algunos medios y redes sociales son un hervidero de manipulación, noticias falsas y linchamiento. En general, mera opinión y sentido común, contrario al “buen sentido”, como diría Gramsci. Con las excepciones para confirmar la regla. Estamos ante la no tan nueva caverna.
Profesor de Filosofía en la Universidad de Panamá.
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