Decisiones
No soy una más
¿Eres tú la misma persona que hace unos minutos me cantabas esas canciones llenas de amor y valores y ahora me sugieres matar a un hijo de ambos si en un supuesto quedara embarazada?
- Bernardina Moore [email protected]
- - Publicado: 01/9/2018 - 12:00 am
Mi bebé merece la oportunidad de nacer, como un día sus madres se las dio a ustedes.
Me recosté como a las 10:30 a.m., nada más entrándome el sueñito vi la imagen de una mujer, en una mecedora, con una criatura en sus brazos.
Me miró y me dijo: soy una maltratada.
Le dije: sí, eso lo sabemos, todos los días reportan una.
Me dijo: pero, no soy una más y se congeló la imagen.
Ahí quedó plasmadita en mi mente.
VEA TAMBIÉN: No te olvides
Pasó ese día y al despertar, al día siguiente, lo primero que vino a mi mente fue la imagen de la joven en la mecedora, y me dije: no hay de otra, empieza a escribir.
Les comparto.
Lolita era una chica yeyé que como la gran mayoría vivía en su burbuja social, como no tenia roce con los que no eran de su clase social ni se enteraba de lo que pasaba a su alrededor, tenía muchas amistades con las que pasaba buenos ratos.
Pero no todo lo que brilla es oro, y la pobre Lolita no era tan feliz como aparentaba, a pesar de tener muchas amistades, porque vivía una existencia vacía con ellos.
Lo que nadie sabía era que ella se encontraba por la puerta de “atrás”, como dicen con su bardo que la tenía embelesada.
Nadie sabía nada, era su 'top secret', porque él no era de su mundo social, pero ella lo adoraba y él lo sabía.
Lolita ya había salido de la Universidad y pensaba continuar estudiando para obtener una licenciatura en diseño de interiores cuando se reanudaran las clases.
Un día, su bardo enamorado la invitó a un lugar apartado para cantarle canciones que había compuesto para ella.
Se encontraron en el sitio de siempre, luego se dirigieron a un lindo y solitario lugar cerca de un hermoso lago, se sentaron en el césped y el bardo empezó a rasgar las cuerdas de su guitarra, deleitando los oídos y los sentidos de Lolita, que no sabía si estaba allí o elevándose a las nubes.
Lolita sin estar consciente de lo que hacía, entregó su pudor a su bardo enamorado.
Cuando se percató de lo que había pasado empezaron los lamentos y lloriqueos.
Tavo, su enamorado, le comentó: no te pongas así porque los dos consentimos.
Ella, afligida dijo: sí, pero tú debiste ser un caballero y no aprovecharte y permitir que pasara, si quedo embarazada ¿qué va pasar?,
Él, con la mayor desfachatez le contestó: ¡nada, te lo sacas y ya!
¡Santo Dios!
VEA TAMBIÉN: El desmoronamiento de la República
A ella le costaba creer lo que escuchaba, y recobrando la calma dijo: ¡No entendí!
¿Eres tú la misma persona que hace unos minutos me cantabas esas canciones llenas de amor y valores y ahora me sugieres matar a un hijo de ambos si en un supuesto quedara embarazada?
Perdona, pero me parece que estoy hablando con un desconocido y como me enseñaron desde pequeña a no hacerlo, hasta nunca joven.
Recogiendo su abrigo y su bolso dio media vuelta para irse, no sin antes decirle: nunca pensé ser tan maltratada por quien decía amarme, y se marchó.
Eso era solo el comienzo del maltrato que iba a padecer.
Pasado un mes, no hubo período menstrual y Lolita se hizo la prueba de embarazo que salió positiva.
Con todo lo ocurrido y dicho con Tavo, Lolita dio por terminado su relación amorosa con él pero para sorpresa suya el bardo se apareció para decirle que si estaba embarazada no tuviera reparo en abortar porque al fin y al cabo nadie sabía lo de ellos.
Lolita, herida en su amor propio, le dijo que se marchara de su casa y de su vida.
Como un embarazo no se puede ocultar por mucho tiempo, Lolita, con temor y valentía a la vez, enfrentó a su círculo de amistades y les dijo a “raja tabla”: ¡estoy preñada!: ¡sorpresa total!
Nadie dijo nada, miradas vienen, miradas van y ella como sentada en el banquillo de los acusados esperando sentencia.
Al fin uno preguntó: ¿Quién te deshonró de esa manera?
Que dé la cara, y miraba en derredor.
Ella dijo: yo consentí y no es ninguno de nuestro círculo; ¿entonces nos traicionaste?
O te sacas esa cosa, dijo haciendo un gesto despectivo, o chao, chao, nos perdiste, tú decides.
Y Lolita, reparando en uno por uno, los miró con una mirada indescriptible y dijo: ¡claro que decido!, en primer lugar señalándose el vientre dijo,:esto que está aquí no es una cosa, sino una criatura que merece vivir la oportunidad de nacer, como un día sus madres se las dio a ustedes.
Por esa absurda diferencia de clases que los hace juzgar y condenar a quien tropieza y cae, chao, chao los pierdo a ustedes viendo cómo me maltratan y a un inocente e indefenso no nacido, porque hay muchas clases de maltrato y no soy una más.
Escritora.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.