No hay peor ciego que el que no quiere ver
- Juan Jované (opinion@epasa.com)
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Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra refrán se refiere a un "dicho agudo y sentencioso de uso común", el cual, generalmente, ...
Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra refrán se refiere a un "dicho agudo y sentencioso de uso común", el cual, generalmente, ...
Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra refrán se refiere a un "dicho agudo y sentencioso de uso común", el cual, generalmente, cuenta con dos partes. La primera presenta la situación, mientras que la segunda se concentra en las conclusiones de tipo didáctico. Entre los dichos que mayor significado pueden tener en el Panamá de hoy está aquel que propone que "no hay peor ciego que el que no quiere ver". Este, no solo se puede aplicar al actual ministro de Seguridad, el que insiste en que la actual situación de inseguridad creciente que vive el país es un simple problema de falsa percepción, sino también al equipo directivo del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), para quienes la economía no presenta mayores problemas. El propio presidente de la República, quien considera tener un excelente equipo ministerial, muestra claros rasgos de esta ceguera política.
ES BUENO RECORDAR EL ESTADO EXTREMADAMENTE DELICADO EN QUE SE ENCUENTRA EL SECTOR AGROPECUARIO, RESULTADO DE LAS POLÍTICAS GUBERNAMENTALES, APLICADAS POR LA ACTUAL Y LAS ANTERIORES ADMINISTRACIONES GUBERNAMENTALES, EL QUE SE HA VISTO AGRAVADO POR LA PRESENCIA DE UNA SEVERA SEQUÍA.
En el ámbito de la economía, que es el que nos interesa en el presente artículo, existe un conjunto de indicadores y condiciones que, a diferencia de lo que está dispuesto a admitir el ministro de turno, llaman la atención sobre la necesidad de diseñar e introducir políticas públicas acertadas, a fin de evitar un mayor retroceso de la economía.
En relación con las exportaciones, algunas de las estadísticas recientes del Instituto Nacional de Estadísticas (Inec) distan de ser halagüeñas. Para el caso de los servicios de exportación se puede partir diciendo que hasta junio, los ingresos por peajes del Canal de Panamá mostraban un crecimiento anual de 4.8%, cifra que si bien es positiva, resulta inferior al 6.0% que el propio gobierno proyecta para el conjunto de la economía. Obviamente no nos encontramos frente a un sector dinámico en sentido estricto del concepto. Algo semejante ocurre con el movimiento de contenedores (TEU) que, para el mismo periodo, muestra una tasa de crecimiento de 4.2%. En el mismo bloque de servicios de exportación se encuentran las reexportaciones de la Zona Libre de Colón, las que para el periodo bajo estudio mostraron una reducción de 8.0%.
La situación de las exportaciones de mercancías también muestra una tendencia negativa. Es así que, nuevamente utilizando los datos del Inec, el valor FOB de estas ?hasta el mes de julio del presente año? vieron caer su valor en 14.8% en relación con el mismo periodo en el 2014.
El sector de la construcción, que representa otro de los importantes impulsores de la economía panameña, también muestra algunas señales que deben ser tomadas en cuenta. En primer lugar, llama la atención, manteniendo el mismo periodo de análisis, la caída de 26.9% y 3.5% en la producción de cemento premezclado y cemento gris, respectivamente. Viendo un poco más a futuro, llama la atención que el valor de las construcciones, adiciones y reparaciones solo haya crecido en 3.4% durante el periodo de referencia. No menos importante es el hecho de que los gastos gubernamentales en inversión hasta junio del presente año se hayan visto reducidos en 44.5% en relación con el mismo lapso temporal del año pasado.
Para el resto de los sectores productivos materiales se puede asegurar que los mismos se encuentran en una difícil situación. Para comenzar es bueno recordar el estado extremadamente delicado en que se encuentra el sector agropecuario, resultado de las políticas gubernamentales, aplicadas por la actual y las anteriores administraciones gubernamentales, el que se ha visto agravado por la presencia de una severa sequía. En el caso de la industria, por su parte, se destaca el hecho de que su consumo de energía eléctrica haya disminuido en 1.8% en el periodo que hemos venido investigando.
En términos de perspectivas a todo esto se debe añadir un contexto internacional que no resulta ser el óptimo: Europa que no termina de salir de su crisis, China muestra signos significativos de desaceleración, la región de América Latina sufre del fin del ciclo positivo del precio de las materias primas, mientras que Estado Unidos no deja de mostrar algunos elementos de dificultad.
La pregunta que surge de todo esto es evidente: ¿cómo es posible que las autoridades locales no hayan sido capaces de percibir los posibles problemas que podría enfrentar la economía panameña? Lo cierto es que ya sea por desconocimiento, incapacidad u omisión, las autoridades económicas del país siguen tercamente aferradas a la idea de que el país sigue por el mejor de los caminos posibles. Quizás sea bueno recordarles otro dicho popular: "camarón que se duerme se lo lleva la corriente". Este seguramente caerá en oídos sordos.
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