Anécdotas
Misael Murillo, el maestro de Macaracas
- Stanley Heckadon-Moreno/opinion@epasa.com
“En esa época todo esto por aquí era monte, de aquí a Tonosí todo era montaña. Cuando yo estaba chico había mucho terreno libre, tierras del común. En Macaracas los grandes ganaderos encerraron las tierras, porque las heredaron o encerraron las del común. Ahora hay muchos agricultores sin tierras.”
En 1976 el Ministerio de Planificación preparaba un proyecto de desarrollo rural para Azuero. Se hizo un detallado censo agropecuario. Mi tarea, estudiar el campesinado más pobre.
Como habían desaparecido los archivos de la gobernación en Las Tablas y los de las alcaldías, habida cuenta el clima, los hongos e insectos y la incuria humana, comencé por entrevistar a personas mayores conocedoras de la historia oral de Azuero.
Entrevisté en Macaracas al maestro jubilado, Misael Murrillo Antunez. Había leído su escrito Ecos Macaraqueños, publicado en 1942 por el diario El Eco Herrerano. “Incrustado en pleno corazón de la montaña-escribía orgulloso-en las entrañas de la Península de Azuero, se yergue noble y majestuoso, acariciado por las brisas del Canajagua y Quema, el Distrito de Macaracas, que bien pudiéramos llamarlo “El Granero” de la provincia de Los Santos”.
Con cortesía santeña me invitó a conversar de los cambios fue testigo. Las vastas selvas, la escasa y dispersa población y carestía de dinero. El encerramiento de las tierras comunales y ejidales con los primeros gobiernos liberales. Y los sistemas que el campesino dependía para tareas que requerían más mano de obra que su familia podía aportar.
“Mi papá era comerciante de Macaracas. Entre 1912 y 1930 compraba cerdos y ganado en Altos de Guera, Guaniquito, Guánico. También comerciaban Teófilo Castro, José Juan Campodónico, quien paró al italiano Aracely en Tonosí. Siempre andaba comprando agrícolas. Mucho tabaco salía de las vegas a orillas de río Guera, producido por los agricultores.”
“En esa época todo esto por aquí era monte, de aquí a Tonosí todo era montaña. Cuando yo estaba chico había mucho terreno libre, tierras del común. En Macaracas los grandes ganaderos encerraron las tierras, porque las heredaron o encerraron las del común. Ahora hay muchos agricultores sin tierras.”
“La peonada este era el sistema de todos los días. Era la forma de ganarse el peón unos a otros. No había plata de por medio, era peón por peón, rendía más. Había muchos agricultores que trabajaban así. Era un grupo de amigos que se ayudaban. También se chupaba si el trabajo era muy grande. Se usaba pá' socolá, derribar, sembrar. La junta era menos común, solo para trabajos muy grandes. La peonada era para trabajos más pequeños y requerían menos gente. Era más íntimo, los amigos. Si invitaban mucha gente, no podrían trabajar de regreso para todos los que le ayudaron.”
“Antes, en el pueblo, se acostumbraba que el dueño de la peonada proporcionaba el bastimento y todos comían de eso. Ahora los que van a la escuela no quieren comer del mismo plato. También la razón económica, cuesta mucho alimentar la gente”.
“El que no pagaba el peón o se demoraba en pagarlo, lo abandonaban, lo apartaban, lo esquivaban. Ahora son raros los que dan peonada, peón por peón. Ahora son de plata, pagándoles el jornal, porque hay poco trabajo agrícola. Ahora el que tiene grillo (tractor) no busca peón. Pocos agricultores rústicos quedan. Angel Pérez es de los pocos que trabaja peón por peón.
“Las juntas antes se acostumbraban mucho, más de los agricultores, cuando tenían trabajo grande. Invitaban a los amigos para que trajeran gente. No era moralmente obligatorio. Se utilizaba para trabajos como la socuela, hacer cercas de fajina, pá' desyerbar, pá' limpiá potreros. En 1944, en verano, José Brando dio una junta que había más de 1000 personas pá' limpiar un potrero”.
“El dueño de la junta es el patrón. Tiene que dar licor y comida. Antes era gasto grande. En el día antes de la junta hacían un bailecito. Segundo Corrales, curandero de El Calabazo de Herrera, no cobraba, pero hacía sus trabajos con juntas. Tenía muchos compadres.”
“El patrón de la junta nombraba a capitanes que tenían que recoger la gente pá' la junta. El patrón le daba un bastón al capitán. Ahora la junta está desapareciendo. Hasta las de embarrar casas porque escasea la madera, el bejuco y la gente no le gusta venir. Poco se usa ahora la junta pá' casa porque las hacen de ladrillos y bloques. Ahora se gasta más plata en una junta que en pagar piones.”
“Ahora casi no hay juntas porque los ganaderos tienen piones paga'os a la plata.”
“El sistema de medias es viejo aquí y comenzó con la agricultura. Pero eran los grandes ganaderos los que daban a los agricultores la tierra para tumbar el monte y sembrar el pasto. Mi papá hizo medias con Chilo Pérez, como en 1925. Chilo era dueño del monte, en Los Hatillos, monte delgado. Mi papá lo tumbó, lo sembró, lo cosechó y le dio la tercera parte dejándole a Chilo sembrado de la paja india. No había entrado la faragua. Ahora raro es los que trabajan a medias porque no hay monte.”
Antropólogo
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