¡Medicinas cuyos precios matan!
Lo cierto es que en lo que concierne al tema de las medicinas, en Panamá, tenemos mucho que decir. Los precios de los medicamentos, a mi juicio, y pruebas para ello las tengo, son realmente extorsivos.
- Silvio Guerra Morales
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- - Publicado: 07/9/2018 - 12:00 am
Cuando una persona está enferma, como se dice en el argot popular, busca médico. ¿El médico, qué hace? Pues lo ausculta, hace un diagnóstico del paciente y de su padecimiento, y si estima de rigor ordena exámenes de laboratorio. Pero lo que sí es ineludible en la atención del paciente es el hecho de que el doctor termina escribiendo en un papelito llamado "receta médica" el o los nombres de los medicamentos que ordena debe el paciente ingerir, inyectarse o aplicarse.
Para algunos pacientes no es tarea difícil acudir, de inmediato, él o sus familiares, a comprar las medicinas y hacerse los exámenes de laboratorio, pues para eso disponen de recursos económicos que les permiten cierta holganza económica y bienestar para atender la salud personal o familiar así como para satisfacer cualquier gasto o inversión. Poco o nada les importará el precio o costo del medicamento o del examen de laboratorio. Poco les interesará a éstos andar de farmacia en farmacia comparando precios, a como tampoco nunca se verán en los aprietos de decirle al farmaceuta: "Deme una pastilla, que no las llevaré todas", o simplemente no poderlas comprar.
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Pero es de advertir que no es ésta la realidad para las grandes mayorías en este país que no pueden ir a una clínica de atención médica privada para ser atendidos y para quienes la gran clínica del pueblo panameño, es decir, la Caja de Seguro Social, ha venido en franca decadencia, en todos los sentidos, tan así, que ahora hay un desabastecimiento en los medicamentos y sobre todo de aquellos que resultan indispensables para pacientes con enfermedades graves.
Para esas grandes mayorías la realidad se les presenta cruel, dura, muy dura. Se asoman, a tempranas horas de la madrugada, luego de hacer grandes filas, a las agencias del Seguro Social tan solo para escuchar a viva voz de quienes los atienden que: "No hay esa medicina". Qué decepción!
Lo cierto es que en lo que concierne al tema de las medicinas, en Panamá, tenemos mucho que decir. Los precios de los medicamentos, a mi juicio, y pruebas para ello las tengo, son realmente extorsivos. Al pueblo, a través de los precios de las medicinas descaradamente se le ha venido, durante décadas, robando sin piedad alguna ni compasión. El estado, por otra parte, aunque consciente de esta truhanería, nada ha hecho ni hará y al parecer la indiferencia estatal se rige por una mala aplicación e interpretación de la ley de la libre competencia, la oferta y la demanda. Algo similar a lo que ocurre con los altos costos de la educación en los planteles privados, pues el Estado se exime o excusa sobre el argumento de la oferta y la demanda. Como si la salud y la educación no fueran, ambos, temas de orden público y de interés social y nacional en los que el Estado nunca, jamás, debe perder la rectoría y fiscalización. Constitucionalmente, estos dos temas, salud y educación están en manos rectoras del Estado.
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Veamos, a continuación, algunos ejemplos de medicamentos en los que los precios, comparados con otras latitudes, su costo -nuestro país de referencia será España-, concluiremos que en Panamá, éstos se presentan como precios extorsivos, de ganancias injustas e ilegales, propias del más despiadado capitalismo, como en el pasado se dijera: Un capitalismo salvaje y perverso. 1. Coaprovel de 300, medicamento utilizado para el control de la presión arterial alta. En Panamá la caja solo trae 14 comprimidos o pastillas. Su costo está cerca de los 34 dólares. En España la caja no excede el costo de los 12 euros, o sean unos 16 dólares y trae 28 pastillas o comprimidos. O sea, saque sus propias conclusiones. Si el costo en España de este medicamento fuera el mismo en Panamá, tendríamos dinero para comprar el medicamento para varios meses y no para catorce días. 2. Arcoxia de 120: Si compra una (1) pastilla de arcoxia de 120, en Panamá, prepárese con casi cuatro (4) dólares. En España la caja trae 7 comprimidos y su precio no excede, la caja, de los seis (6), euros, o sean casi los 8 dólares. En Panamá, la caja de los siete comprimidos, está cerca de los 27 ò los 28 dólares. Extorsivo. Despiadado su precio. 3. Flixotide: Medicamento muy recomendado por los pediatras para el tratamiento de enfermedades respiratorias en los niños. En Panamá su costo, unitario, excede los 45 dólares. En España solo cuesta 21 euros, o sean unos 28 dólares. 4. Singulair: para obstrucción de las vías respiratorias, en Panamá su precio está cerca de los 100 dólares la caja de 30 comprimidos. En España no alcanza los 22 euros. Hablamos de unos 29 dólares. 5. Nasonex nasal. Muy recomendado por los médicos a los pacientes que padecen de enfermedades como la sinusitis, rinitis, etc. Su costo unitario no supera, en España, los 9 euros. O sean unos 12 dólares. En Panamá ya está por encima de los 50 dólares.
Estos, quede claro, son apenas unos sencillos y pocos ejemplos. La lista sería interminable.
¡Cómo se explota al pueblo, a nuestra pobre gente pobre!
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