Covid-19
Me consta cómo los intensivistas de la CSS cuidan con ahínco cada vida
Uno me dijo una vez: cuando perdemos a un paciente, eso es un fracaso para nosotros. El esfuerzo que realizan los intensivistas para salvar a los pacientes de coronavirus, va más allá de lo humano.
- Arnulfo Barroso Watson
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- - Publicado: 07/4/2020 - 12:00 am
En esa sala de cuidados intensivos está presente, a cada minuto, la mano de Dios. Foto: EFE.
Por más dura que parezca una situación, siempre hay posibilidades de salir adelante.
Y más cuando tu vida está en manos de gente comprometida con su vocación.
En octubre del año pasado, mi madre, a sus 77 años, cayó en el Complejo Hospitalario de la Caja de Seguro Social con una neumonía severa, agravada por su diabetes, hipertensión y falla renal.
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Con pocas esperanzas de vida, mi madre recorrió las áreas de choque, crítica y de cuidados intensivos del Complejo.
Allí estuvo más de un mes.
Durante ese tiempo conversé con varios de los intensivistas y enfermeras que allí laboran.
Me consta la forma como cuidan con ahínco cada vida.
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Uno me dijo una vez: cuando perdemos a un paciente, eso es un fracaso para nosotros.
Entre pronósticos muy reservados, los intensivistas, acompañados de la gracia de Dios, fueron sacando a mi madre de su coma inducido y la curaron de su neumonía crítica.
Hoy en día, está postrada en cama, pero viva.
Por eso cuando escucho hablar sobre el esfuerzo, más allá de lo humano, que realizan los intensivistas para salvar a los pacientes de coronavirus, estoy convencido que así es.
En esa sala de cuidados intensivos está presente, a cada minuto, la mano de Dios.
Ciencia y fe es la dupla infalible para salvar vidas.
Sin duda, nuestros intensivistas están haciendo hasta su último esfuerzo.
Periodista.
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