Anécdotas
Luis Najarro, aserrando madera para San Salvador
- Stanley Heckadon-Moreno/opinion@epasa.com
“El aserrador la práctica que agarra, desde el primer palo que asierra, viene y dice: este arbolito me va a dar tantos renglones, cuartones o tantas tablas. Parado en mi mente digo: este palo me va a dar tanto en madera, una docena de cuartones.
La leña ha sido el combustible para cocinar de los pobres de Centroamérica. Desde la década del 60, el aumento demográfico y la urbanización incrementaron la demanda de leña y madera. Ello aceleró la deforestación, la erosión de suelos y degradando las cuencas que suplen agua a las comunidades.
La situación era peor en El Salvador. A mediados de los 80, el Ministerio de Agricultura y Ganadería salvadoreño y el Catie, en Costa Rica, iniciaron un proyecto de viveros comunales para promover entre el campesinado el cultivo de árboles de rápido crecimiento y usos múltiples. El Catie me encomendó evaluarlo.
Había dos dificultades. El fracaso de tantos proyectos forestales previos. El otro, la guerra civil en su octavo año. El ejército controlaba unos departamentos y otros la guerrilla. A mis colegas salvadoreños debo el haber culminado esta misión a tiempo y a salvo.
Conocí en Rosario Mora a Don Luis Najarro, nacido en 1921. Desde 1940 se ocupaba en hacer carbón, sacar astillas de leña y aserrar madera para vender en San Salvador, distante a cinco leguas.
Esto me contó de su vida como aserrador.
“Aquí se dedican al carbón y la leña como cinco y a aserrar árboles para madera. De eso vivimos’.
“Para madera primero compro monte en globo. ‘Señora, le compro el monte, ¿cuanto quiere?’ Usté' tiene que hacer un cálculo mental para ver si va a quedar o no. Prefiero comprar en bosque, deja un poquito más de ganancia. Se compra por manzana, asegún como esté el bosque de árboles. Si tiene pocos árboles puede dar 300 a 400 colones. Si tiene bastante madera, puede dar hasta 800 colones. Al bosque le saco más carbón y leña. La madera, como no tiene tanta demanda, hay que esperar.”
“Yo he encontrado palos en lotes que he comprado. El palo lo mando a aserrar y ahí lo tengo pa' madera. Mi trabajo es así, viendo dónde consigo”.
“No todos los bosques son iguales. Si le han sacado la madera o si es montaña virgen. Es difícil estimar cuánto van a dar.”
“Aquí la madera para aserrar no se trabajan más que cuatro clases, regla pacha, costanera y viga para construcción de casa. Para muebles es el tabloncillo y el renglón y la tabla. Aquí en Rosario Mora hay quien me busque, sino aquí vendo en San Salvador.”
“El dueño del árbol lo busca a uno a decile: “le vendo tantos árboles para aserrar”. El que vende una cosa lo hace por necesidad. Es gente que tiene poca tierra. Es raro el que tiene bastante tierra. Ese casi no vende madera al pobre. El la asierra y la vende contratada”.
“Vamos a ver el árbol, ahí le digo ‘cuánto quieres?’ Entonces como yo aserré un tiempo puedo conocer al ojo este árbol cuanto me da. Es como comprar árbol para leña. Si el árbol es así, si tiene ramas asá, este árbol me da un pante o cuanto me va a dar”.
““El aserrador la práctica que agarra, desde el primer palo que asierra, viene y dice: este arbolito me va a dar tantos renglones, cuartones o tantas tablas. Parado en mi mente digo: este palo me va a dar tanto en madera, una docena de cuartones. La madera se trata por docenas. Este árbol yo sé cuántos cuartones me va a dar. El cuartón es de tres pulgadas de ancho y de tres, cuatro y cinco varas de largo. Lo pago de una vez sino no lo dan”.
“El precio del palo en pie va según el grueso del árbol. Depende si es de doce pulgadas, si da media vara. Depende también de la clase de árbol. El cedro está caro. Aquí en La Marina hay cedros que están costando 800 colones en pie, como de vara de grueso. Es el más caro, el cedro y el laurel. Sigue el caoba pero hay poco. El teca es palo que crece poco luego, pero el defecto le he encontrado es que no sirve casi para madera, tiene mucho nudo. Yo le compré a un amigo pero toda la madera salió con nudos, con nudos no sirve.
“El palo que me admira a mí es el eucalipto. Aquí no se ha aserrado. No sé si será un árbol bueno para madera, pero se nota que es un árbol de lo más lindo que hay. Por su crecimiento y derechura. No tiene nudos, nada más da ramitas. En el laurel hay siete tipos. El blanco crece y el negro ya no crece. El laurel lo cuido bastante. Otro palo que cuido pero lo molesta la plaga es el cedro. Ahí tengo varios palos que los he dejado para que echen semilla”.
“Aquí como nos suplimos es de pobre a pobre”.
Antropólogo
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