Responsabilidad social
Lotería Nacional de Beneficencia: Carrera sobre silla de ruedas
Además de cumplir sus actividades propias de explotación del juego de lotería en la República de Panamá, la Lotería Nacional de Beneficencia ha logrado calar en la
- - Publicado: 19/5/2013 - 09:37 pm
Además de cumplir sus actividades propias de explotación del juego de lotería en la República de Panamá, la Lotería Nacional de Beneficencia ha logrado calar en la sociedad a través de un sólido proyecto social que ha cumplido a favor de los más necesitados del país, desde su institucionalización en el año 1919, mediante una inversión millonaria en sus programas de subsidios y donaciones directas, lo que sumado a la transparencia en el desarrollo de sus actividades, le ha merecido el respaldo ciudadano durante sus 94 años de existencia.
En el marco de la cultura social, la Lotería Nacional de Beneficencia introdujo en el año 2002 la Carrera Sobre Silla de Ruedas para estimular la capacidad deportiva de las personas con discapacidad que se movilizan a través de una silla de ruedas; siendo este un auxiliar técnico de los que mayores demandas tenía por parte de las personas que solicitaban donaciones a la entidad benéfica en ese entonces.
Otra de las proyecciones planteadas por la institución benefactora que motivó a impulsar este evento masivo, fue la de concienciar a la población panameña sobre que las personas con discapacidad pueden desarrollar una vida normal y productiva en todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo el deportivo.
Con claros objetivos sociales que trascendieron a la sociedad y un aporte inicial de 10 mil dólares efectuado por la entidad, se realizó la primera Carrera Sobre Silla de Ruedas-Lotería Nacional de Beneficencia, con la participación de 43 personas, de seis de las nueve provincias que integran la República de Panamá, en edades comprendidas entre 9 y 60 años.
El interés por parte de la Lotería Nacional de Beneficencia de establecer ejes transversales con otras entidades gubernamentales, lo que además brindaba cumplimiento al Plan Operativo Nacional de garantizar el derecho que tienen las personas con discapacidad a participar en eventos recreativos, deportivos y culturales, permitió la colaboración de otras instituciones públicas que se sumaron a esta iniciativa deportiva en pro de los discapacitados.
En el transcurso de este recorrido, con la experiencia ganada en cada año, a la fecha se ha tecnificado este evento de tal manera que pasó a ser deportivo, bajo la tutela y la organización conjunta entre la Lotería Nacional de Beneficencia y el ente rector de este tipo de actividades en la República de Panamá, el Instituto Panameño de Deportes (Pandeportes).
Igualmente en este camino se fueron sumando a esta iniciativa otras entidades gubernamentales como es el caso del Instituto Nacional de Cultura (INAC), ente responsable de coordinar y promover las actividades culturales en Panamá, que a través de su misión ha llegado a los participantes de esta carrera.
También se incluyeron los servicios habilitatorios con calidad, fortaleciendo la inclusión educativa a los niños, niñas y jóvenes con discapacidad, mediante la sensibilización y capacitación a la comunidad educativa. Para el funcionamiento de esta población en su entorno educativo y social, se incorporó al programa de la Carrera Sobre Silla de Ruedas el Instituto Panameño de Habilitación Especial.
El camino recorrido a la fecha, once años después de haberse instituido este evento, ha sido largo pero gratificante; es así que la última versión efectuada el pasado 14 de marzo de 2013, en la provincia de Chiriquí, registró una inscripción de 160 participantes, representativos de las nueve provincias del país.
Más allá de los miles de balboas invertidos por la Lotería Nacional de Beneficencia y las otras entidades gubernamentales a este evento, está la satisfacción de hacer patria al brindarles a las personas de escasos recursos económicos y limitaciones físicas la oportunidad de tener vivencias que tal vez nunca en su vida hubieran experimentado.
Esta carrera les ha cambiado los estilos de vida a cada uno de sus participantes, por lo que no resulta extraño ver en los recorridos de siete o cinco kilómetros a personas de la tercera edad alzando sus trofeos de campeonas (es). También ha contribuido a catapultar a sus corredores a eventos paralímpicos internacionales.
Igualmente ha generado las adecuaciones físicas que las personas con discapacidad requieren en los sitios públicos donde este evento se ha celebrado, pero no menos importante, les ha provisto la confianza en sí mismos.
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