Opinión
Los tres Mulino
- Joaquín Carrasquilla L.
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- Administrador de Empresa
He participado en reuniones donde una gran parte de las personas manifiestan que el presidente Mulino ha sufrido una metamorfosis en su manera de actuar. Unos dicen que desde que fue ministro de Seguridad, cuestionado por sus desaciertos en el desempeño de sus funciones, otros dicen que Mulino es como Martinelli, y esto disgusta a una gran cantidad del pueblo que no quiere que se parezca a Martinelli, mientras que otros quieren que sea como Martinelli para que haga un gobierno de mucha prosperidad y con mucho "chen chen" para el pueblo.
En lo personal, creo que hay un solo Mulino. El que recuerdo es el de la época de la dictadura, el civilista que luchó por recuperar la democracia y la justicia en el país, y el que, en el gobierno del expresidente Endara, se destacó como un buen viceministro y ministro de Relaciones Exteriores.
En su discurso de toma de posesión como presidente, me quedaron varios de sus mensajes en la mente, al igual que al país en general. Entre estos, mencionó que impulsaría la nueva legislación de la Caja de Seguro Social con el menor trauma posible. También manifestó que su proyecto insignia sería la construcción del tren David-Panamá y que su gobierno sería pro empresa privada. Al expresarse de esa manera, ha generado grandes dudas, desconfianza y disgusto en el electorado hasta el día de hoy, principalmente entre los que votaron por él, que representaron el 34%, y que en su mayoría fueron los de los salarios más bajos, los informales, los que poco o nada tienen. Esta situación ha afectado la credibilidad de él y de su gobierno, obstaculizando, entre otras cosas, la aprobación de la ley de la Caja de Seguro Social, porque los panameños piensan que gobernará de espaldas al pueblo.
Pienso que cuando manifestó eso, quiso decir que brindaría el apoyo necesario a la empresa privada, con la intención de que esta pudiera crear oportunidades de trabajo para los panameños que con urgencia lo necesitan. Como prueba de esto, deja en evidencia el logro con la empresa privada de más de mil puestos de trabajo para los panameños.
Con relación al tren David-Panamá, este proyecto ha sido cuestionado porque muchos consideran que no hay la cantidad de pasajeros ni carga suficiente. Además, la distancia entre una estación y otra no debe ser menor de 200 kilómetros, y la distancia de Panamá a David es de aproximadamente 470 kilómetros, lo que significa que, por la poca distancia, no se justifica tal inversión. Los conocedores de la materia consideran que no es una obra factible; además, hay que considerar los costos de mantenimiento que se van a requerir. Los transportistas sienten gran preocupación con el funcionamiento del tren, porque reducirá su movimiento de pasajeros y carga. Algunos han manifestado que en Panamá lo que se necesita es la construcción de muchas calles y la rehabilitación de carreteras a nivel nacional, ya que están deterioradas.
Muchos consideran que parte de los millones que se van a utilizar en la construcción del tren David-Panamá podrían ser utilizados para construir o restaurar con la última tecnología la carretera Interamericana de Panamá-David, que es de uso diario por los usuarios y por la carga que se moviliza, y que se encuentra en gran parte deteriorada.
Es posible que en el futuro este proyecto sea reconocido y visto como un "elefante blanco", similar a la obra insignia del expresidente Belisario Porras, que en su momento fue fuertemente cuestionada por ser un hospital exageradamente grande para la población existente en ese momento. En la actualidad, se le han realizado varias remodelaciones para aumentar sus dimensiones y capacidad, y sigue quedando chico, situación que quizá podría darse con el tren David-Panamá.
Considero que, para lograr los cambios que quiere realizar el gobierno en la ley de la Caja de Seguro Social, debe ganarse la confianza de los asegurados y del pueblo panameño.
He apreciado por medio de la televisión y las redes sociales que el gobierno manifiesta que se ha reducido la mora quirúrgica y que también se han abastecido las farmacias y los laboratorios con los reactivos necesarios. Sin embargo, los asegurados manifiestan que continúan con los mismos problemas y que la situación ha mejorado en poca medida (casi imposible conseguir una cita con especialistas).
Me he percatado de que, en la actualidad, el Seguro Social continúa dando una respuesta mediocre. Por ejemplo, en la sala de urgencias del Hospital Arnulfo Arias Madrid, la atención es deficiente, motivado por el hecho de que solamente hay un especialista (geriatra) para atender a todos los hospitalizados en las diferentes salas y a los que esperan ser atendidos con urgencia.
El director médico me manifestó que están esperando el ingreso de un médico especialista y otros de medicina general. El problema consiste en que se satura de pacientes que no requieren ser atendidos en urgencias, sino más bien en citas regulares.
En el cuarto piso de hospitalizados (Geriatría), la atención es buena, la alimentación es razonable y la limpieza es adecuada; sin embargo, están limitados en lo que se refiere a forros y sábanas, sillas de ruedas y andaderas. Me manifestaron que están esperando una próxima entrega para actualizar sus inventarios.
He tenido información de que el director médico del complejo está haciendo un gran esfuerzo para mejorar los servicios que ofrece el hospital.
El director Dino Mon está tratando de resolver las faltas en los inventarios y los problemas existentes, pero, en el corto tiempo que tiene como director, no ha logrado en gran medida mejorar la problemática del Seguro Social, considerando el mal estado en que la dejó la administración pasada.
Once organizaciones y centenares de asegurados, al igual que la empresa privada, han señalado los cambios que debe incluir el proyecto de ley de la Caja de Seguro Social. Considero que deben ser tomadas en cuenta las aspiraciones de los asegurados, que somos los verdaderos dueños de la Caja de Seguro Social y que, con nuestras aportaciones, capitalizamos la entidad y pagamos cuotas de por vida.
El presidente Mulino debe armar este proyecto de ley como si fuera un rompecabezas, incluyendo la mayor cantidad de piezas, que son las sugerencias de los asegurados.
Considero que el presidente Mulino ha comprendido que su proyecto insignia será salvar la Caja de Seguro Social, como lo ha dicho, con el menor trauma posible, logrando una ley que sea justa y una respuesta positiva para todos los asegurados, para no ser recordado como el expresidente Martín Torrijos, a quien se le recuerda como el creador de la "ley de la muerte".
Sin duda alguna, imponer un proyecto de ley de la Caja de Seguro Social en contra de las aspiraciones de los asegurados y del pueblo panameño traerá otro levantamiento social peor que el de la ley de minas, que sería como levantar un tsunami catastrófico que, sin duda alguna, podría poner en riesgo la gobernabilidad del país.
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