COLUMNA: 'CAMBIANDO LA REALIDAD'
Los profesionales que no quiere Panamá (II)
- Ing. Helmut De Puy / [email protected] / @Helmutdep / [email protected]
Existe un grupo de abogados y abogadas, que litigan en base a la mentira, en sobornos y falsedades, muchos conocen su proceder, pero como obtienen beneficios de estos actos, o simplemente no les afectan hasta ahora, prefieren guardar silencio cómplice antes de cumplir con los valores y principios que deberían regir tan digna profesión.
Como panameño, ciudadano, padre e hijo, considero que uno de los mejores aportes que le podemos dar a las nuevas generaciones del país es la ética.
Podré sonar romántico o soñador, pero aún sentimos el duro golpe recibido de parte de unos funcionarios públicos nombrados para proteger a la ciudadanía y que, sin ningún estupor, principios o valores, crearon un negocio diseñado para solucionar un decreto que ellos mismos, días después, establecieran. Por un poco de vergüenza, hasta el ministro, que firmó esos decretos, debió renunciar, pero no pasó así, a pesar de perjudicar a las comunidades de Taboga y Contadora, hombres y mujeres trabajadores de nuestras islas fueron víctimas de la avaricia desmedida de esta pareja de corruptos. Pero esa no es la única práctica del “juega vivo” que hoy estamos observando en una parte de la clase profesional panameña.
Existe un grupo de abogados y abogadas, que litigan en base a la mentira, en sobornos y falsedades, muchos conocen su proceder, pero como obtienen beneficios de estos actos, o simplemente no les afectan hasta ahora, prefieren guardar silencio cómplice antes de cumplir con los valores y principios que deberían regir tan digna profesión.
En el Código de Ética y Responsabilidad Profesional del Abogado, publicado en Gaceta Oficial Nº 26796 de 31 de mayo de 2011, en el punto D, se hace referencia sobre el ejercicio profesional, señalando puntualmente que “El abogado debe actuar con irreprochable dignidad en el ejercicio de la profesión…”.
En el artículo 17 de dicho código señala: “El abogado no debe aceptar compensación, comisión, descuentos u otras ventajas de terceras personas en una causa, sin el conocimiento y consentimiento de su cliente.” Además de indicar mayores especificaciones de faltas éticas en el artículo 37, en sus distintos puntos.
Al leer y revisar este código de ética que deberían de cumplir los abogados, me convenzo que este país debemos cambiarlo entre todos. Conozco varios casos cercanos de profesionales del derecho que estoy seguro jamás han leído ni siquiera la introducción del documento. Existen otros que lo cumplen a cabalidad, pero que, en esa búsqueda salvaje por el poder y el dinero, intentan día tras día, sacarlos del camino de la justicia.
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Para los que amamos este país (estoy seguro de que somos una inmensa mayoría), no existe excusa para prestarse a los actos de corrupción que hoy estamos observando en distintos sectores y actividades.
Los hombres y mujeres que se gradúan en nuestras universidades deben ser respetados y admirados, no temidos, ni mucho menos señalados de actos en contra de sus conciudadanos y el país que lo vio nacer.
La lucha en contra de la corrupción se hace desde cada sector y actividad, por eso invitó a los que se sienten intocables para actuar, a que reflexionen sobre sus actos.
Súmate a quienes hoy queremos transformar a nuestro Panamá, el país que merece solo lo mejor de nosotros.
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