Los nuevos millonarios
- Guillermo Cochez
El 1 de septiembre de 2004, sin duda, entraron algunos millonarios a ocupar cargos de importancia en el nuevo gobierno. Lo preocupante no es eso, sino que según comentan expertos en el tema, en este período presidencial habrán llegado a esa codiciosa categoría unas 30 ó 40 personas más.
Esa misma historia, quizás con menos millonarios al principio y al final, se dio en el gobierno anterior. Historias tristes ambas, porque las riquezas que se acumulan se hacen al calor del favor y la influencia oficial cuando no del aprovecharse ilícitamente de los dineros confiados en el caso de funcionarios.
Quizás desde la II Guerra Mundial, proporciones guardadas, no había vivido Panamá la bonanza de estos días. Cientos de edificios nuevos, algunos con pisos que superan el millón de dólares; 40,000 carros vendidos en el 2007, muchos Masseratis, Lexus,. BMW y Mercedes Benz. Casinos por doquier; ya nos llaman "Las Vegas del Trópico". Proyectos de miles de millones y millones de dólares que se mueven por todas partes sin control. Ese es el único Panamá del que nos habla el gobierno y sus amigos: el de la opulencia y la fantasía; el de Donald Trump, Julio Iglesias, Brad Pitt y Mel Gibso. Los ricos simplemente se están volviendo exageradamente más ricos, a los que se suman los millonarios del 2004 para acá.
Se acabó la transparencia; sólo fue para hacer campaña. La modernización del transporte nunca se hizo; había que pisar muchos callos de aliados. El mejoramiento de la salud fue todo un cuento: la clase médica no creyó en las falsas promesas y mentiras de los ministros de turno. Una educación superior tampoco fue; sólo mejoraron la forma de robarse los fondos del FECE. Nunca hubo el tan mentado “Cero Corrupción”, hubiera significado meter a PRD, PP o amigos tras las rejas. Se acabó la profesionalización de la Contraloría, no convenía y menos a un partido que intenta perpetuarse en el poder. La UAF no funcionó porque aparecieron muchos amigos en cosas raras.
Los pobres se tuvieron que contentar con el bono de 35 dólares en las áreas indígenas; a los demás desposeídos los ignoraron por completo. Todo ha subido, sólo ha bajado la confianza de la gente en sus gobernantes; la esperanza creada en la campaña del 2004 rápidamente se esfumó. Los servicios de luz y teléfono inaccesibles porque poco hace el Gobierno para exigir respeto por el 49% que todos tenemos en esas empresas. Se acabará el gobierno muy pronto; eso sí, saldrán de allí mucho más millonarios de los que entraron; algunos que nadie daba un real por ellos años atrás. ¡Qué mala noticia para el país!
gcochez@cableonda.net
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