COLUMNA: 'CAMBIANDO LA REALIDAD'
Los funcionarios que no quiere Panamá
- Ing. Helmut De Puy / [email protected] / @Helmutdep / [email protected]
Inaceptable observar cómo dos funcionarios en cargos de alta responsabilidad, esposos, con muy buenos salarios, utilizaban sus influencias y poder dentro del Estado para beneficiarse sin ningún tipo de escrúpulos, realizando a los viajeros unos PCR que facturaron en nombre de su propia empresa.
El ministro de Salud, Luis Francisco Sucre, anunció la separación del cargo del jefe de Epidemiología, Dr. Leonardo Labrador y la jefa de Salud Pública, la Dra. Ana Lorena Chang, esposa del Dr. antes mencionado, por un escándalo sobre los hisopados obligatorios que las mismas autoridades aprobaron, incluyendo al ministro, y que exigían para poder ir a las islas del pacífico panameño, más específicamente a Taboga y Contadora.
Inaceptable observar cómo dos funcionarios en cargos de alta responsabilidad, esposos, con muy buenos salarios, utilizaban sus influencias y poder dentro del Estado para beneficiarse sin ningún tipo de escrúpulos, realizando a los viajeros unos PCR que facturaron en nombre de su propia empresa. Mayor indignación ver los videos donde la Dra. Chang hacía referencia de lo “económico” que eran los exámenes realizados por esta “empresa privada”, declaración realizada en las distintas televisoras nacionales.
Esta decisión, que al final representaba un lucro personal para dos funcionarios públicos y que demuestra la indiferencia, el juega vivo y la corrupción por encima de los intereses de los habitantes de Taboga, Contadora y el país, debe tener de nuestro sistema de justicia una pena ejemplar, para que, a ningún otro funcionario, se le ocurra ni siquiera pensar en su beneficio antes que los ciudadanos, que pagamos con nuestros impuestos sus salarios.
No solo esperamos que sean suspendidos de sus cargos, sino despedidos y juzgados por los actos cometidos. Debemos recordar que el Dr. Labrador fue el mismo que en el año 2018 recomendó la hospitalización del presidente Martinelli, para después, por presión del Ejecutivo, sacarlo del hospital, sin el más mínimo respeto a la vida del presidente.
Mi indignación es muy grande, ante este nuevo caso de corrupción.
Los panameños hemos cerrado nuestros negocios, hemos perdido nuestros empleos, abandonado la educación presencial de nuestros hijos, perjudicado nuestro turismo, ante decisiones para enriquecer a unos pocos, que no merecen ningún tipo de respeto o consideración, sino el repudio y el rechazo de todos los ciudadanos honestos que hacemos vida en nuestro país.
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Esperemos que el gobierno del presidente Laurentino Cortizo, por una vez juzgue a estos privilegiados, no que pase bajo la mesa como otros tantos casos, porque tanto usted que me lee, como yo, apostamos a transformar y recuperar nuestro país, hemos puesto nuestro esfuerzo, nuestra cuota de sacrificio y no esperamos menos de quienes hoy disimulan gobernarnos.
Los cambios los hacemos nosotros, pasando de lo virtual a lo real. Súmate a los que queremos cambiar el país, liberarlo de la corrupción y eliminar el juega vivo que tanto daño le hace a nuestra Panamá.
Encuentre la columna Cambiando la realidad de Helmut De Puy todos los jueves en nuestra edición impresa.
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