Turismo
Lo vivido nadie te lo quita
- Jaime Figueroa Navarro
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- opinion@epasa.com
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Publicitar Panamá con cariño, mejorar lo existente y crear nuevos destinos y experiencias son los pilares de nuestro desarrollo turístico. ¡Manos a la obra!

El visitante se lleva el recuerdo de lo que ve y lo que no ve.
En turismo, la planificación lo es todo.
Y si bien es cierto existen alcornoques que para nada trazan sus viajes, hoy en día existen las herramientas necesarias para plasmar el mapa del destino y desarrollar una agenda con experiencias únicas que engendran la diferencia entre ser y estar en el sitio visitado.
El rol de las autoridades de turismo va más allá de una publicidad que fleche el atisbo, la guata y todos los sentidos del interlocutor, Panamá todo lo tiene.
Su función primordial es un constante mejoramiento del destino y para ello se exige una administración por objetivos que obligue el persistente pulule de sus mandos claves por todos los sitios existentes y potenciales de visita turística para el perfeccionamiento de la oferta.
Caso en mano, por ejemplo, resulta la visita a sitios históricos en la Costa Atlántica del Istmo.
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Nos relata un reconocido guía de turismo, por ejemplo, que traslada los visitantes muy temprano en la mañana hacia Portobelo, por la vergüenza del espectáculo de la basura, enormes vertederos a cada lado de la arteria que le comunica desde Sabanitas, un submundo digno de una novela de Dickens, donde resaltan oxidadas neveras, húmedos colchones y putrefactos productos orgánicos sobre una masa de alimañas, gusanos y embutidas ratas.
Soñolientos, los visitantes no logran palpar el dantesco espectáculo.
¿Cuándo sería la última vez que el ministro de Turismo descendió de su refrigerado despacho de Avenida Balboa para visitar el sitio?
En 1502, durante su cuarto y último viaje, el Almirante Cristóbal Colón descubrió el río Chagres. Este permitía el ingreso al corazón del Istmo desde la costa caribeña y el acceso a la ciudad de Panamá a través del camino Real, la ruta del oro, donde circuló la mayor cantidad del preciado metal durante la historia de la humanidad.
Para su defensa la Corona Española construyó a lo alto en su desembocadura el fuerte de San Lorenzo de 1587 a 1599.
¡Tremendo relato, descomunal cuento!
Lástima que un sitio tan interesante se encuentre en un estado ruin.
La carretera, si así se le puede decir, donde el monte carcome al cemento, se encuentra inundada por los baches.
La yerba invade su trayecto en un hermosísimo trazado natural donde abundan azuladas mariposas, iguanas y bocanadas de refrescante oxígeno que rara vez disfruta el visitante de las malolientes urbes mundiales.
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Aprovechar el sitio, el impactante paisaje, desde un restaurante con arquitectura colonial y mozos ataviados con ropajes de la época, adornado por una pequeña ciudadela turística que permita maximizar la experiencia sería el toque final al lienzo histórico.
El visitante se lleva el recuerdo de lo que ve y lo que no ve.
En la cima del cerro Pechito Parao, atravesando el valle entre Santa Fe y Cucunatí en nuestro Darién para llegar al poblado de Quebrada Eusebio, posterior a una caminata de menos de dos horas, se postra el soberbio espectáculo de lo que visó Balboa, el atisbo del golfo de San Miguel con el índigo Mar del Sur en septiembre de 1513.
Este descubrimiento, más allá del de las Américas, resulta el de mayor envergadura en la historia universal porque finalmente logra unificar al mundo, al hombre y su comercio.
¡Nada le sobrepasa!
Su desarrollo como sitio de visita obligatoria al Istmo ofrece al visitante algo muchísimo más allá que las empanadas de Quesos Chela y los bocadillos de Antón.
Debemos desarrollar excursiones escolares para que todos los niños saboreen la vivencia de Balboa y para la multiplicación de turistas.
Resulta vergonzosa las manos que se elevan durante mis frecuentes conferencias a estudiantes de turismo de las plurales universidades istmeñas al indagar cuántos han visitado Darién, nuestra más hermosa y extendida provincia.
Publicitar Panamá con cariño, mejorar lo existente y crear nuevos destinos y experiencias son los pilares de nuestro desarrollo turístico. ¡Manos a la obra!
Líder empresarial.
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