Panamá
Lo mejor de ...Juan Carlos Tapia
Me encuentro leyendo las ultimas páginas de un libro, que gentilmente su autor me obsequio hace un par de semanas su autor, antes de su lanzamiento oficial.
- Rodrigo Chiari Álvarez
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- - Actualizado: 28/5/2024 - 12:00 am
Me encuentro leyendo las ultimas páginas de un libro, que gentilmente su autor me obsequio hace un par de semanas su autor, antes de su lanzamiento oficial.
Conocí a Juan Carlos Tapia en 1985 cuando junto a otros distinguidos compatriotas, organizábamos el Primer Semanario de Cine Internacional de Panamá. Sin conocerme, sin yo tener un nombre que resonara dentro del espacio mediático panameño, esta leyenda nacional, acepto ser uno de los expositores de nuestro evento y hasta patrocinador. Desde aquel momento reconocí la bondad de alguien que no conoce la mezquindad y por el contrario practica el arte de compartir. No se necesita leer su obra para saber la clase de ser humano que es el señor Tapia.
¿Coincidencia o cosas del destino? Mi vida de una u otra manera a estado conectada a Juan Carlos. Esto lo vine a entender durante mi lectura de "Como Triunfar de Huevo a Huevo". Mi primera enciclopedia, la Británica, le fue vendida a mi familia por la empresa que Tapia gerenciaba en aquel entonces. Una enciclopedia en los 1960s era lo que es Google para muchos hoy. No había cosa que como niño consultara yo a la colección Barsa.
Mas adelante mis padres compraron bonos a la compañía Fondos Mutuos. Aquello no tuvo un final feliz, sin embargo, leí también que el laboro con ellos, aunque como nosotros, también fue defraudado.
En 1994, mientras yo laboraba en la misión panameña en Singapur, el enton ces encargado de negocios, Jorge Luis Alemán, me llama a su despacho para solicitarme mi apoyo. El comentarista de boxeo estaría de visita en ese país asiático con el propósito de promover su contenido visual y de campeonatos boxísticos internacionales. Tapia requería de un intérprete ya que su ingles sorprendentemente, era bastante limitado. A modo de broma, en aquella ocasión me entere de una cosa: ¡Tanto Juan Carlos cómo el Cholo Duran acudieron a la misma escuela de ingles! Además de acompañarlo a las reuniones con los medios televisivos singapurenses, tuve la oportunidad de ser su anfitrión en mi apartamento, donde el chef personal del consejero político mexicano nos preparó un suculento banquete chino.
Pocos panameños han tenido los logros de Juan Carlos Tapia. Pero eso no se gana en una rifa.
Su éxito es producto del entusiasmo, su imaginación y la tenacidad con que ejecuta cada una de sus estrategias empresariales. Todos lo conocen por su larga presencia en nuestras pantallas. Y no solo dentro del plano deportivo. Juan Carlos aposto también a algo que es parte de su ADN, su sentido del humor. Ha creado contenido por casi cinco décadas que hoy recorren el mundo, al punto de ser reconocido por Guinness. Unos de mis momentos mas memorables como joven fue el disfrutar junto a mi difunto padre los encuentros boxísticos, los chistes y los comentarios atinados acerca del acontecer político, de este talento de la televisión nacional.
Si hay algo que no tiene Juan Carlos Tapia, son pelos en la lengua. Amigo o no, cuando le toca verter su opinión de la gestión de un presidente de turno, lo hace sin tapujos. Si por cada observación hecha durante sus intervenciones de televisión, los mandatarios pusieran atención, mucho podría haber sido rectificado a tiempo y errores evitados. Juan Carlos es una persona que sabe vivir la democracia. Es respetuoso, pero siendo acertado, dice lo que muchos no quieren escuchar. Le recomiendo a él, que haga una recopilación de todos sus comentarios políticos y los convierta en otro de sus libros. ¡Este será un best-seller garantizado!
Como se cuánto disfruta de un buen vino, aproveche mi reciente visita a Panamá para llamarlo.
Le lleve una botella de una reciente cosecha pinotage sudafricano. Juan Carlos me invito a almorzar a la Casa del Marisco, donde me hizo entrega de una copia de su libro. Fue un reencuentro después de cuarenta años. Confieso al lector que no se acordaba de mí y no lo culpo. Sin embargo, fue un almuerzo ameno e interesante. Tuve la oportunidad de aprender mucho mas de este destaco paisano. No recomiendo a nadie que desee tener una merienda sosegada, acompañarlo a comer. Medio Panamá desfilo por nuestra mesa a saludarlo y rendirle de cierta manera homenaje. Bien merecido lo tiene, por cierto.
Quiero concluir estas líneas resaltando algo de su libro. Tapia sugiere que se debería agregar al currículo de nuestros centros educativos una materia que enseñe a nuestros jóvenes los principios del emprendimiento. Al nuevo gobierno: consideren a Juan Carlos como ministro consejero plenipotenciario. El sí conoce la verdadera clave del éxito para Panamá.
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