Libertad y Necesidad
Publicado 2004/05/14 23:00:00
- José Váquez
Libertad y necesidad trascienden como aspectos y problemas de la correlación entre el hacer libre y activo de los hombres y sus condiciones externas e internas, y, ante todo, el de la relación de esa actividad transmutadora con la acción de las leyes de la naturaleza, la sociedad y el individuo.
El problema de libertad y necesidad fue formulado como principio socio-histórico por San Agustín de Hipóna (354-430), quien con una postura neoplatónica, establecía la libertad necesaria a la par de la felicidad. Baruch Spinoza(1632-1677) demuestra que la libertad es necesaria por el nivel de racionalidad. Con Hegel (1770-1831) la libertad es la necesidad hecha conciencia. Libertaria y necesariamente, esta disposición va en miras a la relación intrínseca entre las leyes de la naturaleza para suplir el desarrollo de los medios de producción con el progreso de la creatividad, la innovación y la tecnología, bajo los auspicios de la sociedad y el sujeto razonable.
Así, como la libertad es inalcanzable sin el reconocimiento y conocimiento bien apropiado, sin tomar en cuenta, las leyes objetivas y subjetivas, también es imposible comprender y dominar la necesidad sin la acción libre y encaminada a un fin del hombre que se plantea objetivos propios. Para el marxismo dogmático, son imprescindibles las condiciones externas de los medios de producción, sin considerar a fondo la participación del sujeto.
Teniendo en consideración que las libertades fundamentales y las necesidades primordiales, son perspectivas esenciales en la instauración definitiva del "Socialismo Maduro del Milenio", designaremos las principales de ellas.
En las fundamentales, las libertades de locomoción, de pensamiento, de expresión, de reunión, de asociación, de culto, de enseñanza, de ideología (filosofía, social, política, económica, cultural o educativa), y entre las necesidades primordiales están: de sobrevivir, de afecto, de aprendizaje, de una agradable imagen personal, de autoestima, de superación, sexual, alimenticia, de salubridad, etc.
En el campo de la docencia, el perfeccionamiento constante del profesorado, tanto en sus conocimientos como en su metodología, deben mirarse como piedra angular de una mayor calidad académica.
Junto a ello, cada vez se hace más urgente una revisión curricular, ya que son muchas las disciplinas que han ido perdiendo el norte de lo que es esencial en ellas y diversificándose en aspectos ajenos a su médula o de secundaria importancia.
Especial énfasis habrá que poner en el reconocimiento y en el estímulo de la investigación. ante todo importa estimular la investigación en ciencias básicas, porque en ellas se fundan las posibilidades de la investigación técnica o aplicada Y dentro de éstas es necesario buscar mecanismos que aseguren su efectiva concordancia con las necesidades reales del país.
Si se toma esto como referencia, el principio de la verdadera misión de la universidad, resulta vital comprender que más que aumentar en sus dimensiones, nuestras unidades requieren de un progreso en su calidad. ello exige definir el marco de lo que es efectivamente universitario y volcar hacia eso los mejores esfuerzos de nuestra Educación Superior.
Alejándonos de toda demagogia y de cualquier interés particular de grupos de presión, deberemos liberar sin vacilaciones a las universidades panameñas de los lastres no universitarios que las arrastran a la mediocridad o que resienten la eficacia de lo que les es particular, conforme a su naturaleza propia.
El problema de libertad y necesidad fue formulado como principio socio-histórico por San Agustín de Hipóna (354-430), quien con una postura neoplatónica, establecía la libertad necesaria a la par de la felicidad. Baruch Spinoza(1632-1677) demuestra que la libertad es necesaria por el nivel de racionalidad. Con Hegel (1770-1831) la libertad es la necesidad hecha conciencia. Libertaria y necesariamente, esta disposición va en miras a la relación intrínseca entre las leyes de la naturaleza para suplir el desarrollo de los medios de producción con el progreso de la creatividad, la innovación y la tecnología, bajo los auspicios de la sociedad y el sujeto razonable.
Así, como la libertad es inalcanzable sin el reconocimiento y conocimiento bien apropiado, sin tomar en cuenta, las leyes objetivas y subjetivas, también es imposible comprender y dominar la necesidad sin la acción libre y encaminada a un fin del hombre que se plantea objetivos propios. Para el marxismo dogmático, son imprescindibles las condiciones externas de los medios de producción, sin considerar a fondo la participación del sujeto.
Teniendo en consideración que las libertades fundamentales y las necesidades primordiales, son perspectivas esenciales en la instauración definitiva del "Socialismo Maduro del Milenio", designaremos las principales de ellas.
En las fundamentales, las libertades de locomoción, de pensamiento, de expresión, de reunión, de asociación, de culto, de enseñanza, de ideología (filosofía, social, política, económica, cultural o educativa), y entre las necesidades primordiales están: de sobrevivir, de afecto, de aprendizaje, de una agradable imagen personal, de autoestima, de superación, sexual, alimenticia, de salubridad, etc.
En el campo de la docencia, el perfeccionamiento constante del profesorado, tanto en sus conocimientos como en su metodología, deben mirarse como piedra angular de una mayor calidad académica.
Junto a ello, cada vez se hace más urgente una revisión curricular, ya que son muchas las disciplinas que han ido perdiendo el norte de lo que es esencial en ellas y diversificándose en aspectos ajenos a su médula o de secundaria importancia.
Especial énfasis habrá que poner en el reconocimiento y en el estímulo de la investigación. ante todo importa estimular la investigación en ciencias básicas, porque en ellas se fundan las posibilidades de la investigación técnica o aplicada Y dentro de éstas es necesario buscar mecanismos que aseguren su efectiva concordancia con las necesidades reales del país.
Si se toma esto como referencia, el principio de la verdadera misión de la universidad, resulta vital comprender que más que aumentar en sus dimensiones, nuestras unidades requieren de un progreso en su calidad. ello exige definir el marco de lo que es efectivamente universitario y volcar hacia eso los mejores esfuerzos de nuestra Educación Superior.
Alejándonos de toda demagogia y de cualquier interés particular de grupos de presión, deberemos liberar sin vacilaciones a las universidades panameñas de los lastres no universitarios que las arrastran a la mediocridad o que resienten la eficacia de lo que les es particular, conforme a su naturaleza propia.
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