Evasión fiscal y educación
Las verdaderas causas de la desigualdad
Mientras los sectores económicamente poderosos sigan dominando la política del país, la desigualdad se mantendrá como un grave problema.
- Juan Jované
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- - Publicado: 24/6/2020 - 12:00 am
El 54.7% de los jóvenes de nuestro país logran finalizar la educación secundaria. El contexto económico los impulsa a abandonar prematuramente el sistema educativo. Foto: EFE.
Hace algunas semanas atrás un conocido economista, ligado a los sectores económicamente dominantes, se propuso dar a conocer las causas de la profunda desigualdad económica y social que caracteriza a nuestro país.
Pese a algunos aciertos de su intento, el mismo dejó por fuera importantes determinantes del problema.
El intento de explicar las desigualdades económicas solo por las diferencias salariales observadas en diversos sectores, destacando que las mismas provendrían exclusivamente de las diferencias de productividad de dichos sectores, oculta un conjunto de hechos significativos.
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Para comenzar, las remuneraciones de los asalariados representaron apenas el 25.6% del PIB, por lo que no es posible explicar completamente las desigualdades observando exclusivamente las diferencias salariales.
Por otra parte, si observamos las estadísticas disponibles resulta que el grupo de los directores y gerentes es el que tiene un mayor porcentaje de ocupados en el más alto nivel salarial.
Estos cargos, sin embargo, en no pocas ocasiones, no se ocupan en base a la meritocracia, sino por las vinculaciones de las personas con la propiedad del capital y los círculos de poder político.
Se trata de una causa que se quedó por fuera del análisis que ahora comentamos.
Un fenómeno que también queda por fuera del análisis que venimos criticando es el hecho de que en nuestro país cambió significativamente la distribución del ingreso entre la remuneración de los salarios y los beneficios brutos del capital.
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Es así como mientras las primeras vieron reducir su participación en el PIB de 32.0% en el 2007 a 25.6% en el 2017, los segundos incrementaron su participación en ese agregado macroeconómico de 43.6% a 56.0% en el mismo lapso.
No solo se trata de un fenómeno que lógicamente implica una mayor concentración de los ingresos.
Se trata además de uno que se explica por el hecho de que los sectores económicamente dominantes se las han arreglado para quedarse con la parte del león del progreso económico del país.
Es así, por ejemplo, que mientras que entre 1999 y el 2018 la productividad media del trabajo se elevó en 68.5%, los salarios medios reales solo lo hicieron en 21.6%.
En el caso de la educación, que debería jugar un papel importante para crear las condiciones de una mayor equidad, el analista, cuyo trabajo estamos comentando, se centra exclusivamente en los problemas de la calidad de la educación, evitando los problemas de la cobertura.
Olvida el problema de que, de acuerdo con el BID, apenas el 54.7% de los jóvenes de nuestro país logran finalizar la educación secundaria.
Este fenómeno es explicado en gran medida por el contexto económico que sufren los jóvenes de los niveles de ingreso más bajos, factor que los impulsa a abandonar prematuramente el sistema educativo.
En este caso, nuestro analista tampoco logra explicar las causas de por qué no se da un gasto suficiente en los servicios sociales, pese a que reconoce que este es un factor importante para explicar las desigualdades económicas y sociales.
Esto lo tendría que haber llevado a reconocer que en nuestro país el sistema tributario dista mucho de constituir un mecanismo apto para la redistribución del ingreso.
No solo se trata de que el mismo recae básicamente sobre los sectores medios y trabajadores, sino que, además, es administrado de manera tal que permite una enorme evasión tributaria.
Para dar un ejemplo, en el año 2016, última fecha que se tiene información, el llamado incumplimiento tributario (evasión) se calculó en $ 7,744.9 millones, de los cuales el 64.2% se refiere a la evasión generada del impuesto sobre la renta de las personas jurídicas.
Mientras los sectores económicamente poderosos sigan dominando la política del país, la desigualdad se mantendrá como un grave problema.
Economista.
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