Las primeras misiones jesuitas en la educación guna
La civilización no solamente se refería a que los niños tenían que ir a las escuelas para poder ser instruidos sino que tenían que olvidar su cultura, razón por la cual se opusieron los caciques Colman, Inabaginya y Nele Kantule.
- Simón Herrera G.
- /
- - Publicado: 16/5/2021 - 12:00 am
Homenaje del Órgano Judicial a niños de la comunidad de Narganá, en la comarca Guna Yala, El legado de los abuelos sigue vigente. Con el tiempo, diferentes programas se han desarrollado para fortalecer la cultura guna. Foto: Cortesía: Órgano Judicial.
Cuando Panamá se separó de Colombia en 1903, el saila dummad (cacique) Inanaginya siguió viviendo hasta 1907. Después de este hecho, su sobrino Inabaginya lo reemplazó en el cargo junto con otros prominentes sailas de la época, Nele Kantule y Cimral Colman, aunque este último venía de ocupar el cargo junto con el primer cacique.
Los primeros proyectos para "civilizar" a los gunas empezaron en el periodo del cacique Inanaginya. Al padre español, Leonardo Gassó, se le encomendó la tarea de "civilizar" y "evangelizar" a los indígenas, porque vivían en "estado primitivo".
Al gobierno le parecía extraño que las mujeres usaran la mola como su vestimenta tradicional, que hablaran un extraño idioma (el dulegaya), que se reunieran en la casa del congreso u onmaked nega para invocar a Dios, que celebraran la actividad de la pubertad. La orden era que había que acabar con todas estas prácticas que para nada ayudaban al progreso de los "indios".
El padre Gassó arribó en 1906 a Panamá. Al año siguiente, viajó a Yandub con misiones concretas. La llegada del padre Gassó a Yandub provocó el rechazo de sus comuneros, porque alegaron que el jesuita había venido a acabar con sus costumbres. Gassó había aprendido por algún tiempo el idioma de los gunas, como una estrategia para poder acercarse a ellos.
A pesar que la labor de Gassó no cambió totalmente la cultura y creencias ya establecidas en Yandub, sus acciones fueron levantando los sentimientos de rechazo hacia el Gobierno panameño que estaba empeñado en acabar con la cultura guna, ya que en 1908 la Asamblea Nacional aprobó, sin consultar a los gunas, la ley que oficializaba "la civilización de los indios".
La civilización no solamente se refería a que los niños tenían que ir a las escuelas para poder ser instruidos sino que tenían que olvidar su cultura, razón por la cual se opusieron los caciques Colman, Inabaginya y Nele Kantule.
A pesar de las cartas del presidente en cuanto a que solo quería educar a los gunas, y que no les haría nada que les perjudicara, los caciques veían que las acciones del Gobierno eran contrarias, que había empezado una persecución contra las comunidades.
En una carta emitida por el presidente Manuel Amador Guerrero, fechada el 18 de abril de 1907, dirigida a Enrique Clay y demás amigos a San José de Nargana, expresaba que: "El padre Gassó no va a quitarles nada, sino a cuidar de la generación venidera, como ustedes dicen y quieren, y no deben preocuparse creyendo que él busca otra cosa sino el bien de ustedes. Y no va cambiar los nombres de los padres, sino a poner los nombres a los que no tienen".
VEA TAMBIÉN: Sobre tantas cosas silenciadas
En 1913, a Anna Coope, también se le había dado instrucciones específicas en la misma comunidad. Había establecido una iglesia bajo el nombre de Nargana Bible School. El Gobierno le había dado instrucciones a ella de enseñar el castellano a los "indios" y no otro idioma.
En su momento, el Gobierno no comprendió lo que deseaban los caciques. Ellos vieron con preocupación las acciones del Gobierno que con el pretexto de implementar la educación, traía consigo la erradicación de su cultura.
Uno de los grandes pensamientos de aquella época, pero que todavía sigue vigente es el del cacique Inabaginya: ¿Quién dijo que para civilizar al indígena, tengo que alejarlo de su cultura? Con el tiempo, las luchas de los abuelos, dieron sus frutos, mantuvieron su cultura, sus costumbres, siguen cantando juntos como muestra de que todos somos hermanos ante los ojos y el amor de Dios.
Actualmente, el legado de los abuelos sigue vigente. Con el tiempo, diferentes programas se han desarrollado para fortalecer la cultura guna. En tiempos de pandemia, los docentes gunas están impartiendo las clases a los niños de Guna Yala en su propio idioma a través de la emisora Nacional FM, y los contenidos educativos son netamente gunas.
Investigador y profesor de inglés
l. Nota bibliográfica: Marjorie Vandervelde and Marvel Iglesias. Born Primitive. 1982.
Versión oral.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.