Política
Las nóminas presidenciales en Panamá, de los últimos 50 años
- Virgilio Correa [email protected]
Algo hemos aprendido en 50 años: no votar por nóminas heterogéneas para la presidencia de Panamá. La cohabitación parece no funcionar al nivel Ejecutivo y aún menos en el Legislativo.
Han pasado 51 años desde la última elección presidencial que condujo a Arnulfo Arias, por 240 horas, al Palacio de las Garzas.
Una de las presidencias más cortas de la historia presidencial local y regional tal vez.
En aquella elección, la papeleta presidencial compuesta por 1 presidente y 2 vicepresidentes, era una nómina heterogénea, como suele ser la tradición política.
Tres partidos hermanos, pero contrincantes políticos acérrimos, en una sola papeleta: Arias (Panameñista), Arango G (Liberal) y Bazán Sr (Republicano), que igualmente hubieran terminado en disputa así como sus propios partidos: "mejor que aquello terminó como terminó", nos aseguró una vez el difunto José Dominador Bazán, hará unos 30 años, con su voz discreta o su mirada honesta y carismática.
Ya él se quejaba de las incongruencias, al momento de formar las nóminas presidenciales.
Prueba que en Panamá las nóminas heterogéneas no han dado buenos resultados políticos y económicos al país.
La cohabitación parece no funcionar al nivel Ejecutivo y aún menos en el Legislativo.
Al final, Arias venció ampliamente a David Samudio Ávila y Antonio González Revilla y todo eso para nada.
Desde 1968 hasta 1983 no hubo elección presidencial al sufragio universal directo emitido por el pueblo panameño.
Los presidentes eran cooptados “a dedos”, en ese entonces, por el Consejo de la Revolución de la Guardia Nacional y avalados por la Cámara de Representantes y el general Omar Torrijos.
En 1984, Nicolás Ardito Barletta (PRD), Eric A. Del Valle (Republicano) y Roderick Esquivel (Liberal), le ganan la elección por el sufragio directo (después de 15 años de veda), al Dr. Arnulfo Arias M. por unos escasos 1,713 votos.
[Anterior a la elección del 12/5/1984 -según notas diplomáticas extranjeras-: -“lo acordado por el Consejo de la Revolución era que si las papeletas del panameñismo no eran superior al 33% de aquellas del PRD, Arias Madrid se regresaba a Coconut Grove donde pertenecía desde 1968”].
En efecto, los panameñistas solo obtuvieron 45,613 votos más que el PRD, apenas 7.12% más que el joven partido revolucionario.
Al haber fracasado con su pírrica victoria, Arnulfo Arias aceptaba la gran derrota propiciada por su adversario.
Su carisma se estaba perdiendo. 4 años más tarde, moría cerca de la US1 (Calle que pasa a escasos kilómetros sobre Coconut Grove, donde él vivía, en Florida, Estados Unidos. Esta calle va desde Key West hasta la frontera con Canadá).
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Ese gobierno terminó en una total catástrofe para Panamá.
Barletta renunció o fue “desbancado” a menos de 1 año de su elección (nunca se supo a ciencia exacta, ¿qué pasó?), por su parte, Del Valle abandonó el país por razones de seguridad personal en 1988, y a su vez fue reemplazado por otros personajes hasta la invasión del 20/12/1989.
Una vez más, la cohabitación presidencial había sido un total fracaso a pesar de la situación reinante en esa funesta época.
Desde entonces, el PRD ¿aprendió la lección?
En esta elección los Republicanos fueron junto al PRD, (hace 35 años de eso), toda vez que el partido Republicano de ayer se asemeja mucho más al Molirena de hoy, por lo que este experimento ya funcionó y ahora en el 2018 se perfeccionó, ya que el vicepresidente no es Molirena y sí es PRD, como debe ser para evitar la fatal cohabitación heterogénea, que le entrega su alma al diablo para solo velar por sus intereses personales.
El fin justifica cualquier medio.
Por eso preferimos la co-gestión política por temas a la cohabitación clásica, incoherente y heterogénea.
En 1989, Guillermo Endara (Panameñista), Ricardo Arias (DC) y Guillermo Ford (Molirena), le ganaron la elección a Carlos Duque del PRD.
Al cabo de 24 meses y días de llegar al poder, Endara despide a Arias Calderon "eclécticamente", después de la Invasión y nunca tampoco supimos lo que sucedió en los pasos perdidos del palacio de las Garzas.
Arias Calderón más nunca regresó al poder, así que debió haber sido algo muy grave, aunque se habló de espionaje y/o rencillas políticas, como en la Verona de Shakespeare.
Otra vez más, la cohabitación presidencial fue un total fracaso.
Este ya sería el tercer caso de seguido en cerca de 2 décadas.
En 1994, Ernesto Pérez B., parece que entendió el fracaso de la cohabitación heterogénea y decidió escoger a sus dos vicepresidentes en el seno del PRD.
No cohabitación en ningún momento y su gobierno fue bastante exitoso.
Resultado: no hubo ningún follón importante en su gobierno y nadie desbancó a nadie.
La tranquilidad institucional reinó en su quinquenio.
En 1999, Mireya Moscoso (Panameñista), Arturo Vallarino (Molirena) y Dominador Kayser Bazán (Republicano), le ganaron la elección al PRD.
El gobierno este no fue mi coherente ni eficiente.
Lleno de vacíos y desaciertos.
Por cuarta vez, la cohabitación entre partidos diferentes no logró llevar a cabo un buen gobierno.
Se equivocan por la 4ta vez.
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En el 2004, Martín Torrijos junto a Lewis Navarro, como 1er VP (dos PRD auténticos), vencen a Guillermo Endara y José Miguel Alemán H.
El gobierno se asemejó a la coherencia de aquel de Pérez Balladares.
Por segunda vez la cohabitación es descartada y las cosas van mejor en el gobierno y en el país.
Lo homogéneo vence a lo heterogéneo en el régimen presidencial en Panamá.
A notar que el 2do VP de esta nómina no era PRD y fue confinado a la dirección marítima de Panamá, siguiendo con la doctrina de no cohabitar con terceros que no son PRD dentro del Palacio de las Garzas.
Nada de promiscuidad política advierte el filósofo perredista y agrega nos gusta gobernar con nuestra gente.
En el 2009, Ricardo Martinelli (CD) junto a JC Varela (Panameñista-Cristiano-No laico) se unen en condiciones muy adversas y contradictorias [a lo Abel y Caín] para vencer a Balbina Herrera.
Esta cohabitación complicada se asemeja a la de Endara y Arias Calderón.
Esta es la quinta cohabitación que en medio siglo de historia no funcionó para nada.
Algo hemos aprendido en 50 años: no votar por nóminas heterogéneas para la presidencia de Panamá.
Es mejor que sean del mismo partido para la tranquilidad de todos.
Votar por nóminas presidenciales heterogéneas es proveerle incertidumbre al país.
En el 2014, Juan Carlos Varela junto a Saint Malo y los Populares, resultaron ser la peor cohabitación de la historia de Panamá desde el 10 de noviembre de 1821, -[ademas que uno de ellos no pertenece a partido alguno]-, en este gobierno ya la gota rebasó la copa.
Las cohabitaciones heterogéneas del Ejecutivo no funcionan en Panamá y máxime cuando una de las parejas no tiene historia partidista alguna.
Eso no debe volver a ocurrir en Panamá.
En el 2019, vemos con simpatía la nómina de Cortizo y Carrizo, primero porque sus apellidos comienzan con C de confianza, segundo, sus apellidos tienen 7 letras y ambos son del mismo partido, tercero: lo nuevo y mejor que lo que ha ocurrido hasta ahora es la experiencia y la juventud de este binomio.
Una no cohabitación heterogénea en estos momentos es lo mejor para lograr una homogeneidad y un consenso de responsabilidad y de hacer mejor las cosas.
La alternabilidad del poder entre CD, Panameñistas y PRD es lo más saludable para Panamá. Ahora debería tocarle al PRD para hacer la síntesis de medio siglo del régimen presidencial istmeño
Miembro UPLA/IDU
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