Análisis
Las difíciles expectativas económicas
- Juan Jované
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... mecanismo para romper con las expectativas negativas a futuro estaría en un gran diálogo nacional sobre el futuro económico del país....ningún partido político o candidato presidencial por la libre postulación ha mostrado interés en esta alternativa.
La incertidumbre y la falta de confianza reducen la propensión al consumo.
La coyuntura económica de Panamá, como es sabido, no resulta para nada halagüeña.
Basta recordar que en el segundo trimestre de este año el crecimiento del producto interno bruto alcanzó un nivel de apenas el 3.20% en relación con el año anterior, valor similar a la mostrada por la variación acumulada por el índice de actividad de económica mensual en agosto en su versión tendencia – ciclo.
Esta cifra contrasta con la observada para la misma fecha en el 2017, cuando este indicador alcanzó a 5.74%.
Para valorar esta situación en relación con su impacto hacia el futuro, es conveniente destacar la importancia de las expectativas en el funcionamiento de la economía.
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Es claro que si las expectativas son positivas, la economía tendería al crecimiento, mientras que de ser negativas, la misma mostraría una tendencia bajista.
Además, como destacó Keynes en su Teoría General (1936), dada la incertidumbre que acompaña cualquier análisis sobre el futuro, las expectativas resultan volátiles, estando estas influidas por la "confianza con que podamos hacer la previsión".
Esto significa que expectativas negativas con falta de confianza siempre auguran problemas económicos.
George A. Akerlof y Rober J. Shiller, ambos galardonados con el Premio Nobel de Economía, proponen, en su libro Animal Spirits (2009), la existencia de un multiplicador de la confianza y las expectativas, en el sentido de que las mismas al ser negativas, generaran condiciones que llevarán a una mayor pérdida de confianza y expectativas aún más negativas.
Estos autores, además, conectan este multiplicador con otros fenómenos económicos que tienen la misma lógica.
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Es así que las expectativas negativas, la incertidumbre y la falta de confianza reducen la propensión al consumo, con lo que el multiplicador relacionado con el mismo declina, afectando el nivel de actividad económica.
Así mismo, estos fenómenos reducen el volumen de inversiones, con lo que el llamado efecto de aceleración toma una dirección negativa, que igualmente hace más chica a la demanda efectiva.
Además, es cierto que en esta situación el impacto del gasto público contracíclico sería inferior.
El problema de Panamá es que siguiendo a Akerlof y Schiller, lo que se podría llamar la narrativa económica dominante va tomando, de una manera creciente, la forma de una visión general negativa sobre el funcionamiento de la economía del país.
Así lo demuestran claramente tanto las recientes encuestas sobre la confianza sobre el futuro de la economía, como las que se refieren a la futura contratación de personal.
Se trata, vale la pena agregar, de una visión alimentada por la presencia de un pésimo gobierno de turno, la corrupción generalizada y el profundo quiebre institucional que agobia al país, a lo que se debe sumar la incertidumbre política que genera el próximo torneo electoral.
Un mecanismo para romper con las expectativas negativas a futuro estaría en un gran diálogo nacional sobre el futuro económico del país.
Este podría crear una nueva visión de refundación nacional guiada a construir un modelo, democrático, dinámico, incluyente, con justicia social y sostenibilidad ambiental.
Desgraciadamente ningún partido político o candidato presidencial por la libre postulación ha mostrado interés en esta alternativa.
Economista.
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