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La visión estratégica que nos falta
- Juan Jované
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Las relaciones económicas de China con el exterior están guiadas no por objetivos parciales y fragmentados, sino por una completa estrategia nacional.

El presidente de la República Popular China, Xi Jinping, durante su visita a Panamá en diciembre del 2018, recibido por su homólogo Juan Carlos Varela. Foto: Epasa. Archivo.
Como llevar adelante las relaciones económicas con la República Popular de China (RPCH) ha sido objeto de diversos debates en nuestro país, hecho que resulta natural si se tiene en cuenta la importancia y significado que las mismas pueden llegar a tener.
Si se intenta establecer la ruta para optimizar los resultados positivos de estas relaciones para toda la población, resulta fundamental entender a la contraparte con la que se está negociando.
En primer lugar, es importante entender que, incluso detrás de lo que parecen rupturas fuertes, el proyecto de la República Popular de China (RPCH) contiene una profunda continuidad.
Se equivocan quienes, como Tapiero, piensan que el actual desarrollo comenzó con Deng Xiaoping.
Es así que Zhiming Long y Rémy Herrera, en un artículo publicado en diciembre de 2018 en la Monthly Review, muestran claramente que desde la fundación de la RPCH se dio un impresionante y efectivo esfuerzo por desarrollar las fuerzas productivas y resolver los inmensos problemas de la población.
Sin estos las reformas y ajustes posteriores no hubieran sido posibles.
La continuidad de objetivo es, entonces, central.
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Vale la pena, además, recordar que el modelo del socialismo con características chinas mantiene un importante núcleo básico de planificación.
Así lo destacan Felipe Freitas da Rocha y Ricardo Bielschowsky cuando, en un reciente artículo de la Revista de la Cepal, argumentan que: "el comportamiento de las empresas multinacionales de China, y en especial las del sector recursos naturales, está esencialmente dictado por los intereses de planificación del Gobierno chino, centralizado…".
Continuidad y planificación estratégica.
Las relaciones económicas de China con el exterior están guiadas no por objetivos parciales y fragmentados, sino por una completa estrategia nacional.
Esto llama la atención sobre el hecho de, que para optimizar la relaciones con la RPCH el mejor enfoque no es de "negocio por negocio", es el de una estrategia nacional con objetivos claros sostenidos en el tiempo, con el fin de encontrar los espacios de cooperación con mutuo beneficio.
Desgraciadamente, como se ha podido observar, el enfoque del Gobierno panameño ha sido el de "negocio a negocio", capaz de favorecer algunos intereses económicos muy particulares.
No se ha realizado un esfuerzo por concertar una verdadera estrategia de desarrollo nacional, en la que se reflejen los intereses nacionales de toda la población.
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La propia composición de las comisiones negociadoras así lo refleja.
Fragmentación y falta de visión estratégica.
De esta forma, lastimosamente, se desaprovecha la oportunidad de que las relaciones con un país que ha manifestado su interés de cooperar bajo formas que sean útiles para el desarrollo integral de sus socios no sean optimizadas.
Nuevamente queda claro que el férreo control que mantienen los sectores económicamente dominantes sobre la vida nacional constituye un poderoso freno para el logro de un real desarrollo incluyente en el país.
Hace falta, por tanto, avanzar en dos importantes tareas complementarias.
La primera tiene que ver con la generación de un proyecto de desarrollo integral consensuado por el conjunto de las fuerzas progresistas del país.
La segunda es organizar y unificar estas últimas, convirtiéndolas en una gran energía para el cambio social.
Economista.
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