Maltrato animal
La vida de Fifí
La compañía de las mascotas trae diversos beneficios a nuestras vidas, porque su presencia mitiga nuestro estrés y depresión al jugar o interactuar con nosotros, haciéndonos más sociales y menos egoístas.
Maltrato animal
La compañía de las mascotas trae diversos beneficios a nuestras vidas, porque su presencia mitiga nuestro estrés y depresión al jugar o interactuar con nosotros, haciéndonos más sociales y menos egoístas.
Fifí siempre será recordada por los momentos de felicidad que brindó a una familia. Foto: Cortesía del autor.
En una localidad del interior panameño vive una perra llamada Fifí, con su pelaje blanco con manchas negras y chocolates, dignamente mestiza o tinaquera.
Desde cachorra fue adoptada en el seno de una familia que le brindó un hogar y cuidados.
A cambio, ella es leal a su familia, siempre pendiente del retorno de cada miembro para mover su cola en señal de alegría.
Anhela siempre un poco de espacio y un poco de cariño.
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Necesita ser vacunada, desparasitada y, eventualmente, una revisión por parte de un veterinario.
Cuando llegue el momento de su partida de esta vida, será recordada por los momentos de felicidad que brindó a una familia. Pero la historia de Fifí puede ser la historia de Laila, Tedy, Rocky, Shaina y tantas otras mascotas, incluyendo perros, gatos, pericos, entre otras en Panamá.
La compañía de las mascotas trae diversos beneficios a nuestras vidas, porque su presencia mitiga nuestro estrés y depresión al jugar o interactuar con nosotros, haciéndonos más sociales y menos egoístas.
Inclusive, por ejemplo, en el caso de los perros pueden ser integrados a la sociedad como policías, rescatistas, en terapias, entre otras actividades.
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Pero no todos los animales domésticos tienen el mismo destino de ser adoptados y respetados.
Muchos animales sufrirán destinos trágicos en manos de ciudadanos o vivirán en las calles.
El maltrato animal es una triste realidad en Panamá, desde animales ahorcados, macheteados, ahogados, atropellados, enterrados vivos, envenenados, entre otros escenarios dantescos. ¿Dónde queda el sentido común?
Es que hace falta una ley para respetar un tema tan elemental como la vida.
Todas las personas que tienen una mascota perciben su tristeza, celos, temor, dolor, ansiedad y afecto hacia las personas de su entorno, una mezcla de emociones y sentimientos.
No se trata de mitificar los animales domésticos y magnificar su valor ante los seres humanos.
Los humanos, en teoría, cuentan con un alto nivel de razonamiento y organización, entonces por qué ejecutar actos tan primitivos y denigrantes contra animales domésticos.
Las investigaciones científicas publicadas, con respecto a la salud mental humana, por diversos institutos de investigación de salud a nivel mundial, sustentan que los maltratadores de animales tienen una orientación antisocial y son propensos a cometer violencia intrafamiliar, aspectos que se buscan prevenir y corregir en la formación de un ciudadano íntegro.
En Panamá, la Ley 70 de 12 de octubre de 2012 de protección a los animales domésticos fue creada con el objeto de prevenir, erradicar y sancionar el maltrato, el abandono y los actos de crueldad e insta a denunciar el maltrato animal.
Considera multas y sanciones que incluyen hasta prisión, además de velar por el destino de los animales maltratados, involucrando, entre otras instancias, a la Policía Ambiental y al Ministerio Público.
En este mismo aspecto, en Panamá existen diversas asociaciones sin fines de lucro con apoyo de voluntarios que ayudan a los animales domésticos en riesgo, incluyendo la promoción de la adopción, programas de esterilización a bajo costo, albergues y ayuda en general, tales como: Asociación Ángeles de los Animales, Fundación San Francisco de Asís, Mundo Colitas, entre otras.
Todas requieren apoyo dentro de nuestras posibilidades considerando su importante labor, sobre todo porque hace falta ayuda financiera.
A nivel mundial diversas celebraciones hacen énfasis en esta temática tales como: el Día Internacional de los Derechos de los Animales, celebrado cada 10 de diciembre; el Día Internacional del Animal sin Hogar, celebrado el tercer sábado de agosto de cada año y el Día Mundial de los Animales, celebrado cada 4 de octubre (en conmemoración de San Francisco de Asís, Patrono de los Animales y Ecologistas).
En Panamá aún son necesarias campañas de concientización en radio, televisión, medios escritos impresos y digitales, entre otros. Igualmente integrar la temática dentro de la educación formal e informal, tanto a nivel público como privado.
Durante la pandemia de COVID-19, las mascotas, a nivel nacional, han vivido los mismos episodios de cuarentena que las familias con las que conviven, en algunos casos, incrementando su exposición al abandono y maltrato, desmejorando más aún la situación de la población de animales sin hogar.
El verdadero paso para acabar con el maltrato animal en Panamá comienza con nuestra propia conciencia, considerando que un ciudadano íntegro no maltrata animales.
Ingeniero Agrónomo.
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