La triple maldición de la globalización neoliberal
...la llamada interconectividad o logística globalizada, la cual es pensada exclusivamente en términos de las ganancias a corto plazo, genera una vulnerabilidad que está dada por la posibilidad de una transición generalizada de enfermedades. Hoy vivimos esa realidad con la COVID-19.
- Juan Jované
- /
- - Publicado: 01/7/2020 - 12:00 am
La globalización neoliberal tiene formas más directas y profundas de poner en peligro la vida. Foto: EFE.
En el campo de la economía mucho se habla de la maldición de los recursos naturales, la que se refiere al hecho de que algunos países que cuentan con elevadas reservas de recursos naturales, sus rentas son apropiadas y dilapidadas por una minoría.
En estos, además, la abundancia de divisas dificulta la aparición de nuevas actividades diversificadas, por lo que tienden a mantenerse en condiciones de subdesarrollo.
Sin embargo, existen otras maldiciones que son producto de la globalización neoliberal, de las cuales poco se habla.
VEA TAMBIÉN: Derecho a la educación
La primera de estas se refiere a que la inmensa concentración de los ingresos y la riqueza provocada por la aplicación de las medidas neoliberales (el Consenso de Washington), han dado lugar a una economía financiarizada, caracterizada por la especulación y las burbujas financieras que terminan generando crisis y desempleo, así como una tendencia hacia el estancamiento y el desempleo a largo plazo.
En la actualidad este problema ya estaba presente antes de la actual pandemia producida por la COVID-19.
En un interesante trabajo, Eric Toussaint ha explicado cómo la llamada "exuberancia irracional" ha significado que "todos los factores para una nueva crisis financiera estaban y están presentes y juntos…, al menos desde 2017-2018."
La globalización neoliberal tiene formas más directas y profundas de poner en peligro la vida.
En efecto, la llamada interconectividad o logística globalizada, la cual es pensada exclusivamente en términos de las ganancias a corto plazo, genera una vulnerabilidad que está dada por la posibilidad de una transición generalizada de enfermedades.
VEA TAMBIÉN: La COVID-19 se aprovecha de las políticas erráticas de varias décadas
Hoy vivimos esa realidad con la COVID-19. Sin embargo, este fenómeno tiene su origen para América Latina en la expansión originaria del actual sistema socioeconómico, cuando la mal llamada conquista provocó la transmisión de las enfermedades europeas, generando una verdadera hecatombe demográfica entre las poblaciones indígenas.
Es también claro que la pandemia de la COVID-19, adicional al costo en términos de vida, está generando una contracción generalizada de la economía, la cual llevará a un mayor desempleo a nivel de todos los países.
La ruptura de las cadenas productivas y la caída de la demanda efectiva no tardarán en afectar a prácticamente todo el mundo.
El economista Noriel Roubini, quien fue capaz de prever la crisis del 2008, ha señalado refiriéndose a lo que está por darse "que esta crisis es mucho más severa para China y para la economía mundial de lo que piensan los inversores."
La globalización neoliberal, más allá de lo anterior es capaz de acabar prácticamente con toda la vida.
En efecto, la búsqueda incesante de ganancias y de acumulación sin límite de capital está llevando a impactos ecológicos que amenazan con al práctico colapso de la vida, incluyendo en esto la humana. Refiriéndose a la tasa de extinción de especies un interesante artículo, recientemente publicado en National Geographics, asegura que "las tasas actuales de extinción son cientos – quizás miles - de veces más altas que la tasa de base", añadiendo que "son tan altas que los científicos afirman que estamos al borde de una extinción masiva." Nadie puede asegurar que la propia humanidad no sea parte de este proceso de extinción.
El creciente peligro de extinción por sobrecalentamiento global está en el hecho de que el sistema socioeconómico vigente, en su afán de acumulación de ganancias, emite mundialmente más de 36,000 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono anuales, aproximadamente dos veces y media de los que, de acuerdo con los climatólogos, serían el nivel relativamente seguro para evitar que la temperatura sobrepase los 1.5 grados Celsius por sobre la temperatura preindustrial.
Quizás el impacto de la actual pandemia nos lleve a reflexionar sobre la necesidad de un cambio civilizatorio, el cual salve a la humanidad del desastre.
Economista.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.