Síntomas
La timidez
- Daisaku Ikeda
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Se trata de tomar acción. Si tu objetivo es atravesar a nado un gran océano, no te hará ningún bien sentir miedo antes de zambullirte. Es mejor, sin embargo, tomar acción, sin perder de vista tus metas a largo plazo. Los hechos pasados pueden ser útiles, pero es autodestructivo pensar en el propio fracaso incluso antes de intentarlo.
La timidez es síntoma de un carácter amable y sensible. Es posible que hayas oído hablar de Eleonor Roosevelt, una de las mujeres más respetadas de la historia de Estados Unidos. En su libro You learn by living (se aprende viviendo), escribe: "Si miro hacia atrás, veo lo sumamente tímida y reservada que era de niña. Cuando dejaba que la timidez me dominase, me quedaba medio paralizada".
Mediante la autodisciplina, la señora Roosevelt superó su problema. Al igual que la mayoría de la gente tímida, estaba llena de miedos sobre sí misma, así que puso todo su empeño en romper estas cadenas. Desafiándose constantemente a sí misma, fue ganando confianza poco a poco. ¿Qué medidas concretas tomó? Las mismas medidas que te ayudarán hoy a ti.
Dejó de preocuparse por causar una buena impresión, dejó de obsesionarse con lo que los demás pensasen de ella. En cambio, empezó a preocuparse por el bienestar de los demás, y además persiguió incondicionalmente sus intereses. Al hacerlo, aprendió que la gente no presta demasiada atención a lo que hacen los demás y que la gran cantidad de atención que nos prestamos a nosotros mismos es en realidad nuestro mayor enemigo. Al darse cuenta de esto, disminuyó su inhibición.
En tercer lugar, fomentó su sentido de la aventura y el deseo de experimentar la vida. Mantuvo un deseo vital de descubrir lo que la vida podía ofrecer. Lo importante es dar el primer paso. Al superar con valor un pequeño miedo, nos armamos de valor para enfrentarnos al siguiente. Fíjate metas. Sean grandes o pequeñas, haz siempre todo lo posible por alcanzarlas. Dedícate a fondo y comprométete a conseguir tus objetivos; si te lo tomas a la ligera no llegarás a ninguna parte. Un espíritu diligente y dedicado brilla como un diamante y conmueve los corazones de la gente. Eso es porque tiene una llama brillante ardiendo dentro.
No tiene ningún sentido quedarse ensimismado por la apariencia exterior. Si somos sinceros, la gente comprenderá nuestras intenciones, y nuestras virtudes positivas brillarán.
Se trata de tomar acción. Si tu objetivo es atravesar a nado un gran océano, no te hará ningún bien sentir miedo antes de zambullirte. Es mejor, sin embargo, tomar acción, sin perder de vista tus metas a largo plazo. Los hechos pasados pueden ser útiles, pero es autodestructivo pensar en el propio fracaso incluso antes de intentarlo.
El poeta alemán Wolfgang Von Goethe escribió: "¿Cómo puede uno llegar a conocerse? Nunca mediante la contemplación, sino mediante la acción". Trata de cumplir tu deber y sabrás enseguida cómo eres.
Presidente de la Soka Gakkai Internacional
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