La Tierra, llamamiento silencioso al ser humano
...hacen falta algunas cosas, entre otras, una voluntad política, una concienciación ciudadana y un compromiso social para iniciar una transición hacia formas más sostenibles del desarrollo.
- Melitza Anany Tristán Mojica
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- - Publicado: 26/4/2020 - 12:00 am
Las políticas ambientales se van a transformar en el paradigma efectivo del cambio civilizatorio. Foto: AP.
Hace diez días amanecimos con las primeras lluvias de la temporada que generó un revuelo de aves que produjeron una sinfonía con diversas melodías que se me hace imposible explicar, muchas aves de diversos plumajes que volaban y cantaban a la vez, se colocaban en los balcones y otras en algunos árboles que sobrevivieron de la construcción, la verdad fue un espectáculo natural, que continuó así hasta el atardecer.
Celebrábamos la resurrección de nuestro creador, estábamos en cuarentena total por el coronavirus, había un silencio que al ver caer la lluvia generaba una paz, que se nos hizo fácil conectar la razón con los sentimientos y emociones; muchas preguntas surgieron y en esa mañana, claramente se unía el cielo con la tierra, lo humano con la espiritualidad y la biodiversidad, y que coincidentemente se da en estos días en los que celebramos el Día de la Tierra (22 de abril).
En estos tiempos de reflexión por la pandemia, donde predomina en muchos ciudadanos el pensamiento crítico, desarrollamos este artículo desde la perspectiva de que el encuentro personal con la naturaleza se inicia primero por el corazón y después por la razón y que resumo en esta interrogante ¿Qué haremos los panameños para enfrentar entre todos la situación social y económica en la que nos enfrentamos, siendo ricos en recursos naturales?
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Escuchaba a muchos investigadores acentuar que la línea a seguir para reponernos ante esta gran crisis es a través de una "verdadera gestión ambiental en comunidades, para la gente y con la gente", estrategia en la cual creemos y es la que ha venido direccionando los garantes de la gestión ambiental de nuestro país, con líneas estratégicas para aportar a los objetivos de desarrollo sostenible, salvaguardando los recursos naturales y elevando la cultura ambiental; un llamamiento directo a la participación y al compromiso de todos, lo que muestra un gran avance.
Desde el inicio de este siglo se está invitando a ver los problemas ambientales como un conglomerado de procesos interrelacionados, cuyo comportamiento sinérgico, hiper-complejo y mutante -a medio y largo plazo- sitúan a la especie humana ante un cambio global de consecuencias impredecibles.
De allí, la urgencia de pactar con los diferentes agentes sociales, disminuyendo la huella ecológica e introduciendo correctores que propicien la igualdad social para crear consciencia social del deterioro ambiental en un proceso de cambio climático global.
Consideramos que el desarrollo de estrategias para la construcción de un puente natural entre el ser humano y la biodiversidad; la intervención comunitaria con educación y organización, enfocando acciones a la restauración de los ecosistemas y al propio mejoramiento de vida de los ciudadanos, es la manera más efectiva y rápida para alcanzar el desarrollo sostenible y erradicar la sexta frontera, donde 777 mil panameños son vulnerables a la pobreza.
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No tengo dudas que en nuestro país hay un amplio acuerdo en considerar que el desarrollo de esta sociedad puede ser sostenible, por lo que debemos buscar la convergencia entre el crecimiento económico, la protección ambiental y el desarrollo social.
Pero hacen falta algunas cosas, entre otras, una voluntad política, una concienciación ciudadana y un compromiso social para iniciar una transición hacia formas más sostenibles del desarrollo.
Se presume que a nivel mundial post pandemia, las políticas ambientales, en lugar de ocupar un espacio marginal en la acción gubernamental se van a transformar en el paradigma efectivo del cambio civilizatorio, en auténticos motores del cambio económico y social que el planeta necesita, y requeriremos de una estrategia enfocada a la transformación de nuestro estilo de vida para la Transición Ecológica y el Cambio Climático.
Para ello, son muchas de las variables a tomar en cuenta, pero apostamos por el trabajo con la gente, en el terreno, construyendo saberes contextualizados, a través de la educación ambiental como motor para avanzar culturalmente; un ciudadano sensibilizado, comunidades organizadas y participativas que propicien los cambios a favor de la naturaleza, con una verdadera responsabilidad ambiental, seguro tomarán conciencia del efecto que tiene en su entorno su comportamiento y se apropiaran de ese oro verde y azul como suyo, convirtiéndose en gestores de su propio desarrollo.
Para lo antes propuesto, nada será posible sin el liderazgo de los gobiernos locales, porque lo único que tienen para avanzar, es el desarrollo de estrategias que se desdoblen en programas y acciones hacia una verdadera gestión local, la cual consideramos que es tan sencilla, si caminas y escuchas lo que la gente quiere; y dentro lo redactado en este artículo, lo extrapolamos a la gestión ambiental, que también es sencilla, si caminamos y escuchamos lo que a la gente le preocupa.
Doctora en Educación Ambiental y especialista en Gestión Ambiental y Desarrollo Sostenible.
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