Análisis
La realidad social y la educación en Panamá
Publicado 2018/04/19 00:00:00
- Diana Alba
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.... es la escuela la que produce las desigualdades sociales, ya que marca los parámetros que se deben cumplir para incorporarse al mercado laboral,
La educación en Panamá, ha tenido importantes avances en las últimas décadas, en especial, en el acceso y la cobertura en todos los niveles de enseñanza; llámese educación preescolar, primaria, premedia y media. Aunque se ha logrado una cobertura universal en primaria, la reducción de la deserción escolar, una mayor permanencia de niños y niñas en el sistema y mejoras en la paridad entre los géneros, el analfabetismo, sobre todo en las áreas indígenas, sigue impactando con mucha fuerza, situación coincidente con los elevados niveles de pobreza y extrema pobreza en algunas áreas de nuestro Panamá.
Nuestros estudiantes, están siendo afectados por tres (3) ámbitos fundamentales: la familia, la escuela y la sociedad. Existe una gran desigualdad, más que nada en el aspecto social, debido a la mala distribución de la riqueza, que permite grandes lagunas entre ricos y pobres.
Aunque nuestro país es inmensamente rico, esa riqueza no llega a los estratos más bajos, probablemente, por un omnímodo poder de los gobiernos y una pérdida de los valores esenciales que permitan un trato igualitario en materia social y educativa. Se puede corroborar los altos porcentajes de pobreza en aquellas áreas de baja escolaridad, como son los casos de las comarcas, seguidas de Darién. En nuestro país, estamos siendo objeto de una desigualdad en temas sociales en los que nuestra sociedad, en su conjunto, está siendo castigada a diario por noticias que hablan de inseguridad, corrupción, ausencia de valores, pobreza, escasez de empleos, marginación, crisis económica, ignorancia, migración, malos gobiernos y así, un sinfín de situaciones que castigan y lastiman el día a día, sobre todo, de aquellos de estratos sociales medios, bajos y, por así decirlo, extremadamente bajos.
La corrupción, violencia, violencia intrafamiliar, la delincuencia, inseguridad, la desaceleración económica, desintegración familiar, desigualdad en salarios, falta de empleos, tráfico de drogas, son elementos que inciden en forma negativa en la sociedad ya que la mayoría de las veces la población se hace esclava de la ignorancia en lugar de crear fortaleza educativa.
Cada día, vemos con tristeza, cómo los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres. Las personas de estrato social más alto o mejor conocida como clase alta, se sienten seguros de dominar a las personas de estratos sociales bajos, mal llamados perdedores y, se aprovechan, solo para tener y poder satisfacer sus necesidades individuales y familiares; pero, a su vez, hay perdedores conformistas que se componen de estratos medios, formados de gente esforzada y muy trabajadora.
Panamá es un país pacífico y conformista; es por esto que se ha ido perdiendo la identidad de sus habitantes. Lamentablemente, nos cuesta valorar las potencialidades que tenemos individualmente y como país, puesto que poseemos muy buenas políticas sociales; pero no se ejecutan con la eficiencia necesaria, por lo que no se alcanzan los objetivos que se deben lograr en sus habitantes y la comunidad,no percibe el bienestar social digno de una nación que posee un eficiente sistema bancario, un Canal que desearían tener otros países (como Nicaragua, por ejemplo), una gran Zona Libre (en Colón) y otras actividades que, deberían brindar los ingresos necesarios para una economía estable y una muy buena calidad de vida, sobre todo para invertir en educación.
La educación en la población es el camino que marca nuestra propia identidad, y sienta las bases para que cada miembro de la sociedad en los niveles de clase media, pobres y extremadamente pobres, puedan tener y mejorar su calidad de vida. Una educación en la que además de aprender a desarrollar las capacidades necesarias para superar los escollos en el camino y defender su supervivencia para mantener una buena calidad de vida, se inculquen valores cívicos, ética, espiritualidad, orientación, urbanidad y moralidad, entre otros.
La educación en Panamá, igualitaria para los niveles de clase baja, es tremendamente difícil, y, tenemos que ser realistas, la población, generalmente, no cuenta con los recursos económicos necesarios para cubrir los gastos en los estudios a un nivel superior. Los estudiantes de clase media o baja pueden, en su momento, ser beneficiados con becas, u otros mecanismos como préstamos, para hacer frente a los gastos en que se incurra durante sus estudios. La clase alta o media alta, obviamente tiene acceso a todo tipo de educación, ya que cuentan con los recursos económicos necesarios para cubrir estos gastos.
Otro aspecto a incluir en el desafío educativo de la población, es la férrea propaganda a través de los medios de comunicación, dígase: la televisión, radio, redes sociales, teléfono celular, Internet, y demás herramientas tecnológicas que, desafortunadamente, están lastimando con sus tentáculos el ánimo de la población joven, futuro de un país, ya que existe demasiada discriminación y, se da una brecha difícil de cerrar, en el entorno social entre los que más tienen y pueden, y los que menos tienen y no pueden.
Se hace necesario, tomar en cuenta el papel de la mujer en el marco de la educación, y es muy lamentable que, en este punto, igual exista una marcada discriminación y desigualdad de género. La mujer, sale del hogar en busca de un empleo, teniendo de esta forma una doble jornada laboral ya que, además de ese trabajo y las responsabilidades fuera del hogar, también debe manejar los deberes de la casa. El cambio social en el mundo globalizado, ha obligado a la mujer a tener que compartir con el hombre los gastos del hogar, debido al encarecimiento del nivel de vida en el mundo entero. Sin embargo, la desigualdad en salarios y la carencia en puestos de trabajo son temas que se mantienen latentes en pleno siglo XXI, con lo que la mujer, sufre un desgaste emocional diario, teniendo que llevar a cabo deberes y responsabilidades dentro y fuera del hogar.
A lo antes mencionado, hay que incluir la deserción escolar del género femenino, por la falta de políticas coherentes y concretas en la educación sexual; tema que adquiere cada día mayor relevancia, si vemos con tristeza, como nuestras niñas y adolescentes, salen embarazadas y en ocasiones, hasta de sus propios familiares. Esto, supone una carga económica para el estado, ya que la mayoría de estas niñas-adolescentes son de estratos sociales bajos y extremadamente bajos. Lamentablemente, nuestro género ha sido muy discriminado y los valores y principios de moralidad, autoestima y amor propio, se ven muy disminuidos, más en la mujer, que en el hombre.
Sumado a esto, están las comunidades indígenas y aquellas áreas rurales que no tienen acceso a una educación de calidad, debido a que no existen escuelas con el personal docente necesario para impartir las clases. Tomemos como ejemplo las escuelas multigrados, donde un solo docente imparte clases, teniendo que realizar todos los deberes, tomar decisiones, y ser responsable del manejo del colegio; todo esto, unido a que deben trasladarse a lugares muy apartados del país. Tomemos en cuenta que muchos de estos niños de lugares apartados (áreas rurales, generalmente), tienen que trabajar hombro a hombro con sus padres, ayudándolos en las cosechas de alimentos para llevar el sustento diario a sus casas, con lo cual, el tiempo de estudio disminuye y aumenta la deserción escolar.
Vivimos en un mundo globalizado donde todos necesitamos de todos para sobrevivir y por ello deben existir reglas y normas, un buen gobierno, educación, organización, espiritualidad, y, se hace necesario socializar y aun cuando existen diferentes razas, culturas, creencias, tradiciones, credo, religión, es pertinente mantenernos comunicados para hacer, de este planeta, algo mejor. Porque, es lo que tenemos y debemos cuidarlo.
Analizando el enfoque del tema, podemos comprender que, en realidad, es la escuela la que produce las desigualdades sociales, ya que marca los parámetros que se deben cumplir para incorporarse al mercado laboral, por eso es que hoy día, se denuncia la incapacidad de los sistemas educativos vigentes para atender y responder a las necesidades cada vez más cambiantes de la nueva sociedad.
Ante esta situación y realidad, cabe destacar que sí hay esperanza de incrementar todo esfuerzo para mejorar la calidad de la educación de nuestro país porque estamos seguros de que solamente la educación, pero de calidad, puede ayudar a que muchas de estas personas marginadas puedan salir de la pobreza extrema en que viven y tener mejor calidad de vida.
Magíster
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