Rescate
La partida de la dirigencia estudiantil
Se ha evidenciado la proliferación de hombres y mujeres sumergidos en el analfabetismo funcional, los cuales saben leer y escribir, pero difícilmente pueden analizar y comprender
Rescate
Se ha evidenciado la proliferación de hombres y mujeres sumergidos en el analfabetismo funcional, los cuales saben leer y escribir, pero difícilmente pueden analizar y comprender
Los principios y objetivos de nuestra educación son formar hombres y mujeres capaces, de analizar, criticar, reflexionar y de participar en los problemas diarios que nos hacen ser parte de este país. Foto: EFE
Promover en los alumnos el pensamiento crítico y reflexivo, para que desarrollen su creatividad e imaginación, y que posean y fortalezcan otros procesos básicos y complejos del pensamiento como la habilidad para observar, analizar, sintetizar, comparar, inferir, investigar, elaborar conclusiones, resolver problemas y tomar decisiones, es uno de los objetivos de la educación panameña.
Prado, (2015) en su ensayo de la historia del movimiento estudiantil en Panamá, nos presenta organizaciones en su orden cronológico, resaltándose la Federación de Estudiantes de Panamá (1922-1927), la Federación de Estudiantes de Panamá (F.E.P.) (Unión de Estudiantes Secundarios U.E.S. y Unión de Estudiantes Universitarios U.E.U.) (1943-1984); el Frente Patriótico de la Juventud, creado en 1945; El Movimiento de Acción Revolucionaria (M.A.R), creado en 1959; Vanguardia de Acción Nacional (V.A.N), creado en 1960; Movimiento de Unidad Reformista (M.U.R), creado en 1964; el Frente Estudiantil Revolucionario 29 de noviembre F.E.R.-29, creado en 1966; el Movimiento Estudiantil a Luchar, Partido Socialista de los Trabajadores P.S.T., creado en 1985; La Juventud Popular Revolucionaria (J.P.R.) Partido del Pueblo (P.P); el Guaykucho-N.I.R, Partido Revolucionario de los Trabajadores P.R.T; organizaciones estas de muchas perseverancia y presencia en las luchas populares del país.
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En la segunda gobernatura post invasión, con la implementación por parte de Ministerio de Educación (Meduca) del decreto 162 del 22 de julio de 1996 y su modificación el 4 de septiembre de 1997, por medio del decreto 142, se considera para muchos la finalización de las organizaciones estudiantiles, las cuales jugaban un valor preponderante en la vida republicana de esta nación; acciones reformistas y tenuamente controladas, todas de la mano de Ernesto Pérez Balladares, presidente de la época y Pablo Thalassinos, ministro de Educación.
Todos recordaremos la participación de nuestros estudiantes en acciones sociales las cuales le daba identidad, desde 1958 hasta finales de 1993, evidenciando su participación más loable en la lucha nacional por la recuperación de la zona franca del Canal y el alto costo de la vida.
En los últimos tres quinquenios se crea y modifica la beca universal, cuya finalidad era colaborar con la formación de nuestros estudiantes, ofreciendo como gobierno un incentivo económico, el cual carecía de parámetros motivadores para lograr que el alumno sea parte de un mundo competitivo, sujeto la conformidad y aceptación de un estatus sin relevancia, en su gran mayoría.
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Recientemente, se avanza con la modificación de este enfoque y se crea el Programa de Asistencia Social Educativa (PASE-U), de parte del gobierno de turno, el cual según mi apreciación, requiere otros componentes más allá del registro de asistencia y rendimiento académico.
La identidad de nuestros jóvenes se ha transferido a un escenario meramente conformista, donde como sociedad los hemos dejado a su suerte, y no poseemos la voluntad de hacer cumplir lo que dicen los principios y objetivos de nuestra educación, los cuales son claros en la responsabilidad que tenemos como Estado de formar hombres y mujeres capaces, de analizar, criticar, reflexionar, entre otras cosas beneficiosas para la nación.
Se ha evidenciado la proliferación de hombres y mujeres sumergidos en el analfabetismo funcional, los cuales saben leer y escribir, pero difícilmente pueden analizar y comprender; nuestra responsabilidad va más allá de entregar bonificaciones e incentivos económicos; esta debe estar centrada en rescatar el interés de nuestros jóvenes en participar en los problemas diarios que nos hacen ser parte de este país, sin temor al enfrentamiento de estrategias y divergencias de opiniones, solo así asumiremos nuestra responsabilidad y dejaremos de seguir creando estudiantes autómatas.
Docente universitario
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