La orfandad de la democracia
...no se puede gobernar para un pequeño grupo de privilegiados hombres Blancos. Estados Unidos ha cambiado desde que los Zonians prohibían a sus ciudadanos Negros las playas reservadas para los Blancos y les aislaban en pueblitos con nombres simpáticos como Paraíso.
- Jaime Figueroa Navarro
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- - Publicado: 22/8/2020 - 12:00 am
Donald Trump en un acto de su campaña de reelección presidencial. En las elecciones del 3 de noviembre, Estados Unidos se juega su democracia. Su resultado impactará al mundo como nunca antes. Foto: EFE.
Donald Trump en un acto de su campaña de reelección presidencial. En las elecciones del 3 de noviembre, Estados Unidos se juega su democracia. Su resultado impactará al mundo como nunca antes. Foto: EFE.
"El pueblo elige a los gobernantes que se merece", es la rúbrica que define, el 3 de noviembre, el futuro de la democracia como le conocemos académicamente. Ese martes, Estados Unidos, el promotor del concepto que ha regido durante las últimas dos décadas el navío político mundial, se rifa, de una vez por todas, la decisión más importante de su historia.
La democracia gringa peca de múltiples defectos. Por definición, democracia es una forma de gobierno en la que todos los ciudadanos adultos ejercen el poder y la responsabilidad cívica, ya sea directamente o por medio de representantes libremente elegidos, basándose en los principios del gobierno de la mayoría y los derechos individuales.
Técnicamente hablando, la mayoría se define como el 50% más uno. En las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016, Hillary Clinton superó a Donald Trump por 2.87 millones de votos, pero perdió lo que obtusamente, por aquello del manto de la "protección al votante" amparados bajo la Constitución, impera lo que se conoce como el "Colegio Electoral".
Bajo este concepto, cada estado representa un número de electores y el que gane el 50% más uno, que es la definición correcta antes mencionada, se atribuye la totalidad de los electores del Colegio Electoral de ese estado.
Por ejemplo, el estado con mayor población, California, con 40 millones de habitantes cuenta con 55 votos mientras que Wyoming, el estado de menor población, con medio millón de habitantes, cuenta con 3 votos. Así no cuadra la matemática del 50% más uno.
Utilizando este ejemplo, California debiese contar con 240 votos. Entonces, el voto del ciudadano de Wyoming tiene mayor valía que el de California. ¡Obtusa democracia!
Más allá, le vemos en la estructura del Congreso, donde la Cámara Baja, la Casa de Representantes, resulta el único ente que, si refleja representatividad por población, mientras que la Cámara Alta, el Senado, se compone de dos Senadores por estado, donde el voto de los senadores de Wyoming tiene el mismo poder que los de California.
Dejando los tecnicismos a un lado, bajo el amparo de dos partidos políticos, Demócrata y Republicano, en esencia bastantes similares, comparativamente hablando con otras latitudes, Estados Unidos se ha manejado con relativa eficiencia desde 1776. Eso es hasta la ascensión al poder de Donald Trump.
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A pesar de que los adeptos al Partido Republicano le siguen la corriente como fieles perritos, Trump no representa los valores ni principios de los Republicanos, cuya doctrina es defensora del libre mercado y enemiga de la intervención del Estado, caracterizada por el conservadurismo fiscal.
Esta semana, vemos, por ejemplo, como arremete contra Goodyear, el mayor fabricante de neumáticos de Estados Unidos, por prohibir el porte de simbolismos políticos en los sitios de trabajo. Sesenta mil trabajadores y sus familiares, en su mayoría en el estado de Ohio, crítico en el Colegio Electoral, cuyos 18 votos Trump ganó en las elecciones de 2016 por 51%, posiblemente cambien su selección. Tal vez, no el mejor ejemplo de las excentricidades de Trump.
Porque la presidencia de Estados Unidos se mide por su eficiencia y los votantes, este año, tomarán muy en serio la terrible secuela de la COVID-19 en el supuesto país más desarrollado del mundo que ocupa el vergonzoso primer sitial en el número de infectados y víctimas de la pandemia a nivel global.
Mientras Trump juega al golf los fines de semana, la cifra de muertes se acerca a 200,000 porque "es lo que es" y "no asumo responsabilidades".
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En un país cuya realidad emblemática representa cada vez más la diversidad de sus habitantes, no se puede gobernar para un pequeño grupo de privilegiados hombres Blancos.
Estados Unidos ha cambiado desde que los Zonians prohibían a sus ciudadanos Negros las playas reservadas para los Blancos y les aislaban en pueblitos con nombres simpáticos como Paraíso.
En las elecciones del 3 de noviembre, Estados Unidos se juega su democracia. Su resultado impactará al mundo como nunca antes.
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