COLUMNA 'CAMBIANDO LA REALIDAD'
La masacre de Santa Ana
Lo primero que debo indicar, dentro de mi indignación e impotencia, es que al Gobierno actual parece poco importarle la realidad social de la ciudadanía. Hablan de ajuste entre bandas, sicariatos, guerra de pandillas, criminalizando así a toda aquella persona que es víctima de la violencia y dejando un mensaje entre líneas peligroso, que aquellos que fallecen por armas de fuego no son más que maleantes o pandilleros.
- Ing. Helmut De Puy / [email protected] / @Helmutdep / [email protected]
- - Actualizado: 04/11/2021 - 05:39 pm
Lo sucedido en el local "Espacio", en Santa Ana, es sencillamente inaceptable. Panamá se convierte nuevamente en primera plana de muchos países, haciendo referencia a esta tragedia, resaltando algo que no suele suceder por estos lados; una violencia desenfrenada en la cara de las autoridades y sin respuesta alguna ante esta situación.
Pero no solo reseñaron los fallecidos en la balacera, sino los tres cadáveres encontrados maniatados en Cerro Patacón, demostrando a la opinión pública nacional e internacional que la violencia en Panamá está creciendo y podría llegar a un rumbo desconocido para nosotros hasta ahora.
Lo primero que debo indicar, dentro de mi indignación e impotencia, es que al Gobierno actual parece poco importarle la realidad social de la ciudadanía. Hablan de ajuste entre bandas, sicariatos, guerra de pandillas, criminalizando así a toda aquella persona que es víctima de la violencia y dejando un mensaje entre líneas peligroso, que aquellos que fallecen por armas de fuego no son más que maleantes o pandilleros.
Esta manipulación de la opinión es falsa; la violencia está tomando nuestras calles y el miedo a vivir libremente empieza a verse en todos los que hacemos vida en este gran país.
El ministro de Seguridad, Juan Pino, en el mes de septiembre declaró: “No hay inseguridad en el país (Panamá)”. Han pasado cerca de 60 días desde que se realizó esta declaración y les aseguro que desde que pronunciaron esas palabras, el país en el tema de seguridad ciudadana está cada día peor. Tal vez, alguna estadística de los defensores de la gestión no lo demuestre así, pero la sensación personal de inseguridad que hoy todos vivimos es sencillamente inocultable.
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Además, me veo obligado a agregar que después de la tragedia ocurrida, tuvimos el desagrado de escuchar al viceministro del Mici, Omar Montilla, quien señaló en una rueda de prensa que el lugar donde acontecieron los hechos poseía un aviso de operaciones para venta de comida y no eventos o licor. Mi reflexión es, ¿alguien de verdad está preocupado por la gestión de permisos del sitio, mientras panameños son acribillados dentro de un local? Desafortunada declaración que intenta desviar la atención sobre uno de los principales problemas que hoy vivimos; la seguridad y la protección a nuestro bien más preciado: la vida.
Súmate por un país mejor, ¡No a la violencia!
Más educación, menos balas.
Más funcionarios comprometidos, menos incompetentes.
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