COLUMNA: 'CAMBIANDO LA REALIDAD'
La libertad de elegir
- Ing. Helmut De Puy / [email protected] / @Helmutdep / [email protected]
Desde la llegada de la pandemia, algunos individuos que se consideran dueños absolutos de la verdad, han desarrollado dentro de sus discursos, mensajes, tuits, entrevistas y cualquier oportunidad de comunicación, resaltar que solo ellos tienen la razón.
Aristóteles, planteaba que el hombre es político por naturaleza, por ende, debe ser libre, no puede estar sometido a la potestad de alguien más.
Para John Locke, la libertad como un valor supremo, está por encima de cualquier otro derecho. Afirmaba que no es legítimo sacrificar las libertades individuales para otorgarle mayor poder al Estado.
John Stuart Mill, definía la libertad como "buscar su propio bien a su propia manera, en tanto que no se intente privar de sus bienes a otros, o frenar sus esfuerzos para obtenerla".
Cada uno de estos filósofos define según su época y las circunstancias que los rodearon, el concepto de libertad. Un concepto maravilloso y preciado para toda la humanidad, más en estos tiempos confusos donde una delgada línea separa la democracia del autoritarismo.
Desde la llegada de la pandemia, algunos individuos que se consideran dueños absolutos de la verdad, han desarrollado dentro de sus discursos, mensajes, tuits, entrevistas y cualquier oportunidad de comunicación, resaltar que solo ellos tienen la razón. Sin pruebas, sin base, pero solo con la certeza de superioridad que solo desde su ego, les permite actuar, sin importarle violentar los derechos de otros a elegir.
Planteamientos irracionales, como que las personas que no se vacunen, en caso de ser infectadas, deberán pagar todos sus gastos; hasta el planteamiento del presidente Laurentino Cortizo de analizar “que los funcionarios que no estén vacunados se vayan de licencia sin sueldo a casa”.
Yo estoy vacunado, creo en la ciencia y en las vacunas, pero respeto a quien no cree o a quien simplemente no desea vacunarse.
Desde mi experiencia, puedo comentar que no tengo conocidos que las vacunas lo hayan matado o tengan algún efecto secundario. Por el contrario, todos han continuado con normalidad en sus vidas, sintiéndose un poco más seguros contra el virus.
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En las palabras del presidente Cortizo, escuchamos una vez más el discurso del terror. Ese discurso que se mantiene desde el Ministerio de Salud, pasando por varias instituciones del Estado y que actúa en nombre del virus, estableciendo más confinamiento, traslado de partidas especiales, compras extraordinarias y coartar libertades fundamentales, en nombre de nuestra protección.
Son las mismas palabras que reiteran, que aquí no hay intocables, pero que resalta, que el Ministerio de Salud no sanciona a ningún compañero de partido, a pesar de irrumpir algunas normas establecidas para la lucha contra la pandemia.
La libertad de cada individuo, es irrenunciable, sagrada y no puede ser violentada por decretos inconstitucionales, bajo el argumento de protección a los ciudadanos.
Nuestros padres y antepasados lucharon por la libertad de nuestro país, no podemos permitir que nadie sea afectado por tener una opinión diferente. Hoy son los que no desean ponerse la vacuna, mañana puedes ser tú.
Panamá nos necesita, reconstruyamos nuestra patria, ética, moral y financieramente. Súmate a los que amamos al país.
¡Viva la libertad!
Busque la columna "Cambiando la realidad" de Helmut De Puy todos los jueves en el diario Panamá América.
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