La influencia de las tinieblas
- Mons. Rómulo Emiliani cmf
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En el evangelio se habla de espíritus inmundos, demonios, legiones, endemoniados, y de Satanás. De hecho Jesús hace exorcismos, expulsa demonios, libera personas de la influencia de las tinieblas. Dos puntos importantes: no podemos pensar que son simples alegorías, metáforas, o símbolos. Ni tampoco que hay que estar viendo demonios en todas partes. Ni una cosa ni otra. Debemos aceptar, porque lo pone el Evangelio, que existen seres espirituales negativos, sumamente inteligentes y astutos, con una fuerza maligna extraordinaria, cuyo fin es destruir toda la obra de Dios. Su poder es muy grande y se extiende por todas partes, y utiliza la mentira, el engaño, la seducción, la tentación, para confundir, aturdir, desesperar, adquirir adicciones, caer en idolatrías, codicia, avaricia, lujuria, violencia, asesinato, explotación de los pobres, injusticia, corrupción. Todo lo que sea malo, perverso, dañino, destructivo. Y en todo eso hay presencia activa de las tinieblas.
Claro que hay posesión diabólica y es cuando la presencia demoníaca toma la persona y la somete a su dinámica destructiva. Y lo hace atándolo totalmente al mal. Recordemos el caso del endemoniado de Gerasa, el hombre que vivía entre los sepulcros y tiraba piedras a la gente y se hería a sí mismo, y que no podían sujetarlo con cadenas. Y cuando Jesús lo interroga y le pregunta cómo se llama, él dice que "legión". O sea, que la fuerza del infierno estaba totalmente enfocada en él secuestrando su alma. Pero hay otras clases de presencias de las tinieblas en las personas sin llegar a posesión diabólica. Y se dan cuando la persona tiene una herida en el alma. Sean resentimientos, odios, codicia, lujuria, adicciones, y la persona viviendo esos pecados graves o no, deja que la herida se infecte, se haga permanente, y entonces aparece una influencia pesada, tóxica, venenosa, asfixiante de las tinieblas que domina a la persona y la va lentamente esclavizando. Si no hay una liberación de todo eso, sanando la parte espiritual con oración, confesión, Eucaristía y cuando sea necesario, atención psicológica profesional para sanar los traumas, esto será cada vez más intenso, sofocante, y reducirá a la persona a ser una marioneta o títere del infierno. Y podría terminar en algún caso en posesión diabólica. Y ante eso último entonces sí se necesita un exorcismo. Y para realizarlo se necesitan unas condiciones y requisitos que pide la Iglesia. Todo esto nos hace ver que si hay mucha gente sometida a las influencias del infierno y sus pensamientos y conductas van creando una cultura, la cultura de la muerte. Y eso se ve tan claramente hoy día. Por eso hay que evangelizar mucho, predicar en todo momento, hacer mucha oración y ser fiel a Cristo.
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