Desgaste
La imagen del político
- Miguel Ángel Sánchez
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La forma de vestir y de actuar, los discursos políticos, la expresión corporal, su participación en los medios de comunicación, la doble arenga, entre otros elementos, son algunas de las deficiencias de los políticos actuales.
![Ningún político se preocupa por su imagen o por lo menos no lo demuestra. Quizás ya perdieron la vergüenza y es algo normal para ellos. Foto: Archivo.](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2019/10/21/politicos_imagen_0.jpg)
Ningún político se preocupa por su imagen o por lo menos no lo demuestra. Quizás ya perdieron la vergüenza y es algo normal para ellos. Foto: Archivo.
La imagen de los políticos ante la opinión pública en Panamá y probablemente en la mayoría de los países, suele ser deplorable.
Una gran realidad es que muchos de ellos no gozan de una buena aceptación popular.
Lo que contradice este concepto es la cantidad de votos que cada uno obtiene en las elecciones.
Sin duda alguna, este interesante fenómeno es merecedor de un estudio o por lo menos de un análisis crítico general que nos permita tener una percepción más acertada sobre el porqué los votantes siguen creyendo en ellos.
Para nadie es oculto que algunos no son muy expertos hablando en público.
En los medios de comunicación, los políticos no son seductores, son arrogantes.
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Cuando esto ocurre lo más probable es que terminen diciendo lo que el periodista quiere escuchar o lo que la opinión pública no quiere saber.
A esto se le llama miedo escénico, que a consideración de expertos en el tema, esto no existe; cada quien lo crea y lo asume.
No obstante, este sentimiento muchas veces tenebroso llega a la mente del político cuando tiene que explicar algunas acciones inmorales o que no fueron legales.
Tal es el caso de la reciente destitución del Defensor del Pueblo en Panamá, Alfredo Castillero Hoyos, quien en su discurso en la Asamblea Nacional se defendió y argumentó su punto de vista sobre las acusaciones que se le imponían.
En este caso, puede pensarse que el exdefensor tenía la razón, pero su imagen quedó desacreditada ante la opinión pública.
En el caso del alcalde de Colón Alex Lee, sobre el tema del supuesto aumento de salario, hay que reconocer que en ningún momento este personaje dudó en argumentar su punto de vista a través de los medios de comunicación.
Pero también hay que manifestar que su acto no fue del agrado de muchos y, en consecuencia, la imagen de este político tuvo un declive considerable.
De tal manera, que muchos ciudadanos, inclusive aquellos que no son de esa provincia, pidieron su renuncia.
Aunque en los dos casos los discursos fueron relativamente convincentes, las expresiones corporales indicaban disgusto, arrogancia e inseguridad.
Claro está, no todas las personas detectan este tipo de comunicación.
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Uno se mantiene en el puesto.
El otro se fue para su casa.
En otro escenario, para Evo Morales presidente actual de Bolivia, al parecer, sus más de 10 años en el poder no le han ayudado mucho en las últimas elecciones.
Es aquí donde se observa el desgaste del discurso político.
Aunque es el virtual ganador por sacar 45% de los votos en las pasadas elecciones celebradas el domingo 20 de octubre, tiene que realizarse una segunda vuelta para determinar si se queda en el poder.
Lo que quiere decir que su discurso tiene que mejorar para obtener los resultados que desea.
En otros casos estos políticos desgastados toman la decisión de "cambiar de toldas" o ser independientes para ver si el nuevo partido le ayuda, o como candidato "independiente" renuevan su imagen ante la opinión pública.
La mayoría de las veces estos "saltamontes" no logran su objetivo, pero quedan liderando algunas instituciones del Estado o siendo asesores de los ministros o presidentes con salarios extraordinarios.
Al final, siguen siendo políticos que tienen en sus manos el presente y el futuro de los países.
Lo cierto es que ningún político se preocupa por su imagen o por lo menos no lo demuestra.
Quizás ya perdieron la vergüenza y es algo normal para ellos.
La forma de vestir y de actuar, los discursos políticos, la expresión corporal, su participación en los medios de comunicación, la doble arenga, entre otros elementos, son algunas de las deficiencias de los políticos actuales.
Lo que no se puede explicar es por qué, a pesar de todo, las personas siguen aceptando la demagogia de los políticos tradicionales.
Periodista.
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