Anécdotas
La envidia y los vientos de arriba
- Stanley Heckadon-Moreno/opinion@epasa.com
“Son secretos. Hay gente que sufren de vientos. Hay gente que se mueren. Los dotores en los hospitales no compreden mucho. No creen en eso. Pero el viento de arriba lo curan con secreto. Eso le quita la gana de comida a usté' que no come ná'. Se desgana. El viento le controla el estómago. Antonces hay que santiguá' eso. Hay gente que lo jace con un té de hoja de nararanja. Usté' toma el té y le rezan el secreto. Otros lo sobijan.”
En junio de 1981 entrevisté a pequeños ganaderos de Azuero, entre ellos a Prince Bustamante. Había nacido en Pedasí, 1921, pero en busca de tierras emigró a Tonosí en 1963, antes construirse la carretera que unió este selvático distrito con Las Tablas, la capital provincial.
Vivía en Cambutal, cerca a playa de Los Buzos. Por ser de familia de agricultores pobres deseaba ser ganadero. Sus primeras vacas las obtuvo vía el sistema llamado “medias”. Parientes y amigos le prestaron unas reses las cuales él cuidó por un tiempo fijo. Cumplido el plazo partieron las crías y Prince escogió las terneras. Al perder el miedo a los bancos, con un préstamo compró otras vacas para tener más terneros y dedicarse a la ganadería de cría. A vender los terneros machos al destete. Cuando se construyó la carreta a Cambutal comenzó a ordeñar y vender leche a las plantas.
Los gastos diarios de la casa los obtenía de la lechería. Los gastos grandes los pagaba con la plata de la ganadería de cría, tal como limpiar los potreros y reparar las cercas.
El hombre, según Prince, nace y vive para batallar. Enfrentándose a plagas, enfermedades, sequías, inundaciones y a fuerzas sobrenaturales. Como el espíritu que le deslenguó varias reses. Debe resguardarse del viento maligno que súbito mata un hombre, causado por rezos de gente envidiosa.
“La envidia es que si usté' tiene, si es un hombre que puede y si la otra persona está de malas, él está molestándole que usté' puede más que él. Entonces él está buscando como jácele algo a usté'. Eso son las envidias. Él busca a alguien.”
“Uno siempre tiene el interés en tener más o mejor modo. En el mundo siempre va a habé' unos menos que otros. Ojalá toj estuvieran por igual, pero siempre unos van a está mejor, porque si todos tuviéramos igual, nos moriríamos porque nadien tendrá na'. Aquí, onde nojotros, hay mucha envidia. Esos animales que se nos murieron sin lengua fue que nos la pusieron, el secreto maligno, gente. ¿Por qué? Por envidia, gente que no se lleva con uno. ¿Por qué? Porque dicen que uno es rico. La envidia son gente mala de corazón, gente que no se lleva con uno. Pá' eso hay secretos. Pa' resguardá las fincas. Que no le caiga a uno malesa, pá' resguardase usté' mismo. Hay que tené la credencia de Dios, tener fé.”
“Son secretos. Hay gente que sufren de vientos. Hay gente que se mueren. Los dotores en los hospitales no compreden mucho. No creen en eso. Pero el viento de arriba lo curan con secreto. Eso le quita la gana de comida a usté' que no come ná'. Se desgana. El viento le controla el estómago. Antonces hay que santiguá' eso. Hay gente que lo jace con un té de hoja de nararanja. Usté' toma el té y le rezan el secreto. Otros lo sobijan.”
“Rezar es dicí las palabras. Santiguá es jacé la señales cuando se reza. Se reza con la mano derecha, con la izquierda no. Cuando usté' está rezando usté' está santiguando. Por ejemplo, Dios no quiera y usté' cae con una malesa, cae en una malesa, malesa que le dá y usté' se decae. Se le quita el hambre que no le dá gana de comé' na. Se va y toma medecina y esas medecinas no le sirven y lo que hacen es ponelo más malo. Mientras usté' no se cure eso, el viento de arriba, no le va a podé serví las medecinas. Después que se cure eso, el viento de arriba, le sirven las medecinas. Cuando le curan el viento usté' erupta, son gases. De ese otro día en adelante le da gana de comé' de todo.”
“El viento no es espíritu, sino un gas. Eso es el viento de arriba. Yo he oído de muchos que han muerto de eso. Ahí en el hospital de Las Tablas había un hombre de plata que cayó enfermo y los médicos lo estaban atendiendo, especialistas que sabían de ahí y nada podían. El hombre iba a moríse. Ta' que fue una mujé a velo. Ella na má' con velo le dijo que tenía un viento de arriba. Los dotores no creen en eso. Ella le dijo que le iba a santiguá un té. Y se lo trajo a la hora de la visita. Él se lo tomó a descondidas. Quedó sanito. A ese otro día le dieron salida.”
“El viento de arriba es por gente que, por envidia, se lo ponen a usté'. Le jacen el mal. Entonces usté' va 'ónde otro que sea más que esa persona que le puso el mal. No sé por qué le jacen el mal a otra persona, na máj por la envidia.”
Antropólogo
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