La educación panameña, sumergida en la irracionalidad y otros fantasmas
Panamá necesita verdaderos estadistas y líderes sin complejos, con valores y sensatos, que no sean mezquinos, pero que sean capaces de ser consecuentes con la realidad del Panamá de hoy.
- Abel L. Guerra I.
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- - Publicado: 16/9/2021 - 12:00 am
Los centros educativos deben estar abiertos al proceso de enseñanza-aprendizaje. Foto: EFE.
En nuestro Panamá, la moda se hace presente en lo más simple: desde la toma de selfis, hasta montar esos videos o fotos de nuestras actividades en redes sociales. Este ha sido el caso de la vacunación masiva, que si bien es cierto ha servido para concientizar a las personas sobre la importancia de estas para poder tener un reinicio en las actividades económicas y sociales del día a día.
Hoy lo podemos constatar en la apertura de muchos negocios y empresas, incluyendo bares y cantinas, que a la postre solo representan ese frenesí por las apetencias del dios Baco.
Inclusive la iniciativa de utilizar el Código QR, para poder entrar a lugares públicos, eventos deportivos y actividades de diversión, se ve el ingenio del gobierno y de los empresarios para darle al pueblo pan y circo.
Lo que sí es paradójico es que en cuestiones educativas ni gobierno, gremios y hasta los supuestos representantes de la sociedad civil, dan un punto de quiebre ante el flagelo, por la carencia de una educación de excelencia que, en este tiempo, es mucho peor que la misma pandemia.
Ya lo reafirmaba el filósofo F. Nietzsche, el mundo puede dividirse en dos tipos de personas: las que siguen sus propios deseos y las que siguen el deseo de los demás, en este caso, no tenemos elección, ya que estamos a merced de la opinión y el deseo insensato de gremios y autoridades educativas, que en esta guerra pírrica, solo demuestran sus verdaderos intereses so pretexto de buscar los de la población estudiantil y, por ende, de la nación.
Desde hace años, hemos notado la falta de liderazgo político de las autoridades educativas, debido a los constantes escándalos de corrupción; además, la actitud soberbia de los gremios como aquel personaje mítico del Chavo del 8 (Quico), que son capaces de llevarse sus ´juguetes´ si no se hace lo que ellos quieren y qué hablar de los representantes de las sociedades civiles tan serviles a los intereses politiqueros, que por conveniecia callan o hablan, de acuerdo con lo que los mueve.
Todas esas actitudes han llevado, por décadas, a la situación caótica de nuestra educación.
Hoy, Panamá necesita verdaderos estadistas y líderes sin complejos, con valores y sensatos, que no sean mezquinos, pero que sean capaces de ser consecuentes con la realidad del Panamá de hoy.
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Por lo anterior, reafirmamos que los centros educativos deben estar abiertos al proceso de enseñanza-aprendizaje. El Gobierno debe proporcionar los fondos que le pertenecen a los colegios (Fece), los docentes, como reza el himno al maestro, deben ir al combate: 'Es la escuela su campo de guerra'.
Que la desidia y la sazón de las opiniones de cada actor en el ámbito educativo, no le quiten el derecho inalienable de educarse a esta generación que nos juzgará por no hacer lo correcto.
Profesor de Filosofía y directivo.
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