La educación en Panamá: Un desafío constante para el desarrollo
- Azihra Edith Valdés Madrid
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- Directora de Dipred
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La educación en Panamá ha sido, durante décadas, el talón de Aquiles de todos los gobiernos. A pesar de los esfuerzos por mejorar el sistema educativo, los problemas persisten, afectando tanto a estudiantes como a docentes. Escuelas sin terminar, infraestructuras en mal estado y la falta de un sentido de pertenencia por parte de los estudiantes son solo algunos de los desafíos que enfrenta el país.
Uno de los problemas más visibles es el deterioro de las instalaciones educativas. Muchas escuelas presentan condiciones inadecuadas, con aulas en mal estado, baños insalubres y áreas comunes descuidadas. A esto se suma la falta de mantenimiento y el vandalismo por parte de los mismos estudiantes, quienes rayan paredes, ensucian y destruyen los espacios diseñados para su aprendizaje. Esta situación refleja no solo deficiencias en la infraestructura, sino también la necesidad de reforzar valores como la responsabilidad y el respeto por los bienes comunes.
Es fundamental que, durante el año lectivo, se implemente una cultura de cuidado y protección de las instalaciones escolares. Esto debe ser promovido tanto por los docentes como por los propios estudiantes y sus familias, fomentando el sentido de pertenencia y el compromiso con el entorno educativo. La educación no solo debe centrarse en los conocimientos académicos, sino también en la formación de ciudadanos responsables y comprometidos con su comunidad.
Otro aspecto crucial para mejorar la educación en Panamá es la integración de la tecnología en las aulas. En un mundo cada vez más digital, los maestros deben buscar maneras de adaptar la tecnología a su enseñanza diaria, haciendo que los estudiantes se sientan más motivados y preparados para enfrentar los retos del futuro. El uso de herramientas digitales no solo facilita el aprendizaje, sino que también permite a los docentes innovar en sus metodologías, personalizando la enseñanza según las necesidades de cada estudiante.
Para transformar la educación, es necesario romper el molde y revolucionar la forma en que se enseña. Esto implica no solo actualizar los contenidos curriculares, sino también fomentar habilidades esenciales como la resolución de conflictos, el pensamiento crítico y la creatividad. Además, es crucial promover la práctica de diferentes expresiones de arte y deporte, permitiendo que los jóvenes descubran y desarrollen sus talentos.
El gobierno actual ha realizado una alianza interinstitucional para que el 10 de marzo los estudiantes y el cuerpo docente encuentren escuelas operativas para el inicio del año 2025. Este esfuerzo busca garantizar condiciones adecuadas para el aprendizaje y evitar interrupciones innecesarias en la educación. Los educadores no pueden hablar de protestas y pérdida de tiempo cuando el año apenas inicia. Es fundamental deponer intereses particulares y trabajar juntos como sociedad para sacar a Panamá adelante y convertirlo en un país más próspero.
La educación en Panamá debe evolucionar para adaptarse a las nuevas necesidades del mundo. Esto requiere una inversión significativa en infraestructura, capacitación docente y programas innovadores que motiven a los estudiantes a aprender y a cuidar su entorno. Solo a través de un esfuerzo conjunto entre gobierno, docentes, estudiantes y familias, se podrá garantizar una educación de calidad que prepare a los jóvenes para los desafíos del futuro.
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