La descontaminación de los polígonos
- Ginela Escala M./
- - Publicado: 28/9/2010 - 07:25 pm
En Panamá, se calcula que 110 mil municiones explosivas permanecen en miles de hectáreas aledañas al Canal. El Washington Post advirtió hace algún tiempo que se han removido solo 8,500 municiones. En su momento las tropas estadounidense que "limpiaron" esos terrenos contaminados por las prácticas militares de varias décadas, lo hicieron superficialmente cerca de los senderos y sin equipo apropiado de detección. La "limpieza" no se inició sino hasta 1998 -o sea el año antes de la transferencia del Canal a Panamá- por lo que se hizo con retardo.
La situación incumplió el artículo IV del Acuerdo para la Ejecución del Tratado del Canal de Panamá: "A la terminación de cualquier actividad u operación conforme a este acuerdo, Estados Unidos estará obligado a adoptar todas las medidas hasta donde sea viable, para que toda amenaza a la vida, salud y seguridad humana sea removida de cualquier sitio de defensa, área de coordinación militar o porción del mismo en la fecha en que cese la autorización para su uso por parte de la fuerza de Estados Unidos".
En campos esos campos de tiro y áreas de bombardeos se practicaron maniobras militares por casi 90 años en especial áreas como Emperador, Balboa Oeste, Piña y Fuerte Sherman. Como resultado de estas acciones los EE.UU. entregaron a Panamá 3,175 hectáreas contaminadas con explosivos y municiones no detonadas, pues se calcula que el 10% de las municiones no explotan por diversas razones. Estas áreas están situadas en la región metropolitana donde reside la mitad de la población nacional y se desarrollan el 75% de actividades económicas.
56 mil personas en 65 comunidades cercanas se encuentran en riesgo directo de ser víctimas de la explosión de esos artefactos. 28 personas ya han fallecido y decenas han sido lesionadas producto de estallidos. Estas poblaciones son campesinas, con baja escolaridad y en situación precaria por lo que ven las áreas contaminadas vedadas como polo de atracción para la caza, obtención de alimentos, búsqueda de metales reciclables, lo que incrementa el peligro de ser víctimas de explosiones. Tal es el caso de Sabino Rivera Santamaría, que hace unos años ingresó al Polígono de Piña en la Costa Abajo de Colón, buscaba guineos y se encontró con la muerte a los 42 años al pisar un mortero de 60 mm...
Las áreas contaminadas son un lastre que pesan en las relaciones panameñas norteamericanas ayer, hoy y en el futuro, pues cada muerto o herido o bienes afectados por esas miles de municiones y por la presencia de residuos químicos en la Isla San José y quizás en otros sitios, serán referidas a la responsabilidad de un Estado que no quiso limpiar lo que contaminó. Al mismo tiempo también será responsable el gobierno panameño si no gestionar adecuadamente la solución del problema o actúa negligentemente en trono a ello.
El tema de la descontaminación de los polígonos es un tema de Estado y por la tanto debe estar colocado destacadamente en la agenda de las relaciones bilaterales, pero pareciera que el tema brilla por su ausencia.
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