La Casa Wilcox: símbolo de la identidad colonense
Esta casa, emblema de la ciudad de Colón, vivió los años de restauración de la ciudad y los que era considerada la tacita de oro, pero también los amargos del declive de la ciudad. Esta casa es ícono de la prosperidad e historia de la ciudad de Colón, así como el arte panameño.
- Dumas Myrie S.
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- - Publicado: 29/8/2021 - 12:00 am
La Casa Wilcox ocupaba 2 pisos, con azoteas donde todos tendían sus ropas, tenían 5 escaleras frontales y cuatro salían al patio; en la parte interna había un patio que estaba habilitado para jugar básquet. Foto: Archivo.
La Casa Wilcox fue construida hace 108 años por un estadounidense llamado Robert Wilcox con el objetivo de convertirlo en inmueble de alquiler. Su fachada es famosa, pues es réplica de edificios que están en Santa Ana, San Felipe y El Chorrillo, en la ciudad capital.
Podemos encontrar arquitectura colonial española, neoclásica americana y Art déco, por lo menos entre lo que podemos percibir en su ahora ruinosa estructura. Y esto a pesar de su declaración como Monumento Histórico Nacional en 2002.
Cabe mencionar que el Sr. José H Fadias, el cual vivió toda su juventud en este edificio, señala que la casa en los años sesenta y setenta por dentro era de mampostería y los cuartos eran de madera en sus divisiones. Casi todos los cuartos tenían altillos y se pagaba $10 por cada cuarto.
En el centro no había techo, solo alrededor de la casa desde el segundo piso hasta la planta baja. La casa en medio era abierta con una cancha de básquet completa y entre medio de los pisos había 4 pasillos y en cada piso dos más que se utilizaban para jugar fútbol.
Señala que la Casa Wilcox ocupaba 2 pisos, con azoteas donde todos tendían sus ropas, tenían 5 escaleras frontales y cuatro salían al patio; en la parte interna había un patio que estaba habilitado para jugar básquet. Había un pasillo lateral en la parte de abajo, el cual se utilizaba para hacer los night and fun (noche de diversión), las cuales se anunciaban por la radio.
La entrada se adornaba con pencas para colocar el tocadiscos Nivico, que reproducía la música de los discos de acetato de 45 y 33 revoluciones, o se bailaba con música interpretada por los Shelters, agrupación musical o combo de la provincia de Colón, que residía en el edificio.
Eran muy alegres y estos hacían que se llenaran siempre. El señor José Fadías señala que en la parte de abajo estaba ubicada la parada de buses, de madera con metal; frente a esta se encontraba una mueblería de un español, el cual le vendía todos los muebles a los inquilinos. En la esquina había una cantina famosa, a la que asistían empleados de la Zona del Canal al igual que los de la armada, adicional estaba el señor Jean, quien vendía el mejor raspado con malteada de Colón, que costaba 0.10 centavos.
También un señor que le decían Ñato, quien lustraba los zapatos de soldados. Como dato curioso, el señor que vendió raspados por años afuera de la Casa Wilcox, crió a todos sus hijos con este sustento y hoy todos viven en Estados Unidos y son profesionales (Médicos, Enfermeras y Maestras).
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Esta casa, emblema de la ciudad de Colón, vivió los años de restauración de la ciudad y los que era considerada la tacita de oro, pero también los amargos del declive de la ciudad. Esta casa es ícono de la prosperidad e historia de la ciudad de Colón, así como el arte panameño.
El escuchar cómo personas trabajaron durante años para que sus hijos crecieran profesionalmente y lograran sus metas, en medio del malestar por la precariedad, son historias que nos dan una lección de que cuando se quiere se puede. Este edificio tan bien segmentado tiene tan buenos momentos que me llama la atención por qué no se logró recuperar con tantos años y gobiernos que han pasado, sin embargo, parte de esto también va dirigido al pueblo que debió aportar para el cuido de esta estructura.
Docente.
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